La fase final de la Euroliga de baloncesto

El Olympiacos destroza los pronósticos y tumba al CSKA

Una canasta de Printezis a falta de un segundo culmina 19 puntos de remontada griega

Los jugadores del Olympiacos celebran la conquista de la Euroliga, ayer en Estambul.

Los jugadores del Olympiacos celebran la conquista de la Euroliga, ayer en Estambul.

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Estambul vivió ayer una de las mayores gestas del baloncesto europeo que se recuerdan. Con el paso de los años se hablará de la conquista del Olympiacos a nivel colectivo y se rememorará cómo el lanzamiento de Printezis, héroe eterno ya para el equipo de El Pireo, voló a cámara lenta, con el tiempo suspendido a falta de un segundo, para hacer hincar la rodilla al todopoderoso CSKA de Moscú, el equipo de las estrellas de la NBA, el del idolatrado Kirilenko, que parecía predestinado al título. La canasta cayó prácticamente sobre la bocina (61-62).

Como los héroes mitológicos de la antigua Grecia, el Olympiacos renació de sus cenizas para hacer suyo un partido que al filo del tercer cuarto tenía perdido (53-34). En 12 minutos increíbles, en los que se amasaron todas las emociones posibles, el equipo griego pasó de perder por 19 a ganar por uno.

Para que el baloncesto diera otra lección de que no hay nada escrito de antemano, ni siquiera con el poder del dinero, el CSKA tuvo que perder dos veces. Primero, contra el Olympiacos. Y después, contra su indolencia, ese mal endémico del que se resienten los equipos sobrados de talento y faltos de determinación.

Fue tanto mérito del Olympiacos como culpa del CSKA un desenlance que da la segunda Euroliga de su historia al equipo de El Pireo, curiosamente con el mismo entrenador que consiguió la primera: Dusan Ivkovic. De eso hace 15 años. Fue en 1997, en Roma, y curiosamente, contra el Barcelona.

SISKAUSKAS, VILLANO / El Olympiacos no se dio por vencido. Y, en cambio, el CSKA jamás se quiso creer que el título se le podía escapar de las manos, después de haber reunido esta temporada en su plantilla a dos estrellas de la NBA como Kirilenko y Krstic y a uno de los mejores bases del continente, como Milos Teodosic.

En un partido de defensas asfixiantes, de conservadurismo en las pizarras, de miedo inicial, fue el CSKA el que consiguió imponer la pujanza de su talento. El equipo moscovita cerró su zona, impidiendo cualquier canasta fácil. El Olympiacos solo anotó tres en el primer cuarto (10-7) y tardó casi cuatro minutos en anotar en el segundo. Con eso, con los triples de Teodosic y las acciones de Kirilenko empezaron a despejar el camino para los rusos, incluso con facilidad (34-20 en el descanso, 53-34, m. 29). Pero sin nada que perder, sin ataduras psicológicas, el Olympiacos creyó en la remontada de la mano de Spanoulis, de Papanikolau y del héroe Printezis hasta firmar un parcial de 0-14 que les devolvió la fe en la victoria.

Hasta los últimos instantes, el CSKA creyó suyo el trofeo. Dos tiros libres fallados por Siskauskas a falta de 10 segundos hicieron posible el giro inesperado en el guion. La carrera de Spanoulis y el tiro de Printezis forman parte de la historia. Deporte en toda su grandeza.