La polémica

Kanouté y Cesc se piden perdón por teléfono

«Hemos aclarado lo que pasó y nos hemos pedido disculpas», desvela el azulgrana

Villa (tapado) y Pedro protegen a Cesc ante el acoso de los sevillistas Medel, Fernando Navarro y Kanouté.

Villa (tapado) y Pedro protegen a Cesc ante el acoso de los sevillistas Medel, Fernando Navarro y Kanouté.

JORDI TIÓ
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La refriega entre Kanouté y Cesc Fàbregas antes de que Messi lanzara un penalti que pareció perpetuarse en la eternidad tuvo ayer su continuidad en las redes sociales y la prensa digital, empeñada en algunos sectores en buscar una provocación previa a la desmesurada reacción del aparentemente tranquilo delantero sevillista. Sin embargo, con el precedente aún fresco del dedazo de José Mourinho a Tito Vilanova, una agresión indigna a la que se le buscaron toda clase de provocaciones previas (ninguna de ellas, curiosamente, captada por las decenas de cámaras de televisión), ayer también se trató de hallar una explicación a la desmesurada reacción de Kanouté, justificado por él mismo en Twitter por unos supuestos insultos. «Siento mucho lo ocurrido. No fue ejemplar», se disculpó previamente el delantero de Malí, para luego añadir: «No obstante, hubo provocación e insultos, ya sabéis. No le déis más vueltas. Gracias».

EL RECURSO FÁCIL / Cuando un jugador negro, y musulmán en este caso, habla de insultos hacia su persona, lo más fácil, seguramente por habitual, es pensar en que el motivo de la descalificación se debe a razones de etnia o religión. Por eso Cesc reaccionó de forma contundente, también en Twitter. «Quiero desmentir claramente que haya hecho algún tipo de insulto racista hacia algún jugador del Sevilla. Toda la vida he jugado con gente de todo el mundo y de todas las religiones, comparto vestuario con un jugador de Malí (en referencia a Keita), llevo un tatuaje árabe y mi pareja es libanesa. No hay muestras más evidentes de que esto no tiene sentido», afirmaba ayer en varios tuits el centrocampista azulgrana, con ganas de pasar página: «Ahora, a pensar en el Granada, que es lo que toca».

No obstante, Cesc siguió con sus reflexiones en Twitter. Esta vez en inglés: «Nunca me he comportado de esta manera. No toleraré que nadie me acuse de estas cosas. Si alguien se siente frustrado por alguna decisión que ha ido en su contra en el campo, hay otras formas de tratarlo. Echar mano del racismo es de cobarde y es la opción más fácil para justificar tu pobre comportamiento. Mi conciencia está tranquila. No hice nada malo», sentencia el azulgrana.

Finalmente, ante el cruce de tuits, ambos jugadores zanjaron la polémica por teléfono. «Acabo de mantener una conversación telefónica con Kanoute y los dos hemos aclarado lo que pasó. Nos hemos pedido perdón», contó el azulgrana. El sevillista refrendó la encajada de manos: «La cosa se explicó. Los dos somos adultos y conscientes de nuestra culpa ayer. Se acabó», agregó el delantero africano, a quien el árbitro ya tuvo que expulsar antes de agarrar por el cuello a Cesc. El delantero de Malí vio la amarilla por entrar en el área para, supuestamente, hablar con el portero Javi Varas. Luego, desplazó el balón, situado ya en el punto de penalti, otra artimaña que Iturralde González pasó por alto.

Tampoco Dani Alves cree que hubo insultos racistas. «Se está buscando una excusa para justificar la reacción de Frederic. Es extraño su comportamiento, no solo con la tangana sino, anteriormente, no dejando tirar el penalti. Creo que se calentó, pero como lo conozco, lo perdono», dijo ayer el lateral brasileño.