EL MARATÓN DE BARCELONA

Leo Margets, de la mesa a la ruta

El maratón de Barcelona son 20.000 maratones distintos, uno por cada participante y su propia motivación para encarar el monumental reto. Hemos elegido cuatro ejemplos de personas que no corren para vivir, pero que no podrían vivir sin correr. Cuatro casos de motivaciones extremas, a flor de piel. Pero hay 20.000 más, sin duda.

La jugadora profesional de póquer afronta su noveno maratón con la misma actitud ambiciosa que las World Series de Las Vegas y con una preparación mental similar

Leo Margets, equipada para correr, en el Casino de Barcelona.

Leo Margets, equipada para correr, en el Casino de Barcelona. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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Se gana la vida con las cartas desde el 2008. Su vida es el No Limit Texas Hold'em, la modalidad de póquer que se está imponiendo en todos los torneos profesionales por ser más televisiva que las demás. Vive entre Londres (familia) y Barcelona (pareja), pero Las Vegas es su segunda casa. Las World Series se disputan de mayo a julio en la capital de Nevada, y culminan la primera quincena de julio con unas finales que pueden arruinar (solo la inscripción cuesta 10.000 dólares) o encumbrar a los jugadores (el primero puede llevarse 10 millones). Ella fue una vez la 27ª de 6.500 jugadores.

Pero, con la misma ambición que su profesión encara Leo Margets (32 años) el principal de sus 'hobbies': correr. «Es una carrera muy cabrona como para correrla por correrla», asegura Leo del maratón, esa distancia de 42,195 kilómetros que este domingo encarará por novena vez. Ha corrido seis veces en Barcelona, una en París y otra en Sevilla, y siempre ha terminado. «No me he retirado nunca, el gremlin bueno siempre ha ganado», bromea sobre lo en serio que se toma este tipo de retos. «No corro por ilusión, sino que me entreno para intentar mejorar la marca. Mi mejor tiempo son las 3 horas y 24 minutos que hice aquí en el 2013 y ahora mi objetivo clarísimo es bajar de 3.20. Pero lo que pido sobre todo es dar lo mejor de mí misma y que, al final, no me pueda recriminar nada».

Leo Margets recuerda como una lección cuando, en el 2012, acabó «supertriste» en Barcelona porque no había logrado ese objetivo de bajar de 3.20. «Estaba de bajón, me quejaba de todo, y un colega sabio me dijo que era una niña llorica y me hizo reflexionar. En la misma carrera, Chema Martínez y Jaume Leiva se habían quedado fuera de los Juegos de Londres porque no habían logrado la mínima. Eso me hizo poner en perspectiva mi fracaso». Ahora, por cierto, Leiva es su entrenador.

NO PENSAR EN NADA

Leo Margets encuentra similitudes entre la forma de preparar un maratón y un largo y agotador torneo de póquer. «Las dos cosas chupan del mismo tarro, de la cabeza», explica. «La filosofía de vida es parecida; como más preparada estés, más suerte tendrás el día D. Y debes cuidar la preparación mental», añade. «La diferencia es que en el póquer no puedes estar concentrada al 100% todo el rato, es demasiado tiempo. Y en el maratón intento no pensar en nada, porque con el cansancio los únicos pensamientos que te llegan son los negativos y percibes más dolor del que realmente sufres. ¡Ah! , y nunca escucho música, ni en el póquer ni corriendo, porque modifica las emociones».

Tras Barcelona, Leo volverá a las mesas. Marraquech y Londres la esperan como siguientes etapas de «un año que ha empezado bien».

Leo Margets no pudo cumplir por poco su objetivo de bajar de 3.20 h. Acabó 3.266ª, con 3 horas, 25 minutos y 29 segundos.