ENTREVISTA A LISA TADDEO

"La pandemia ha provocado que a las mujeres se nos exija más"

La periodista explora en un libro el deseo sexual femenino a través de la vida de tres mujeres

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Irene Savio

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Durante ocho años, Lisa Taddeo viajó por su país, esquivó prejuicios de colegas resabiados y entrevistó a decenas de mujeres para investigar sobre el deseo y la sexualidad en la América del siglo XXI. Fruto de sus pesquisas es 'Tres mujeres' (Principal de los Libros / Més Llibres), un libro superventas en Estados Unidos que cuenta las historias reales de Lina –una ama de casa víctima de una violación que tiene un marido que no la besa–; Sloane –propietaria de un restaurante en el rico estado de Rhode Island y aficionada a los tríos– y Maggie –una joven estudiante que mantuvo una relación con un profesor casado y la única del grupo que aceptó usar su verdadero nombre–.

'Tres mujeres' se ha convertido en un fenómeno editorial también por la cercanía del estilo de Taddeo al verismo del Nuevo Periodismo. Esta entrevista, a distancia, tuvo que realizarse en dos días, porque la periodista se encontraba atareada, en medio de una mudanza a su nueva casa de Washington, no la bulliciosa capital del país, sino el pequeño pueblo del tranquilo estado de Connecticut donde vive con su marido y su hija de 5 años. 

Hasta hace poco, en España, en Europa en realidad, no sabíamos de su existencia y, en cambio, ahora la conocemos a través de 'Tres mujeres', que acaba de ganar el premio a  mejor libro de no ficción en Gran Bretaña . ¿Se esperaba esta acogida? 

Es difícil de creer. Pensé que había escrito un libro sencillo. Quiero decir, me siento un tanto confundida…, pero feliz. Tenía la esperanza de que, con mi libro, algunas personas se sintieran menos solas. Lo que no imaginé es lo que está pasando. 

¿Es usted feminista? 

¿Por qué me hace esta pregunta? Claro que sí, lo soy. Soy feminista del tipo que cree que toda persona, más allá de su género, debería ser tratada exactamente de la misma manera y tener exactamente las mismas oportunidades. El hecho de que hasta ahora no haya sido así, me sigue dejando atónita.  

Las protagonistas de 'Tres mujeres' viven en situación de inferioridad en el terreno afectivo y sexual. ¿Cree que esta desigualdad es general en todo el mundo? 

Creo que sí, también en los mejores casos, subsiste la desigualdad entre bastidores. Hemos avanzado en algunos aspectos, pero también ha habido regresión.

Llama la atención el trabajo de investigación que hay detrás de 'Tres mujeres'. No paró de investigar ni después de dar a luz su hija. ¿Me puede decir cómo sobrevivió económicamente? 

"Soy feminista 
del tipo que cree
que toda persona,
más allá de su
género, debería
ser tratada de la
misma manera
y tener las
mismas
oportunidades"

Fue muy difícil. Nos endeudamos mucho. Todavía estamos pagando [las deudas] y creo que seguirá así por bastante tiempo. 

¿Es cierto que su esposo creyó en su libro más que usted misma? 

Oh, sí. Estuve trabajando en este libro durante mucho tiempo y pasé momentos en los que me sentí increíblemente desalentada. Y él no paró de repetirme que estaba muy bien lo que estaba haciendo y que tenía que continuar. 

Se la ha relacionado con esa tradición periodística que fue el Nuevo Periodismo, el de Tom Wolfe, Joan Didion, Gay Talese... ¿Está de acuerdo? ¿La han influenciado estos autores?  

Sí y no. He leído a estos autores toda mi vida, han sido parte de mi vida. Pero también he leído mucho a Stephen King siendo niña. Y quizá también me ha influenciado... Lo cierto es que lo que me propuse es escribir un libro que a mí me gustara leer. 

He leído que usted tuvo un encuentro, o mejor dicho un desencuentro, con Gay Talese, que le hizo un comentario sexista. ¿Me cuenta qué pasó?

En el 2010, fui a verlo a su casa en Nueva York y, de repente, estando él sentado en una silla gigantesca y yo en otra más baja, me dijo que nunca lograría escribir algo mejor de lo que él había escrito y que, si tan solo aspiraba a acercarme a esa excelencia, la única manera de hacerlo era acostándome con hombres casados, porque él no había podido indagar precisamente sobre ese tema. Y eso fue. Me marché a mi casa, pensando: ‘Dios mío, no me puedo creer que alguien me haya dicho esto’. Sabía que jamás haría lo que él me había planteado y, aun así, llegué a preguntarme: ‘¿Soy una mala periodista?’. Fue todo muy raro.

¿Ha vuelto a tener noticias de él?

Sí, lo vi recientemente en una cena de la biblioteca pública de Nueva York y me dijo algo así como: ‘Oh, he visto que a tu libro le ha ido bien’. No fue muy gentil, la verdad. En realidad, también cené con él cuando me encontraba en la mitad [de la escritura] del libro y mi hija ya había nacido. Me miró y me soltó algo así como: ‘Ahora eres una madre. ¿Qué estás haciendo?’. Él tiene dos hijas. Todo eso fue muy ridículo. Sé que él es un hombre mayor y que suele decir cosas muy antifeministas. Sigue anclado en viejos clichés, pero aún intentándolo comprender, es difícil tener que escuchar algo así. 

Qué decepción, ¿no?

Pues, sí.

Ha escrito otro libro, 'Animal', y de nuevo la protagonista es una mujer. ¿Los hombres no le interesan como sujetos literarios?

Bueno, creo que se ha escrito bastante en toda la historia sobre hombres, mientras que las voces de las mujeres, entiende…, necesitan más eco. Creo que las mujeres son más complejas, tienen más pensamientos dinámicos. Sus mentes no paran de dar vueltas. No es que piense que los hombres no son interesantes. Cuando empecé a trabajar en 'Tres mujeres' no elegí específicamente a mujeres [como protagonistas], lo que me atrajo fueron sus historias, que me dieron la profundidad que quería.   

¿Cree que la pandemia está cambiando las reglas del juego por lo que respecta a la igualdad?

Escribí precisamente sobre este tema. Nos encontramos en un momento en el que se espera que las mujeres hagamos más esfuerzos que nunca. Se nos pide más. Estamos a cargo de la enseñanza, del trabajo, de la cocina...

¿Y en el plano sexual?

No lo sé, la verdad. Estamos viviendo una época tan salvaje que no creo que se puedan hacer predicciones de ninguna clase. Pero sí, hay algunas señales de regresión últimamente en diversos frentes.

¿Eso le preocupa? 

Asusta lo que está pasando. Si me hubiera hecho esta pregunta  hace un año, creo que habría respondido de otra manera. En Estados Unidos, por ejemplo, está habiendo muchísimas protestas por motivos diversos…

¿Cree que los intelectuales están jugando el papel que deberían en esta situación?

Algunos lo están haciendo y otros, no. 

¿Los que no lo están haciendo son los más?

Bueno, sí, digamos que sí.

"Cuando estaba
en la mitad de
[la escritura] de mi
libro y mi hija
acababa de nacer,
coincidí con Gay
Talese. Me miró
y me dijo: ‘Ahora
eres una madre.
¿Qué estás
haciendo?’"

¿Ha pensado en escribir un libro de contenido político? 

No, no lo he hecho. Pero, si lo hiciera, me gustaría analizar la situación a través de una perspectiva molecular, quiero decir muy de cerca. Por ejemplo, siguiendo el caso de una persona, o de tres personas, que están siendo perjudicadas por la actual Administración. Me interesaría escribir sobre eso. 

Quizás le he dado una idea. 

Tal vez. Si escribo el libro se lo hará saber (ríe). 

Su madre emigró desde Italia. ¿Esta circunstancia la ha sensibilizado más respecto al fenómeno migratorio?

Siempre he sido sensible al modo en el que mi madre se sentía extranjera en América. La escrutaban bastante, como si ella no fuera inteligente, por su acento, de una manera muy supremacista. Lo irónico es que ella procede de Predappio [el pueblo italiano donde nació y está enterrado el dictador Benito Mussolini].  

¿Sentía usted que discriminaban a su madre?

Sí y eso me enojaba. E intenté evitar que eso me sucediera a mí o que ahora le pase a mi hija. 

¿Existe ese peligro?

Sí, nada ha cambiado en este sentido.

Pero, Estados Unidos tiene la imagen de un país moderno. 

No creo que Estados Unidos sea el país moderno que yo pensé que era. Sobre todo, lo pienso después de escribir este libro. Creo que he descubierto un país menos moderno que otros en la esfera emocional y sexual.  

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