El Atlético naufraga en Brujas (0-0)

Entre salir a ganar el partido con todo desde el principio o madurar al rival hasta fundirlo por agotamiento, Simeone eligió ser valiente y presionar. Lo intentó el Atlético, sin guardar nada, con la fiereza de un pirata de alta mar, pero las ocasiones dejaron de llegar, el gol se alejó y el Atlético terminó naufragando en los tranquilos canales que bañan Brujas. La victoria del Dortmund relega al Atlético a la segunda plaza de su grupo de la Liga de Campeones, a la espera de un sorteo benévolo para octavos.

La solución de Simeone ante la baja de Diego Costa fue la previsible en verano, antes de que empezara la temporada y Gelson desapareciera de las alineaciones. El portugués jugó en su posición, la banda derecha, con Lemar por la izquierda y Griezmann arriba, pero ninguno de los dos destacó. Lo que lanzó arriba al equipo, durante sus buenos minutos, fue el centro del campo, con Thomas y Koke proyectados al ataque con Rodrigo por detrás guardando las espaldas de todos.

Problemas de circulación

Cada vez más, al Atlético le fue costando combinar con la fluidez necesaria para encontrar el camino a la portería rival y el ritmo de juego bajó de forma alarmante, por parte de los dos equipos. El Brujas redujo espacios en defensa, con su línea de tres centrales y un fuerte medio por delante, e incomodó la circulación atlética. El equipo de Leko intentó dañar a la defensa rojiblanca, con Filipe en el banquillo, de nuevo con Saúl de lateral, y el canterano Montero en el centro de la zaga junto al recién recuperado Godín, en medio de rumores y comentarios sobre su renovación (termina contrato a final de temporada); apenas lo consiguió hasta el despliegue atlético final. Los minutos fueron pasando, entre intentos frustrados, sin intervención de los porteros.

Nadia cambió tras el descanso, si acaso el entusiasmo del Atlético, minimizado entre el impulso belga y la frustración de no encontrar la senda del gol. Pérdidas de balón y poca profundidad fueron los aspectos más destacados del juego de los de Simeone que primero cambió las bandas, con Lemar dolorido, para que entraran Vitolo y Correa.

La carga final

La movilidad de los nuevos extremos abrió espacios y propició la primera llegada clara de la segunda parte, pero aún faltaba algo. Simeone recurrió a Kalinic, quitó a Thomas para cambiar el sistema y liberar a los habilidosos atacantes que tenía sobre el campo. El resultado fue un ataque a la desesperada, con la imprecisión constante de los centrocampistas, y un contragolpe del Brujas que salvó milagrosamente Oblak.

El portero esloveno mantuvo a su equipo en el partido y sus compañeros apostaron con todo por la victoria, se fue al ataque con todo pero no obtuvo más que constantes barullos liosos e improductivos en el área del Brujas.