ANIVERSARIO DE UN CLÁSICO

'Tiburón' cumple 45: el terror continúa

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Quim Casas

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Los grandes estudios de Hollywood habían entendido a principios de los años 70 que convenía tener en cuenta a los directores más jóvenes. El recambio generacional no era una opción, sino una necesidad. Solo así puede entenderse que Paramount aceptara que Francis Ford Coppola se pusiera al frente de una de sus películas de mayor envergadura, 'El padrino' (1972), y que Universal escogiera a Steven Spielberg para realizar 'Tiburón' (1975). Coppola, al menos, tenía cuatro películas en su haber, pero Spielberg solo había realizado un largometraje, 'Loca evasión' (1974), además de algunos episodios de series televisivas y el telefilme 'El diablo sobre ruedas'. 

A principios de los 70, los grandes estudios entendieron que urgía un recambio generacional

Los productores de 'Loca evasión', Richard D. Zanuck y David Brown, invirtieron tres millones de euros en el filme y el resultado en taquilla fue malo. Pero en contra de lo habitual, no perdieron la esperanza en Spielberg y le encargaron 'Tiburón' con un presupuesto de siete millones (arriba, en la foto, en un momento distendido del rodaje). La película se basaba en un 'best seller' de Peter Benchley, escritor experto en novelas marinas y submarinas. De la adaptación se encargó Carl Gottlieb, pero a la escritura se sumaron otras voces.

La recordada secuencia en la que el cazador de tiburones (Robert Shaw) y el oceanógrafo (Richard Dreyfuss) lucen, orgullosos, las cicatrices que tienen en sus cuerpos fue escrita a partir de una conversación telefónica que mantuvo Spielberg con el director John Milius, quien acababa de firmar el guion de 'Apocalypse Now'.

Taquillazo

'Tiburón' arrasó en taquilla. Los siete millones invertidos fueron recuperados en el primer fin de semana de exhibición. Su trama es sencilla: un poderoso escualo blanco siembre el terror en las playas de una localidad veraniega del este del país. Durante la primera mitad de la cinta asistimos a sus ataques indiscriminados: una joven que se baña de noche en la célebre secuencia inicial, cuyo estilo de filmación –con la cámara subjetiva, que se corresponde con la visión del tiburón, subiendo hasta la superficie mientras palpita la música de John Williams– crearía escuela; unos pescadores, unos jóvenes en una embarcación…

La secuencia en la que el cazador de tiburones y el oceanógrafo lucen sus cicatrices surgió de una conversación entre Spielberg y el director John Milius

La segunda parte, mucho más tensa y dilatada, se centra en el enfrentamiento del escualo con el cazador, el oceanógrafo y el jefe de policía (Roy Scheider). La sombra de 'Los pájaros', de Alfred Hitchcock, revolotea sobre las situaciones de la primera mitad, mientras que la segunda, con elementos que recuerdan a Moby Dick –el personaje de Robert Shaw acaba siendo un símil del capitán Ahab de la novela de Herman Melville–, es una lucha desproporcionada con un ritmo narrativo propio de un relato de suspense.

'Tiburón' fue un éxito en su estreno estadounidense ya el primer fin de semana del verano de 1975, pero tuvo sus consecuencias. Del mismo modo que la película de Hitchcock expandió la ornitofobia, la de Spielberg aumentó la selacofobia, el miedo irracional a los tiburones. ¿Hay alguien que, habiendo visto el filme, no haya mirado alguna vez hacia abajo al bañarse en el mar, interrogándose qué hay en las profundidades? De hecho, lo que hizo Spielberg es lo que hacen todos los directores dedicados al cine de terror: jugar con nuestros miedos y sacarlos a la luz. De ahí el éxito de la película, en 1975 y 45 años después.

Alarma y turismo

El filme planteaba ya entonces un debate contemporáneo. En plena emergencia por el covid-19, los gobiernos han tenido que anteponer algunas soluciones pensando antes en la economía que en las medidas de seguridad sugeridas o dictadas por los epidemiólogos. En la película se da una situación similar. El jefe de policía pide al alcalde de la localidad, Amity, que cierre todas las playas ante la amenaza del tiburón, pero este se niega por miedo a que los turistas se vayan y se pierdan los ingresos de toda la temporada. De nuevo manda la economía. El filme ganó mucho dinero, pero, aquel verano, los centros turísticos de las costas estadounidenses perdieron buena parte de sus ingresos. 

De secuelas y delirios

‘TIBURÓN 2’ (1978)

Pese a que Spielberg cerró la historia, cuatro años después apareció la primera secuela, argumentalmente similar y con Scheider repitiendo su papel.

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