DELICADA SITUACIÓN BLANCA

La crisis del Madrid: decálogo del desplome

Los jugadores del Madrid se lamentan durante la última derrota.

Los jugadores del Madrid se lamentan durante la última derrota. / periodico

Alejandro García

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Después del periodo más exitoso de su historia moderna, el Madrid está sufriendo las vicisitudes de transitar inmediatamente después del triunfo. Como el día después de una fiesta, solo el recuerdo de un pasado mejor mitiga el dolor de un presente desalentador. A falta de culpar a otro entrenador, Florentino Pérez está capeando una crisis histórica, plagada de problemas para los que no funcionan las soluciones del pasado.

Como un hidalgo en la España del Siglo de Oro, el Madrid sobrevive orgulloso de sus recuerdos de grandeza, pero con poco más para presumir que el vetusto atractivo del nombre ganado con glorias pasadas. Discurre con una forma de vida anacrónica, alimentada por los últimos coletazos de una manera desfasada de entender el fútbol, con un decálogo de impedimentos en las alforjas. 

1. El desgaste de un proyecto agotado

Para llegar a cotas de celebridad impensables, el Madrid ha tenido que retorcer al máximo la fórmula del éxito. Los argumentos que apoyan el discurso triunfalista, sustentados en los títulos de Liga de Campeones, son los mismos motivos que explican la actual crisis. El equipo empezaba a dar síntomas de agotamiento, el termómetro de La Liga tenía la luz de alerta encendida desde hace más de un año que y no se buscaron soluciones hasta que fue demasiado tarde. Cuando quiso acudir al mercado, Florentino Pérez no encontró lo que buscaba y, con el proyecto descabezado, la temporada ha sido un constante tantear las paredes para no encontrar el camino. 

2. El premonitorio adiós de Zidane

El Madrid todavía lamenta el día que Zidane vio venir las nubes y dio el pistoletazo de salida a un trance que todavía dura. Transcurrido el verano entre negativa y negativa de técnicos de talla mundial, el Madrid terminó su búsqueda de entrenador en la puerta de la selección española para contratar a Lopetegui, despedido en octubre. La incipiente mejora con el primerizo Solari fue un espejismo y, entre todas las soluciones que podía intentar el Madrid, la del banquillo se ha malogrado, dos veces. El foco que alumbra a los problemas ha girado hacia el césped.

3. Cristiano Ronaldo, sin relevo

En cualquier futuro inmediato posible, era muy desatinado pensar que la habitual cifra de goles de Ronaldo en cada temporada con el Madrid, unos 50, se podía subsanar con lo que ya había en la plantilla. Entre el potencial de Asensio, la irrupción de Vinicius y la eclosión de Isco, el Madrid esperaba batalla para un puesto en el once que ha terminado ocupando con regularidad Lucas Vázquez. Con la venta de Ronaldo a la Juventus, por debajo de su valor de mercado, el Madrid perdió algo más que sus goles, perdió el liderazgo de un jugador visceral que arrastraba a un equipo que ahora deambula por los partidos sin la ambición exacerbada que antes tapaba algunas de sus carencias. 

4. La irregularidad de Bale y Benzema

Insignes miembros de la delantera de los éxitos recientes del Madrid, Benzema y Bale intentan sobrevivir a la ausencia de Ronaldo. El francés hace gala de su habitual rendimiento desigual, pero sus buenos días quedan diluidos entre el desastre colectivo. El caso de Bale es el de una ruptura anunciada, en la que los enamorados lo han intentado todo, pero contra la que no pueden hacer nada. Las molestias, los golpes y las lesiones del galés le han impedido tener continuidad en su juego, cada vez más trivial e intrascendente. 

5. Una plantilla devaluada

Ninguno entre los ocho candidatos al Balón de Oro, con los que el Madrid humilló a Lopetegui en su despido, está rindiendo al nivel que al que le colocan los galardones. El centro del campo en pleno, con Modric a la cabeza, seguido por Kroos, con una nueva lesión muscular, y Casemiro; deambula por el césped sin imponer su juego. Marcelo es el gran señalado en defensa, lejos de su mejor condición física y con carencias constantes en los dos frentes de juego, Varane va reduciendo sus errores flagrantes en una temporada no mucho mejor que la de su compañero de zaga Sergio Ramos.

6. El ostentoso lujo de prescindir de Isco

Entre la crisis de fútbol que atraviesa el Madrid, la gran decisión de Solari ha sido desterrar a Isco de forma flagrante de las alineaciones. El malagueño está lejos de reivindicar su mejor nivel cada vez que juega, tampoco en la etapa de Lopetegui, cuando tenía mando en plaza; pero se echa en falta un intento de aprovechar su talento entre la mediocridad que ofrece el juego del equipo.

7. Las apuestas fallidas de renovación

En los cuatro últimos veranos, los fichajes más caros del Madrid están lejos de las cifras multimillonarias del mercado, todos jóvenes talentosos con un futuro prometedor. Pero, entre los arriesgados envites del club para renovar desde dentro un equipo triunfal que pide relevo con urgencia, se cuentan por decepciones. Desde Asensio y Ceballos, que siguen peleando por un sitio en el equipo, hasta Kovacic, Morata o Theo Hernández, incluso el último gran fichaje, James Rodríguez, todos fuera del Madrid. 

8. Otro mortal en el nuevo orden mundial

Hay una creencia aceptada y justificada, la de que pocos jugadores jóvenes triunfan en el Madrid, y no es raro. El entorno no es el más placentero del mundo para crecer, los fallos se magnifican y el temido “no es jugador para el Madrid” planea sobre la cabeza de todos los nuevos jugadores blancos, pero ese es el nuevo papel que juega el Madrid en el concierto internacional económico del fútbol. El equipo de Florentino Pérez ya no puede ir al mercado a por las estrellas rutilantes del mercado, a por esos que una vez fueron jóvenes talentosos y se han ido curtiendo hasta alcanzar el nivel óptimo de maduración. Tanto en el mercado de entrenadores como en el de jugadores, la última ventana de fichajes evidenció la dificultad del Madrid para acceder a grandes nombres, pese a que acumula años sin realizar un desembolso considerable (desde el fichaje de James Rodríguez en 2014). Mariano fue la gran operación blanca del verano para subsanar un problema que todavía tiene vigente, la falta de gol. No pudo aspirar a más, ni al deseado Neymar ni al necesitado delantero productivo. 

9. Brahim Díaz, otro joven proyecto

En su apuesta por el talento incipiente para aspirar a sobrevivir entre los mejores, el Madrid presentó este lunes, con todos los honores, a Brahim Díaz, la joven promesa que no encontraba demasiados minutos en el Manchester City de Guardiola y que ahora llega a un Madrid con la mortaja preparada, sin más buenas noticias que la insustancial irrupción de su casi coetáneo Vinicius. Mientras el equipo vaga por clasificación luchando por el cuarto puesto de La Liga, el club sigue esperando que eclosione en el presente un plan concebido para el futuro, en el que tampoco relucen más nombres que los de los dos atacantes.

10. La distracción del VAR y los arbitrajes

Con una serie de problemas endémicos y permanentes, sin soluciones a la vista y con una previsión de futuro poco halagüeña, el Madrid se concentra en la crítica constante y desmesurada al arbitraje. La caída de Vinicius en el área de la Real Sociedad en el último partido (cuando el Madrid buscaba el empate) acaparó comentarios y críticas hacia el videoarbitraje, pero solo es el último árbol que impide ver el bosque de problemas a los que se tiene que hacer frente el Madrid.