Un corredor de fondo

Pau Capell, el atleta de los retos imposibles

Dos veces campeón del mundo de 'ultratrails', acaba de batir el récord de la durísima ruta 040 de Tenerife, de la playa a la cima del Teide y regreso al mar en poco más de seis horas

El récord de Pau Capell en Tenerife

El récord de Pau Capell en Tenerife. / periodico

Sergi López-Egea

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Pau Capell (Sant Boi, 1990) es de los que corre de verdad, de los que no mira hacia atrás y de los que no se dejan amedrentar por retos que otros, menos preparados física y mentalmente, ni siquiera tratarían de probar; por ejemplo, batir el récord de la ruta 040, en Tenerife, del mar a la cima del Teide y de la cumbre de la montaña canaria hacia el Oceano Atlántico, y todo ello en poco más de seis horas y con un desnivel positivo de 4.000 metros. "Me pasé cuatro días con agujetas, una señal suficientemente clara para evidenciar la dureza del reto".

Mal año, el 2020, para los corredores de fondo. Estalló la pandemia y comenzó la paulatina pero constante cadena de suspensiones de todas las pruebas. Los profesionales de las carreras de resistencia de montaña, como es el caso de Capell, se han encontrado con un problema que no tienen otros deportistas de élite. Sus carreras, sus retos, que unas veces se consiguen y otras no, tienen lugar en pruebas populares. Cuando ellos llegan a meta, los menos preparados o los que se lo toman con tranquilidad, todavía están en la fase inicial de la competición. Y la pandemia ha obligado a suspender cualquier evento de participación masiva. Ni uno ha superado el corte. Y cuando vives de los patrocinios, de marcas vinculadas con el deporte que te han escogido como imagen, de firmas que están vendiendo menos por culpa de los daños colaterales del covid 19, el futuro se convierte en un drama para decenas y decenas de profesionales.

Por fortuna, no ha sido el caso de Capell, reforzado por haber sido los dos años anteriores a la pandemia campeón del mundo de ultratrails. "Se han suspendido el ciento por ciento de las carreras. Y estamos hablando de organizadores que tienen que vivir generando ingresos a través del turismo, que no han recibido los pagos de las inscripciones canceladas y de ayuntamientos que apoyaban estas pruebas y que no se han atrevido a programarlas por el riesgo a los rebrotes. A mí por fortuna no me ha afectado tanto". 

Capell decidió echarse la manta a la cabeza y si no había carreras pues nada mejor que buscar retos y tratar de batir registros imposibles en el Montblanc, correr alrededor de Menorca o no acobardarse a la hora de subir y bajar el Teide sin apenas un segundo de plácido respiro. "Estos proyectos me han ayudado y han contentado a mis patrocinadores. He intentado moverme en este sentido y las marcas comerciales han visto como estos retos han tenido repercusión mediática".

La carrera hacia la cima

 Y fue entonces cuando le propusieron si quería batir el récord de la ruta 040. "Se denomina de este modo porque se empieza a nivel del mar, en la playa tinerfeña del Socorro, se sube sin parar hasta la cima del Teide, a 3.718 metros, y desde ahí se baja hasta la playa. Y como hay varios repechos, acompañados de bajada,  en el ascenso al Teide se alcanzan esos 4.000 metros de desinivel que dan nombre a la prueba".

Fue el 10 de noviembre cuando comenzó el reto. Todavía no había amanecido en la playa del Socorro. Pau tocó ligeramente el agua del mar y desde ese punto comenzó a trotar sin parar hasta alcanzar la cima del Teide. Allí dejó los bastones que lo auxiliaron durante el ascenso, realizó un grito de rabia, se hidrató durante unos instantes y comenzó la bajada en dirección a la playa para arrojarse al mar satisfecho por la hazaña que realizó en el soberbio tiempo de 6 horas y 13 minutos, cinco por debajo del registro que tenía el atleta canario David Lutzardo.

A la espera de competición en el 2021

"Es una de las rutas más duras que hay. La verdad, a mí me ayudó el hecho de que estoy acostumbrado a pruebas con más de 20 o 25 horas de desgaste. Así que cuando llevaba tres corriendo vi que lo podía conseguir y hasta se me hizo corto. Sin embargo, a diferencia de ultramaratones, allí tuve que ir todo el rato al 90 y hasta al ciento por ciento de mis posibilidades".

Ahora, coronavirus mediante, espera que el 2021 pueda reactivarse otra vez el circuito de carreras de montaña y los campeonatos oficiales. Mientras tanto, él sigue entrenando en Andorra, donde se ha establecido, y donde aparte de las zapatillas y los Pirineos rueda muchas veces en bicicleta acompañando a los corredores profesionales que residen en el principado, una fórmula ideal para no perder la forma y para recordar sus primeros años deportivos como triatleta.

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