'Sombra y hueso': Así es Ben Barnes, el villano mas 'sexy' y oscuro

A Ben Barnes le viene como anillo al dedo el papel de supervillano que le ha dado el estreno de 'Sombra y hueso' (Shadow and Bone), la versión del  'best-seller' de Leigh Bardugo que Netflix ha traído en forma de serie a la pequeña pantalla. Barnes, actor británico de 39 años, encarna al general Kirigan, el Oscuro, que es capaz de conjurar fuerzas mágicas malignas para satisfacer su ambición y su ánimo de venganza. El Kirigan de Barnes tiene un innegable  carisma, con su aire seductor e hipnótico cargado de ambivalencia. Y no es para menos: su relación con la antagonista de la serie recuerda a la relación de Drácula con Mina en la versión más sensual del mito de todas, la de Francis Ford Coppola.

De hecho, ha generado controversia una escena tórrida en la que él pide “el consentimiento” sexual expreso antes de ir más allá, una frase que no aparece en el libro y que según él mismo relató a ‘Hollywood Reporter’ pidió que se incluyera pensando en los referentes de comportamiento que transmite la serie a la audiencia, sobre todo a los más jóvenes. 

En la gira promocional de 'Shadow and bone', contaba entre risas que si tuviera que elegir otro papel habría querido interpretar a algún personaje de los Cuervos, la banda de delincuentes que actúa a lo 'Ocean's Eleven'. Y no será porque no haya tenido su ración de acción. Fue también un villano de altura (mide 1,85) en 'The Punisher', la serie de Netflix de la factoría Marvel donde interpreta a Billy Russo, también conocido como Jigsaw, un experto en artes marciales y combate que había formado parte de la misma unidad militar que el protagonista, Frank Castle y que se convierte en su archienemigo.

Hijo de padres psiquiatras, creció en el sur de Londres, y su primer acercamiento al teatro fue ya en la adolescencia, cuando supo que quería ser actor. Que uno de sus primeros papeles juveniles fuera de Don Juan ha quedado ya para la anécdota.  Sus incursiones en la música fueron paralelas, y llegó a formar parte de un grupo que compitió para ir a Eurovisión, Hyrise, un experimento que no le acabó de convencer. 

Eso era en 2004, y y solo cuatro años después se volcaría en el mundo de la interpretación al ser elegido para el papel de príncipe Caspian en la gran producción de Disney Crónicas de Narnia. Ahí ya dibujaba su papel con los claroscuros de un joven tentado por el mal para conseguir sus objetivos.

Su capacidad de encarnar la perversidad le ha dado también oportunidades en otros géneros: Ben Barnes hizo de Logan, el heredero de la inversora que hay detrás del parque temático de Westworld, en HBO, un personaje sin escrúpulos y sádico que se salta los límites de la relación con los robots. 

No debe con todo tener miedo a encasillarse. El actor ha hecho sus pinitos en otros géneros más acordes con su otra gran pasión, la música: En 2014 rodó una película romántica con Katherine Heigl, en la que interpreta a un músico callejero, y si en sus redes sociales se presenta como actor y músico, su cuenta de Facebook está poblada de vídeos en los que toca el piano y canta versiones de otros músicos y bandas musicales, desde los Beatles a Nat King Cole y Bob Dylan. Su actividad creció con el confinamiento para evitar la propagación del coronavirus y no ha desaprovechado su faceta pública para hacer activismo por el #Quedateencasa y las luchas contra el cáncer, por la protección solar, el uso de mascarilla y la vida sana. 

También ha sido el rostro del videoclip de Mt. Wolf de la canción 'Soteria', en que recrea un personaje problemático, y que da fe de sus lazos permanentes con el mundo musical de una u otra forma

Las películas más recientes suyas que podemos ver en plataformas son Gold Digger ('El Cazafortunas'), de 2019, que está disponible en Atresmedia, y El séptimo hijo, en Netflix, de 2014. 

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