Villar pasa de Cardenal

La falta de implicación del presidente de la española retrasa las medidas antiultras

Ángel María Villar, presidente de la federación española de fútbol.

Ángel María Villar, presidente de la federación española de fútbol. / periodico

JUAN TERRATS / BARCELONA

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Miguel Cardenal, el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), no va a permitir otra paso en falso de Ángel María Villar, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que ha preferido pasar una semana en Marruecos en el Mundial de clubs antes que presidir la comisión delegada de la federación que debía cambiar el pasado lunes los estatutos para dar luz verde al paquete de medidas antiultras que comenzó a hilvanarse en la reunión de primeros de diciembre, tras la reyerta multitudinaria entre los ultras del Frente Atlético y los de Riazor Blues, del Deportivo, en la que murió Francisco Javier Romero, Jimmy. El CSD espera que Villar apruebe la normativa el próximo 22 de diciembre.

Cardenal no permitirá otro aplazamiento. Ni más dilaciones federativas. Para ello, tendrá el total apoyo del Gobierno, tal como se comprometió ayer José Ignacio Wertministro de Educación, Cultura y Deporte, en el pleno del Senado. «No voy a valorar comportamientos institucionales ni individuales, pero cualquier entidad que no muestre el nivel de colaboración que se requiere va a tener la vigilancia del Gobierno con todo el rigor y eso puede traer consecuencias en el ámbito normativo», afirmó el ministro. Villar se ha ausentado en las tres cumbres antiviolencia celebradas desde el pasado 1 de diciembre.

Cierre de gradas

El Consejo «adoptará las medidas coherentes con el nuevo escenario creado por el incumplimiento por parte de la RFEF de los compromisos adquiridos ante el CSD y la LFP y comunicados públicamente a la sociedad», reza el punto cuarto de un comunicado emitido por el CSD tras confirmarse que la comisión delegada no se iba a reunir en la sede federativa tras el compromiso adquirido días antes por Javier Temprado, el presidente de la federación territorial de Madrid, que representó al ausente Villar en todas las citas.

Fue el propio Villar quien propuso la fecha del 15 de diciembre para aprobar todas estas modificaciones. Una confirmación más de que las relaciones entre el CSD y la federación española son inexistentes. «Es algo anormal, pero todo lo que pasa en la federación es anormal», comentó Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, que está convencido de que con este paquete de medidas «la violencia en el fútbol puede ser erradicada en un par de años».

Los clubs se han tomado este tema más en serio que el propio Villar. Todas las entidades ya se han reunido con sus grupos de animación para que eviten los insultos en sus cánticos durante los partidos. Los clubs saben que habrá mano dura y que Antiviolencia cerrará gradas por el mal comportamiento de los aficionados. Entre las medidas que se podrán adoptar está el cierre parcial de las gradas de los estadios por violencia o reiteración de insultos y la pérdida de puntos e incluso el descenso de categoría para aquellos clubs que apoyen o colaboren con los grupos ultras.

La memoria de la Comisión Antiviolencia de hace dos cursos refleja que el número de radicales que se desplazaron en Primera fue de 17.224, «lo que supone un ascenso del 54,18%» frente a los 11.171 de la temporada 2011-12. Las propuestas de sanción por altercados fuera de los estadios se quintuplicaron, al pasar de 50 a 250 en 10 años. El Consejo cree que el fútbol debería cumplir el Instrumento de Ratificación del Convenio Europeo sobre la violencia en el Deporte, suscrito por España en 1987, que obliga a erradicar la violencia dentro y fuera de los estadios.