Goleada de trámite del Madrid ante el Eibar

A la espera de jugarse la temporada contra el Wolfsburgo el martes próximo, el Madrid agrandó su colección de goleadas ante un Eibar resignado al papel de comparsa que se le asignaba de antemano a la vista de su mala racha de resultados. No espabiló el equipo vasco ni con la alineación de circunstancias del conjunto blanco, que no tuvo el más mínimo contratiempo pero tampoco pudo contribuir mucho a calentar con sus goles el ambiente épico que quiere configurar para alcanzar el objetivo de pasar a las semifinales de la Champions. Firmó un trámite en toda regla que no sirvió en absoluto para diluir la amargura que provocó la lamentable actuación en Alemania.

Anunció rotaciones Zinedine Zidane y se dejó nada menos que a ocho de los que fracasaron en Wolfsburgo en la despensa. No estuvo entre ellos, naturalmente, Cristiano Ronaldo. Puede a que al técnico francés se le pasara por la cabeza reservar también al goleador portugués, a quien conviene sin duda tener fresco para la prueba del algodón del martes, pero ni se le ocurrió planteárselo, no fuera que CR7 movilizara al propio Florentino Pérez para exigir que se respetaran sus derechos, que arrancan en la disputa de todos y cada uno de los minutos para poder satisfacer su ego y cumplir sus objetivos individuales.

RIESGO DE LESIÓN

Como si los riesgos de lesión no fueran con él, Ronaldo se dispuso a liderar un equipo en el que sí cabían juntos James e Isco, los principales damnificados desde la llegada de Zidane al banquillo, que sin ninguna duda volverán a desaparecer de la formación titular en el partido de vuelta de  los cuartos de final de Champions. Poco o ningún consuelo para ambos, especialmente para el colombiano, que ni con el gol que abrió el marcador a los cinco minutos se animó a pensar que podía tener alguna posibilidad de hacer cambiar de idea a su entrenador.

Marcó James en una falta desde la corona del área que Ronaldo le dejó tirar para retratar así a Riesgo, que vio como el balón entraba pegado a su palo, y el portugués, ante las facilidades que siguió dando el Eibar, pensó que la jornada podía serle más que propicia para dispararse hacia el Pichichi y la Bota de Oro. Colocado como delantero centro falló sus dos primeros remates, el segundo de chilena, y provocó un cierto 'run-run' en el Bernabéu. Lo acalló con la asistencia que facilitó a Lucas Vázquez en el segundo tanto de la tarde después de bloquear bien a Pantic para recibir de Isco (m. 18) y cantó él mismo el tercero una vez que Jesé le devolvió el favor dos minutos más tarde después de dejar en evidencia a la carrera a Ramis para recibir el pase en largo de Carvajal (m. 20).

PERMISIVIDAD VISITANTE

Todo encarrilado para sumar la séptima goleada de salón del Madrid en su estadio desde la llegada de Zidane. Una vistosa trayectoria, lamentablemente cortada por la dura derrota en el derbi, que el conjunto armero contribuyó a engordar con una actitud mucho mucho más permisiva de lo esperado a la vista de la consideración que el Madrid le otorgó al choque. Sin que sus compañeros hubiesen probado lo más mínimo a Casilla, Riesgo encajó el cuarto con una nueva asistencia de Ronaldo para Jesé (m. 39). El suplente de Keylor Navas tuvo que aparecer por fin a cuatro minutos del descanso para desviar un buen cabezazo de Pantic y volvió a hacerlo nada más empezar el segundo tiempo para sacar con el pie un remate de Enrich.

Con todo el pesacado vendido, el Eibar mejoró su imagen en ataque con la entrada de Borja Bastón, que estuvo cerca de batir a Casilla un par de veces, una de ellas con un remate al larguero, mientras que Ronaldo desprovechaba clarísimas ocasiones de mejorar sus números y la gente la tomaba con Danilo, señalado al parecer como el principal responsable de lo sucedido el miércoles pasado.

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