SEGUNDA A

Reus-Nàstic, el derbi de la discordia

Los seguidores del equipo grana han protestado por las escasas entradas que les han ofrecido los locales

López Garay, técnico del Reus.

López Garay, técnico del Reus.

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Sin automatismos adquiridos y con las dudas necesarias de dos equipos que han construido de nuevo sus proyectos para mantenerse en la Liga de Fútbol Profesional, Reus Nàstic vivirán en agosto un derbi imprevisible, más de lo normal, por las incertidumbres de cómo funcionarán los nuevos refuerzos de ambos conjuntos. Incluso los banquillos serán liderados por inquilinos recién llegados. Aritz López Garai, por parte reusense, y Lluís Carreras, por parte visitante, degustarán el tenso ambiente de las gradas en enemistad desde años inmemoriales.

López Garai ya conoce lo que es un partido de estas características ya que el año pasado lo jugó, y ganó, con calza corta para alegría local e incredulidad visitante. Carreras, que sabe lo que es un derbi de sobras de sus duelos con el Barça ante el Espanyol, no se fía del rival y espera mucho más de su plantilla de lo que demostró en una primera jornada en la que cedió una derrota en casa ante el Almería.

Aquel que pensara que el choque perdería tensión por su prematura situación en el calendario, andará del todo confundido. El objeto de la discordia esta vez han sido las entradas ofrecidas por el equipo local al visitante. 200 son consideradas insuficientes para un Nàstic con una masa social con muchas ganas de volver a saborear la victoria en tierras reusenses.

Máxima distancia

El club grana, a través de su canal de comunicación, invitó a sus socios a recoger billetes para acceder al Municipal comprándolas directamente en el club reusense. La respuesta por parte rojinegra no se hizo esperar y en un comunicado oficial, que apelaba al sentido común y a la seguridad, se pedía a los socios visitantes que se abstuvieran de visitar las taquillas del feudo rival. Relaciones rotas pero diplomáticas entre dos juntas que no se pueden ni ver.

Complejo de inferioridad o percepción de grandeza mal entendido. Dependiendo de a quién se pregunte. El tan lamentable e inexplicable ‘y tú más’ que mantiene la gracia de los derbis por pequeña que sea la disputa. En el trasfondo: la política y la territorialidad dan sentido al enfrentamiento entre dos ciudades que viven de espaldas a pesar de estar a 10 minutos por carretera.

Co-capitalidad, comercio, y un largo etcétera de discusiones que nunca han encontrado un punto de acuerdo. El fútbol, en estos casos, sirve para presumir durante horas, máximo días, de quién manda en el territorio.

El deporte, a veces, actúa de juez sin jurisprudencia para satisfacción de unos y humillación del otro.