El reencuentro

Amigos sin excusas

Guardiola achaca el 1-1 a la incapacidad para cerrar el partido y Laudrup admite que la suerte les ayudó «Teníamos que ganar y no lo hemos hecho, el gol es parte del juego»

DAVID TORRAS
BARCELONA

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Quien los ha visto y quien los vio, sentados frente a frente, condenados a pelear desde el banquillo, ellos siempre tan cerca el uno del otro. Al final, Pep y Michael se estrecharon la mano, se dijeron alguna cosa y llegará el día en que hablarán del partido sentados en una mesa, como han hecho a menudo estos años recordando los tiempos deldream teamy a Cruyff por encima de todo. Ayer, no estaban para batallitas. En su primer mano a mano, acabaron en tablas, aunque el empate tuviera muy distinto sabor para los dos. Guardiola lo acogió como una derrota; Laudrup como un triunfo que engorda su currículum frente a los azulgranas. En tres partidos de Liga, dos con el Getafe y el de anoche, suma una victoria y dos empates.

Mourinho no se podrá quejar. La cantinela de que los equipos le regalan los partidos al Barça tiene un aire ridículo, tras las experiencias de Hércules y Mallorca. Laudrup ya arañó un empate frente al Madrid en Mallorca. Así que está en paz por más que le dese lo mejor a Guardiola y quizá no tanto a Mou.«Siete jugadores no habían pisado nunca este estadio y asusta un poco», explicó el técnico danés, que se refirió al Barça como«el mejor equipo del mundo»pero que vio cumplida la fórmula que había lanzado para sacar algo del Camp Nou.«Un poco de suerte y que tu portero haga un gran partido».

Falta de efectividad

Pero durante mucho rato tanto él como su segundo, otro buen amigo de Pep, Miquel Angel Nadal, lo pasaron mal, muy mal, convencidos de que iban a llevarse unos cuantos goles. Como todos los culés. La falta de efectividad, uno de los reproches que solía hacerle Cruyff, salvó aMichelinode salir malparado, y condenó al Barça a otra decepción.«No hay excusas. Teníamos que ganar y no lo hemos hecho. El gol es parte del juego», lamentó Guardiola, pese a ensalzar la actuación del equipo y mostrarse satisfecho por la capacidad para generar ocasiones.«Su gol es consecuencia de no haber cerrado el partido», dijo. No es nuevo y en este sentido recordó los problemas finales ante el Atlético y el Athletic.

Así que Laudrup se encontró inesperadamente con un punto que durante los primeros 40 minutos tenía más que perdido. El Barça era un espectáculo ante el que poco podía hacer. En el campo él acostumbraba a jugar como le venía en gana, pero con el Mallorca está obligado a vivir de otra manera. A menudo recuerda, que hace ya unos cuantos años, perdió un balón -toda una noticia- después de una croqueta, un sombrero y alguna virguería más, y un joven compañero que tenía a lado le soltó:«Michael, juega sencillo».«Pep, esto es sencillo», le respondió sonriente. Ayer, Laudrup debió sentirse mucho más cercano al equipo que tenía enfrente que al suyo.

Bota de oro

El Barça de Pep también juega sencillo, pero nadie puede jugar igual como nadie era capaz de hacer lo que él hacía en eldream team. O lo que hace Messi, que al poco de la Bota de Oro a la grada, donde destacaba una enorme bandera argentina, metió otro gol para recordar, justo cuando Laudrup se acababa de levantar para pedirle a los suyos que presionaran. Con Leo no hay presión que valga o eso parecía. Quién podía imaginar entonces que acabaría agotado, lanzando algún gesto de rabia tras una ocasión perdida, peleado con el gol como Bojan, y Pedro, y todos los demás, mientras Villa sufrió desesperado en el palco junto a Xavi.«Ha creado ocasiones pero no mete», reconoció Laudrup, que no quiso ahondar en este problema, respetuoso con su colega. «Preguntadle a Pep».

Y vaya si le preguntaron. Pero la explicación no es fácil.«No es una cuestión de azar. Hay que analizarlo», admitió. Algun día, los dos podrán recordar este partido. Y el que les queda en Mallorca.