Un gol de Vitolo rescata al Atlético

Después de un partido tosco, más frustrante que esperanzador, el Atlético sufrió para generar ocasiones, insistió en buscar combinaciones infructuosas y, ya en los últimos diez minutos, Vitolo remató un córner sin portero y el Atlético pudo aprovechar la oportunidad de asaltar el tercer puesto de la clasificación, gracias a la diferencia de goles y, más importante, de alejar al quinto clasificado en cuatro puntos para consolidar su plaza de Champions.

El Valladolid dispuso nueve cambios y un delantero menos de los habitual para aguantar en el Metropolitano, entorpeció a los de Simeone hasta límites insospechados y lo consiguió hasta el minuto 80. 

Buen inicio mal desarrollo

El partido empezó dinámico, con la buena parada de rigor de Oblak en cada partido a los tres minutos, como respuesta a un latigazo de un inspirado Waldo, y con el Atlético desatado en la presión y con muchos efectivos en ataque. Morata tuvo la oportunidad en un cabezazo y Joao Félix en otro remate a un centro desde la derecha. 

Cuando se asentó el partido y el Valladolid se pertrechó en su retaguardia, para el Atlético aparecieron los problemas para atacar en estático una defensa armada. 

Llegó el momento de las rotaciones al Atlético y Simeone solo repitió un jugador por línea respecto a la victoria en Pamplona. Lodi, Koke, Saúl o Costa se quedaron fuera y Llorente volvió a a una posición más natural, actuó desde la banda como tercer centrocampista, a semejanza de la labor que suele desempeñar Koke, y desprendió confianza en cada acción para pasar, desbordar o recuperar.  

Sin huecos

En el primer partido en el Metropolitano, con recuerdo al trozo de la historia atlética que se ha marchado durante la pandemia, Joao Félix que fue el único que puso claridad en los obtusos ataques de su equipo, obstinado en buscar pases interiores que casi nunca llegaban a buen destino. El Atlético tocó y tocó, se cansó de buscar un hueco que no encontró entre la disposición ordenada y voluntariosa del rival. 

Simeone no cambió nada al descanso y nadia varió en el atasco central del ataque rojiblanco, más aún, se desinflaron las pocas iniciativas productivas que tenía. El Valladolid no sufrió en defensa, pese a los problemas de su portero Caro para blocar, y desde el banquillo del Atlético se empezó a buscar la heroica: Simeone refrescó el ataque más allá de la hora de partido y colocó a Llorente en la demarcación del milagro junto a Diego Costa, aunque estaba Correa en el campo. 

El delantero brasileño marcó, en fuera de juego, pero su intensidad le dio un aire nuevo a las ofensivas atléticas. Aún así, llegaron los últimos diez minutos con más ansiedad que ocasiones rojiblancas. Lo intentó Thomas desde lejos y, en el saque de esquina resultante, otra salida en falso del portero pucelano Caro propició un remate inesperado de Vitolo, solo en el segundo palo, que Kiko Olivas sacó inmediatamente después de que el balón hubiera traspasado la línea.   

El gol paralizó el partido casi como el pitido final, con la satisfacción atlética por su segunda victoria tras el confinamiento, con todos los jugadores disponibles y en forma, pero con las mismas prestaciones rácanas en ataque.