Champions League

Remontada histórica del Barça y billete a la final de la Champions en Bilbao (0-2)

Las culés dan la vuelta al resultado de la eliminatoria y baten al Chelsea con dos tantos de Aitana y Rolfö para plantarse en la final de la Champions

Laia Bonals

Laia Bonals

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Creer va más allá de las pruebas. Ya podía haber hecho el Barça su peor partido en la ida, ya podían las dudas sobrevolar un equipo que está al límite en cuanto a lo físico. Ya podía ser lo que fuera, que si a este Barça se le pone un reto delante y se duda de que lo podrá lograr, calla bocas a base de fútbol. Es un escándalo lo que han conseguido estas jugadoras y Stamford Bridge no iba a ser una excepción. El conjunto dirigido por Jonatan Giráldez se desquitó ante el Chelsea (0-2) y remontó la eliminatoria. Estarán en Bilbao para el delirio culé.

La gesta fue inmensa y el partido, tosco. Al Barça le duraba poco el balón. Le quemaba, necesitaba encontrarse, respirar con pausa después de lo de Montjuic. Las culés tenían prisa, no solo por poner la igualdad en el marcador, sino por reivindicarse. Por volver a hacerlo. Por conseguir que la historia se acuerde de ellas y vitorée sus nombres. Por plantarse en la final de Bilbao, sin renunciar a lo que son.

Toda esa celeridad se sentía en cada pase. La construcción era fluida, harmoniosa, con los tempos de un metrónomo. El césped, un pelín largo para gusto azulgrana, se espabiló con la lluvia. Empezó a deslizar, a acompañar las prisas culés facilitando la construcción, sobre todo por la banda derecha, bajo los mandos de Lucy Bronze y Caroline Graham Hansen.

El látigo Hansen

La noruega es magia. De hecho, tuvo la primera clara para el conjunto catalán con un remate desde fuera del área, como un látigo, que acabó impactando contra Hampton. Era imposible pillarla con su caracoleo entre líneas. Rebrincó entre defensas y se escabulló de las mediocampistas a placer. No por falta de oposición, sino por exceso de talento. Ve el fútbol a otro ritmo y en Stamford Bridge el Barça aprovechó su genialidad una vez más.

Celebración del primer gol de Aitana Bonmatí

Celebración del primer gol de Aitana Bonmatí / REUTERS_Peter Cziborra_

Pasaban los minutos y en el banquillo se impacientaban. Cada vez estaba más cerca y algunas de las jugadoras suplentes se removían en sus asientos. Faltaba ese algo. Lo que diferencia un equipo ganador de uno campeón. Eso que hace que cientos de culés se recorran Europa para verlas. No es solo el triunfo, hay algo más. Eso que te hace creer a oscuras en un equipo.

Coraje y rabia

Y Aitana Bonmatí recogió el balón en el balcón del área. Con un golpe seco, paró el pase de Patri Guijarro, para acomodársela en la pierna izquierda mientras cambiaba la dirección. Ya de cara a la portería, lo vio. Más bien, lo sintió. No hizo falta pausar, ni pensar. Se escabulló de Niamh Charles que la esperaba en la central y, con la derecha disparó. Se quedó quieta, igual que el resto del equipo, mientras el balón avanzaba. Un escalofrío. Era el momento. Cuando la red lo cobijó, echó a correr.

Coraje y rabia se podían ver en sus ojos. Estalló la euforia. Las culés que estaban sobre el verde corrieron a abrazarse mientras que el banquillo pegó un bote. Gritaron, se abrazaron, cayó alguna colleja y algún zarandeo. Puro desquite. Aitana miró al córner dónde las gradas del mítico Stamford Bridge se teñían de azulgrana. Pidió más, demandó ese apoyo que las había alzado en la rocosa remontada.

Las jugadoras del Barça celebrando el gol de Aitana ante el Chelsea

Las jugadoras del Barça celebrando el gol de Aitana ante el Chelsea / EFE

Tras el tanto, el Chelsea se revolvió incomodando de pies a cabeza al equipo azulgrana. Primero Leupolz remató a placer un pase de Lauren James que terminó estampándose en el travesaño. Después Macario reventó el balón desde la esquina del área, enviando el esférico justo al lado opuesto de la portería. Cata Coll la intuyó, y se lazó tapando lo justo para rechazar el balón.

Suplicio en la segunda mitad

El segundo tiempo empezó como un suplicio para el Barça. El Chelsea contó sus ocasiones a pares mientras la lluvia helaba el ambiente. Las blues, envalentonadas tras dos buenas acciones, dejaron de medir y Kadeisha Buchanan en poco más de 3 minutos fue amonestada con dos amarillas y tuvo que emprender el camino a vestuarios más temprano de lo que a Emma Hayes le hubiera gustado. El Chelsea se quedaba con diez, no había mejor momento para apretar. El Barça usó los primeros compases con superioridad para reordenarse. Tocaba hacer que su posesión, estéril en el primer cuarto de hora desde la reanudación, se impregnara de su voracidad.

Bailaron al compás de Aitana, con sus aceleraciones de infarto. Todo se pausó en el momento en que cayó al suelo. Jessica Carter la derribó con un empujón. A Fridolina Rolfö se le dibujó media sonrisa cuando la colegiada señaló la pena máxima. Entre la vorágine de jugadoras 'blues' que atosigaban a la árbitra, ella colocó el balón sobre el punto de penalti. Entró ajustadita al palo izquierdo, para completar la sonrisa de Rolfö mientras empezaba a correr y extender los brazos. El Barça estaba en Bilbao, ahora no podían fallar.

Aguantaron el 0-2 como lo hacen los campeones. Sin jugarretas más dignas de otros, con la intensidad que requiere ser finalista de la Champions. Bilbao las espera y ellas vuelven al lugar que siempre les ha pertenecido. La historia ya la han cambiado. El 25 de mayo tocará hacer ensordecedor su reinado.

Ficha técnica

0 - Chelsea: Hampton; Ashley Lawrence (Périsset, m.84), Jess Carter, Buchanan, Niamh Charles; Erin Cuthbert, Leupolz (Beever-Jones, m. 76); Rytting Kaneryd (Millie Bright, m.84), Lauren James (Fran Kirby, m.84), Nüsken; Macario (Guro Reiten, m.63).

2 - Barcelona: Cata Coll; Lucy Bronze, Engen, Paredes, Engen, Ona Batlle (Mariona Caldentey, m. 67); Aitana Bonmatí (Alèxia Putellas, m. 90), Walsh, Patri Guijarro; Graham Hansen (Clàudia Pina, m.86), Salma Paralluelo, Rolfö.

Goles: 0-1: Aitana Bonmatí, m. 25. 0-2: Fridolina Rolfö, m. 74, de penati.