RONDA FRANCESA

Nibali triunfa el día del abandono de Contador

Nibali, entrando solo en la meta.

Nibali, entrando solo en la meta. / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / La Planche des Belles Filles (Enviado especial)

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Ya nada será igual en este Tour, en una ronda francesa que por primera vez en 101 ediciones ha visto como los dos principales favoritos, Chris Froome Alberto Contador, se han retirado en los primeros días por sendas caídas. La semana pasada la desgracia se cebó con el corredor británico y este lunes, en la primera etapa que tenía marcada en rojo, el ciclista madrileño se ha precipitado al suelo, un agujero en la carretera que no vio, tremendo golpe en la rodilla, herida abierta, adiós, a casa, el fin de los sueños.

El Tour se ha quedado huérfano de Contador con un patrón incuestionable hasta el momento; Vincenzo Nibali, el mejor en las cuestas británicas, el más valiente sobre los resbaladizos adoquines y el más ofensivo en la primera gran cima del Tour, La Planche des Belles Filles. Costará quitar al italiano, al ‘Tiburón’, de la primera plaza de la general. ¿Misión imposible? Difícil, seguro. Porque este lunes ha atacado en el momento clave. No ha sacado grandes diferencias pero sus rivales, principalmente Richie Porte y Alejandro Valverde, se han tenido que conformar con seguirlo a una veintena de segundos e instalarse provisionalmente en el podio de París.

Valverde es ahora tercero de la general. Un Valverde que parece que, por fin, tiene la suerte que le ha sido esquiva a Contador. Tercero de la etapa, e inteligente, porque prefirió no encapricharse con Nibali y subir con cabeza, que queda mucho Tour, que sorpresas da la vida, para bien y para mal, y porque lleva años queriendo pelear por un Tour, aunque hoy por hoy la victoria se presente como un reto complicado. Sin embargo, no hay que olvidar que quedan todos los Alpes, que faltan todos los Pirineos y que desde este lunes, sin Contador, ha empezado un nuevo Tour.

Joaquim ‘Purito’ Rodríguez, protagonista en el día triste de Contador, escapado toda la etapa, a la caza y captura de los puntos que lo han catapultado al frente de la clasificación de la montaña, la que distingue al primer clasificado con un ‘maillot’ de lunares rojos. Nibali lo capturó a un kilómetro de la meta. Lo dejo sin gloria. Pero pisó el podio, donde siempre debería estar instalado.

El sol sigue sin aparecer en el Tour, una ronda francesa, triste, gris, pero una ‘grande boucle’ que como París siempre tendrá a Valverde. Este año o nunca.