Valencia-Arsenal (2-4) / Chelsea-Eintracht (1-1)

Arsenal-Chelsea, final inglesa también en la Europa League

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Alejandro García

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Los siete goles que le han hecho en dos partidos entre Aubameyang y Lacazette han sido demasiado para un Valencia voluntarioso, superior en algunas fases, pero globalmente inferior al talento de los atacantes de un Arsenal que jugará la final de la Europa League ante un Chelsea que, después de mucho sufrimiento y una tanda de penaltis que encumbró a Kepa Arrizabalaga, que paró dos lanzamientos antes de que Hazard convirtiera el penalti decisivo; y completó la doble final inglesa en Europa tras la repetición del empate a uno de la ida, con goles de Loftus-Cheek y Jovic.

La felicidad y el orgullo inunda a la comunidad futbolística de Inglaterra. Y no es para menos. Por primera vez en la historia los cuatro finalistas de las dos grandes competiciones europeas salen de un país, de una liga, la Premier en este caso. Arsenal y Chelsea se verán las caras el 29 de mayo en Bakú mientras que el Liverpool y el Tottenham se jugarán el máximo cetro europeo en el Wanda Metropolitano de Madrid el 1 de junio.

Poderío de los Arsenal

Como la hoz de un campesino aplicado para una mala hierba, los goles del Arsenal fueron cortando en seco las sucesivas reacciones del Valencia, impotente ante el poderío de los delanteros del equipo de Emery.

Marcelino planteó un equipo que empezó el partido muy junto, más pendiente de no conceder más ventaja al Arsenal, que de buscar una remontada que, vistos los precedentes, no estaba tan lejos tras el 3-1 de la ida en Londres.

Sin perder los estribos, el Valencia empezó a generar peligro sin comprometer su defensa, gracias al trabajo en la medular y, antes de lo esperado, encontró el primer gol de un camino que se preveía largo y complicado. Neto lanzó desde su portería un contragolpe, mejorado sustancialmente tras pasar por Rodrigo, que terminó en una definición clara y fácil para un Gameiro que hizo el gol y completó la mitad del trabajo en el tramo inicial.

El plan iba sobre lo establecido y la ilusión contenida sobrevoló Mestalla, con Gayà y Guedes en modo pesadilla para Maitland-Niles, un agujero negro para la defensa de los de Emery, encomendados a la velocidad, la calidad y el desequilibrio de Lacazette y Aubameyang, con Ozil desaparecido entre las líneas enemigas, sin más argumentos ofensivos. Con un pelotazo de Cech encontró al delantero gabonés, que se sacó de la nada un tiro imparable y empató el partido en su primera llegada peligrosa.

Tras el gol en contra, el Valencia mantuvo unos momentos la superioridad territorial ante un Arsenal recogido entorno a su defensa para paliar el sufrimiento sobrevenido, pero pronto vio cómo el rival se despojó de su dominio, cuando sus atacantes pudieron disfrutar de más presencia e incidencia con el balón.

Entre la remontada y la sentencia

El Arsenal ganó comodidad a través de la pelota, aunque su posesión no fuera, ni mucho menos, ambiciosa. Tampoco tenía las urgencias que apretaban a un Valencia que perdió el entusiasmo enrabietado del inicio, aplacado por el control de un Arsenal que, cuando volvió a encontrar a sus delanteros, rozó la sentencia como el disparo de Lacazette acarició el poste de Neto.

El equipo valenciano necesitaba una chispa, algo que agitara un partido demasiado controlado, pero fue el Arsenal el que volvió a encontrar a Aubameyang y al francés Lacazette, el encargado de convertir el segundo tanto de los de Emery y colocar una losa que parecía insostenible para del Valencia.

El espejismo de Gameiro y la aparición de Aubameyang

El Valencia no dejó de creer, pese a todo, y casi sin querer, entre un taconazo y un rebote, Gameiro canalizó el empuje local en un gol convertido sin fe, pero que devolvió la devoción a una grada que intentó levantar un equipo en el que Parejo fue el impulsor del paso adelante.

Pero, de nuevo, cuando el equipo de Marcelino empezaba a confiar, apareció un delantero del Arsenal para perforar la portería de Neto. Le tocó de nuevo a Aubameyang, más ávido que nadie para rematar un centro lateral y terminar de apagar la fogosidad local, rendida ante la evidente pólvora del Arsenal.

Para refrendar la diferencia, Aubameyang terminó de hurgar en la herida con un gol impresionante, con un disparo violento sobre la cabeza de un Neto atónito, mientras el Valencia terminó derrumbado, en una pelea de rabia, pero con la vista puesta en la final de la Copa del Rey, además de la pelea por el cuarto puesto en Liga.

Kepa lleva al Chelsea a la final

Kepa Arrizabalaga, que esta temporada perdió una tanda de penaltis, en la Copa Carabao, tras protagonizar una discusión surrealista con el entrenador, se convirtió en el héroe del Chelsea de Sarri, que llegó a la tanda de penaltis entre intentos infructuosos y ocasiones malogradas del Eintracht, sobre todo en una prórroga en la que David Luiz y Zappacosta sacaron sobre la línea de gol londinense sendos remates alemanes.

Ya en los lanzamientos de penalti, Azpilicueta sumó el primer error de la tanda, pero Kepa ya había rozado el lanzamiento de Jovic, que no detuvo, y evitó el gol en los dos siguientes intentos visitantes. Como en las tandas clásicas, el quinto penalti fue el decisivo y fue Hazard, la gran estrella, el que selló el pase a la final.

Los dos jugadores pretendidos por el Madrid, tanto Hazard en el Chelsea como Jovic en el Eintracht, fueron los mejores jugadores de sus equipos.

Ficha del partido:

<strong style="font-size: 1.6rem;">VALENCIA     2</strong>