Editoriales

Transparencia para el contrato de Neymar

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las dudas sobre las verdaderas cifras del contrato de Neymar, con un supuesto coste de 95 millones de euros frente a los 57 anunciados por la directiva del Barça, exige que el presidente, Sandro Rosell, dé una explicación detallada a los socios, los propietarios del club. No basta con desmentidos ni con acogerse a cláusulas de confidencialidad siempre impuestas por terceros. En la peor de las hipótesis, hay una diferencia de 38 millones, aunque esta cifra se podría reducir porque incluye los 7,9 pagados al Santos brasileño por la opción sobre tres jugadores y el coste de dos partidos amistosos, operaciones de las que el club ya había informado, aunque sin detalles. Nada se sabía, sin embargo, de las comisiones al padre del jugador por conceptos tan extraños como captar publicidad, actuar de ojeador y ayudar a los niños pobres (11,1 millones) ni de la prima de fichaje (10 millones).

Desde el principio, el contrato parecía bastante increíble por la baja cantidad cobrada por el Santos (17 millones) y por la opacidad del resto (40 millones), cifra que la directiva se negó a explicar acogiéndose a misteriosas cláusulas de confidencialidad, las mismas a las que ayer se aferró Rosell tras la reunión de la junta directiva del Barcelona. Pero la verdad al final acaba sabiéndose y toca ahora al presidente dar cumplidas explicaciones si no quiere que el caso deteriore su imagen. Este contrato puede también enrarecer, si no lo ha hecho ya, el ambiente del vestuario por la diferencia de trato con otros futbolistas, como Messi. El vicepresidente Faus se esforzó ayer en compensar el traspiés de su crítica al sueldo del argentino desde hace unos días, y aseguró que seguirá siendo el jugador mejor pagado de la plantilla azulgrana.

Una junta directiva que llegó al poder con la bandera de la transparencia, denunciando a la anterior por descontrol de los gastos, no puede caer en los mismos vicios. Otra de las decisiones de la junta, la de reformar el Camp Nou, también debe ser transparente, dadas las cifras que se manejan. Calculada en 600 millones de euros -la mitad de lo que costaría un nuevo estadio-, desborda con mucho el proyecto de Norman Foster o el presupuesto fijado para la reforma en la campaña electoral. En este tema, al menos, los socios sí que podrán opinar en el referendo que la junta convocará para abril.