La reunión de la junta

600.000 €* + variables*(100 millones de pesetas)

Laporta recompensa a Joan Oliver, el responsable del espionaje, con un aumento de sueldo

Laporta, Oliver y el vicepresidente Yuste, ayer al salir de la reunión de la junta.

Laporta, Oliver y el vicepresidente Yuste, ayer al salir de la reunión de la junta.

MARCOS LÓPEZ
BARCELONA

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Acostumbrado a resistir en situaciones extremas, Joan Laporta arrancó ayer la complicidad de la junta, pese a las diferencias que existen, y reforzó la figura de Joan Oliver, el director general corporativo del club y responsable de la investigación a cuatro vicepresidentes del club (Jaume Ferrer, Joan Franquesa, Joan Boix y Rafael Yuste) el pasado mes de abril. No solo eso. No solo lo reforzó pública y privadamente Laporta –«pedí a mis compañeros de junta si querían tratar esta cuestión, pero ninguno ha considerado necesario que reabriera un tema ya cerrado», subrayó el presidente– sino que también confirmó que había aumentado el sueldo de Oliver hasta los 600.000 euros (100 millones de pesetas) más variables, que oscilarían entre 200.000 y 300.000 euros más, en función de los objetivos que consiga.

«En su momento se consideró que Joan Oliver merecía tener un sueldo en consonancia con la importancia de su rol», fue la justificación que dio Laporta para mejorar el salario del ejecutivo, que triplica ahora el que percibía Anna Xicoy, la directora general que tuvo el Barça antes de que llegara Oliver en septiembre del 2008. ¿Cuál fue el momento? El presidente no lo explicó. Pero se sitúa justo al final de temporada, después, por tanto, de que estallara internamente el escándalo. Y cuando ni siquiera el ejecutivo llevaba un año en la gestión del club. «Oliver es un hombre inteligente, competente, con una capacidad enorme de trabajo. Lo está haciendo muy bien», dijo en un amplio catálogo de elogios hacia el director general.

SIN BLINDAJE / Tan amplio resultó ese catálogo que hasta el propio Oliver le pidió, discretamente, eso sí, a Laporta que parara de hacerle tanto halago. Pidió incluso una botella de agua, pero el presidente no se detuvo. «Cobra 600.000 euros más variables y sin ningún blindaje, algo que nos pidió expresamente el señor Oliver. Algo muy honorable por su parte», recalcó Laporta, quien precisamente liquidó a su llegada al club a Xavier Pérez Farguell, el director general de Gaspart, entre otras cosas, porque su sueldo –ligeramente superior a los 100 millones de pesetas entonces– era desorbitado y, además, estaba blindado. En el caso de Oliver, Laporta comentó su decisión «dos veces en la junta y también en la comisión delegada».

Curiosamente, la directiva no aprobó esa mejora porque le llegó cuando ya estaba pactada. «Son cifras que entran dentro de la más absoluta normalidad, Mi opinión es que debería cobrar incluso más», dijo Laporta ante los periodistas, que no solo hablaba a la prensa. Tenía delante suyo a 12 de los 17 directivos que le acompañan en la junta, empeñados como estaban en difundir la foto de la unidad. No estaban, sin embargo, dos personajes capitales en esta división de la junta.

NI GODALL, NI SALA MARTÍN / No estaban en esa sala ni Alfons Godall, el vicepresidente primero y portavoz del club, que no ejerció ayer su función porque la asumió Laporta, ni tampoco Xavier Sala Martín, el directivo elegido por el presidente para encabezar, sea como número uno o como número dos, tras Godall, la candidatura laportista. «Ante la expectación creada por esta reunión, se ha considerado que debería salir yo como presidente y Oliver como director general», dijo Laporta para justificar que «el portavoz no esté aquí».

No estaba arriba, junto al poder real (Laporta) y ejecutivo (Oliver) del club. Ni tampoco abajo con sus compañeros de junta, sentados todos en las dos primeras filas de la sala de prensa del Camp Nou. Además de Godall y Sala Martín también se registraron dos ausencias más, las de Josep Cubells (secretario de la junta) y Alfons Castro, uno de los cuatro directivos que acompañan al presidente desde el 2003. No estaban en la rueda de prensa, pero participaron todos en la reunión de la junta

Una cita muy esperada porque era la primera vez en que se veían todos juntos después de que EL PERIÓDICO destapara el escándalo del espionaje. Mucho ruido, pocas nueces. Sobre ese delicado asunto, y tras casi cuatro horas de reunión, ni una sola explicación, «Es un tema cerrado, no tengo ningún interés en hablar más de eso. Sucedió hace cinco meses y todos juntos lo dimos por cerrado», recalcó Laporta. «Nunca he mentido, comparto las palabras del presidente», precisó Oliver.

Ambos se negaron a confirmar el fin electoral de la investigación a los 4 vicepresidentes –sentados en la primera fila– apelando a que, como dijo Laporta, «estamos centrados en la obra de gobernar».