JUICIO EN LA CIUTAT DE LA JUSTÍCIA

Espadas en alto en el duelo judicial entre Neymar y el Barça

Neymar llega a Barcelona este jueves.

Neymar llega a Barcelona este jueves. / periodico

J. G. Albalat

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El Barça y el Neymar negociaron este viernes hasta el último minuto un acuerdo para saldar las demandas cruzadas presentadas a raíz de las discrepancias económicas pendientes desde que el jugador fichara por el PSG en agosto del 2017. Las conversaciones no llegaron a buen puerto y facasaron, lo que desembocó en la celebración del juicio. Los abogados de las dos partes mantuvieron reuniones en las dependencias del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona en la Ciutat de la Justícia, pero en el acto de conciliación previo a la vista (fue aplazado casi tres horas), los letrados comunicaron que no había sido posible firmar la paz.

El delantero, que llegó el jueves a la capital catalana procedente de París, no pisó el recinto judicial, como estaba previsto, y volvió a la capital francesa antes de saber si se celebraba o no el juicio. De Barcelona se llevaba, eso sí, una noche de fiesta en una conocida discoteca. En el plano legal, ni el Barça ni Neymar se movieron ni un milímetro en sus posturas. Todo lo contrarió, se enconaron más y el puso judicial se escenificó. Las espadas continúa en alto. El juez dio de plazo hasta el 21 de octubre para que los abogados entreguen su  escrito sus conclusiones finales. Después dictará sentencia. El fallo solo se podrá evitar si antes se llega a un acuerdo, una misión hasta ahora imposible. El idilio ha acabado en divorcio traumático.

El FC Barcelona demandó a Neymar tras su fichaje por el club parisino por “incumplimiento de contrato”, por lo que le reclama la cantidad ya liquidada correspondiente a la prima de renovación del 2016 y una parte del salario. En total, 22,4 millones de euros. El Barça impulsó esta acción judicial “en defensa de sus intereses, después de una rescisión unilateral del contrato instada por Neymar Jr, pocos meses después de la firma de su renovación hasta el año 2021”, esgrimió en su día el club en un comunicado.

La prima de fichaje

Por el contrario, el internacional brasileño demandó a su antiguo club por no haberle abonado la totalidad de la prima o bonus de fidelidad que pactó por su renovación hasta el 2022 y que ascendía a 64,4 millones de euros brutos. El jugador cobró el 31 de julio del 2016, tras la firma de este nuevo contrato, 20,7 millones millones, pero el Barça no le abonó los 43,6 restantes el 31 de julio del año siguiente, tal y como estaba establecido.

Neymar, tras el vencimiento de ese plazo, reclamó ese pago  al presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, en una carta en inglés y, según el abogado del brasileño, el club decidió no pagarle usando como justificación que ya estaba negociando con el PSG. Dos días después de esta comunicación, el delantero fichó por la entidad parisina previo pago de su cláusula de rescisión de 222 millones.

La organización saltó por los aires

El abogado del Barça aclaró en el juicio que esos 43,6 millones de euros (24 netos) fueron depositados por el club ante un notario, porque la intención era que pudiera cobrarlos si se quedaba finalmente en el equipo azulgrana. El testigo Román Gómez Ponti, jefe de la asesoría jurídica del Barcelona, ratificó este extemo. "Lo que queríamos es que se quedase", admitió este letrado. También reconoció que la marcha de Neymar al PSG a principios del mes de agosto del 2017 trastocó la organización deportiva del equipo. "Saltó por los aires o, si me permite, nos quedamos colgados", especificó. El portavoz de la entidad barcelonista, Josep Vives, remató:  "Ya no en verano del 2017, sino con anterioridad, había indicios de que Nyemar estaba en conversaciones con el PSG".

El defensor de Neymar detalló en su exposición que el contrato firmado por el jugador y el Barça en el 2016 sustituía al que se rubricó en el 2013, cuando el internacional brasileño fichó por el club azulgrana. Este jurista desveló que ese nuevo contrato no solo perseguía ampliar el periodo de permanencia del futbolista y aumentar sus retribuciones, sino también regularizar la situación de la entidad ante Hacienda cuando el Barcelona reconoció un delito de fraude fiscal.

Esta admisión de culpa del Barça, precisó Gustavo Ribeiro Sixto, el abogado de Neymar en Brasil, provocó "perjuicios fiscales" al jugador en el país sudamericano (Hacienda brasileña le reclama 42 millones de euros), por lo que en el nuevo contrato de renovación del 2016 se fijó una compensación económica por este hecho. Es decir, aparte del salario (que se incrementó de cinco a 33 millones) se establecieron las primas o bonos que ahora reclaman. Este testigo explicó que él empezó a negociar con el PSG después del 31 de junio del 2017, reforzando la versión del jugador de que en esa fecha todavía eran del Barcelona.

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