VIAJES VIRTUALES

Google Street View contra la agorafobia

Jacqui Kenny, que sufre ansiedad y no puede viajar, recorre el mundo desde su Instagram

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Noelia Sastre

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Jacqui Kenny vive recluida, con alguna salida esporádica a pocos metros de su casa. No por elección ni por confinamiento obligatorio, sino por la extrema ansiedad que sufre desde los 20 años y un diagnóstico de agorafobia que llevó a esta neozelandesa residente en Londres a replantearse su vida por completo. Lo hizo, entre otras cosas, a través de esa ventana al mundo que resultó ser para ella Google Street View, herramienta con la que recorre el planeta desde su ordenador. Explora, captura, recorta y sube fotografías a su cuenta de Instagram. Hermosas imágenes con una sombra que llama su atención. O un color, un árbol, un perro, una moto. 

«En el 2016 estaba pasando por un momento durísimo y busqué una nueva forma de conectarme con el mundo. Google Street View me permitió desarrollar un lenguaje visual que tenía mucho que ver con cómo me sentía», recuerda Jacqui. «Las posibilidades eran infinitas; millones de imágenes por descubrir. Buscaba momentos mágicos, detenidos en el tiempo en lugares remotos que ni siquiera sabía que existían. Me divertía saltar de una ciudad a otra en segundos, sin fronteras ni ansiedad. Cuando empecé a compartir mi historia en Instagram recibí mensajes de mucha gente con problemas similares que me dan fuerzas para seguir».

Un mundo a medida

Y así, a través de los viajes virtuales, ha hecho un mundo a su medida. Al principio todo le llamaba la atención, aunque con el tiempo desarrolló un especial interés por la luz cegadora y las temperaturas extremas del desierto. «Me aterroriza y fascina al mismo tiempo. Para alguien con agorafobia, el desierto intimida. No hay salida ni forma de escapar». Poco a poco fue dejando las grandes ciudades para aventurarse en pequeños pueblos con mucho espacio «donde las imágenes respiran».

Jacqui ha paseado por todos los países con Street View, pero sus favoritos son Senegal, Mongolia, Kirguistán, Chile, Perú y México. «Mis elecciones tienen mucho que ver con la emoción. Estoy preparando un libro titulado 'Muchas noches' que saldrá a finales de año y ha sido muy interesante el proceso de selección de imágenes. Si me llevan a algún sitio, las escojo. Son escenas del día a día pero no parecen encajar en el mundo real. Como yo misma. Me representan de alguna forma: en todas hay luz y oscuridad».

Sus fotos se podrán ver en Barcelona el año que viene. Su hermana vive en la ciudad y están ultimando detalles con una galería para una exposición como la que le llevó a Nueva York en el 2017. «Viajé con cuatro personas. Tuve mucha ayuda y me di cuenta de que he mejorado desde que hablo abiertamente de mi ansiedad y agorafobia. Mi mayor miedo es perder el control, avergonzarme delante de la gente, pero ahora que se lo he dicho a todo el mundo ya no tiene tanto poder sobre mí». 

Ataque de pánico

Hace 16 años, Jacqui sufrió un ataque de pánico en Italia. «Llegó de la nada, sin avisar. No podía respirar. Sentía que mi corazón explotaba, que me moría. Había tenido episodios anteriores pero ninguno tan abrumador, tan lejos de casa. En ese momento vivía en Nueva Zelanda y no volví a viajar hasta que me mudé a Londres por trabajo. Después la ansiedad empeoró y me quedó claro que necesitaba ayuda. Me diagnosticaron agorafobia hace 10 años. Como había vivido ataques de pánico en diferentes situaciones, dejé de frecuentar sitios donde podía sentirme atrapada. Ni trenes, ni aviones, ni autobuses. Evitaba reuniones de trabajo, supermercados, eventos sociales. La lista se hacía cada vez mayor y mi mundo, cada vez más pequeño».

Lo que más le sorprende de su experiencia es el tiempo que tardó en buscar ayuda. «Al menos ahora hablamos de ello. Hace 20 años no había información». Jacqui lo hizo por su hermana. «Se casaba en Nueva Zelanda y tenía claro que sufriría todavía más si no volvía a ver a mi familia».

Una combinación de terapias y meditación en el sistema público de salud británico le ayudaron a prepararse para el vuelo, además de un curso contra el miedo a volar. «Éramos más de 100 personas y el miedo no se reflejaba en la cara. Eso pasa con las enfermedades mentales: desde fuera nadie puede imaginar el sufrimiento». Ella intenta gestionar la ansiedad, encontrar formas de minimizarla. Por eso este proyecto ha sido un salvavidas. «Me ha dado voz, confianza, aceptación, coraje para salir de mi zona de confort y dejar de avergonzarme». En todo este proceso ha aprendido a apreciar lo que tiene cerca, su barrio, las pocas calles que frecuenta. «Y el viaje interior, el más importante que nos toca hacer a todos. Algo que disfruto mucho es que no necesitas viajar de la forma tradicional para descubrir mundos nuevos. Cuando me preguntan si recomiendo usar Street View a quienes sufren de agorafobia siempre digo que no es tanto la plataforma, sino encontrar tu propia expresión creativa que además te ayude a entender por lo que estás pasando».

¿Su consejo para sobrellevar el actual estado de alarma? «Estar conectados, apoyarnos a través de internet y las redes sociales, cuidarnos los unos a los otros. Pensar en positivo, buscar actividades para mantenernos sanos mentalmente. Sé que es difícil pensar en el presente. La cabeza te lleva al pasado o al futuro, es muy complicado controlar la ansiedad cuando estás aislado. A mí me ayuda mucho la meditación».

La agorafobia, explica, «no es solo fobia a los espacios abiertos; es tener miedo a estar en situaciones sin salida, sin ayuda, que normalmente terminan en un ataque de pánico. A la gente le cuesta entender que quienes sufren una enfermedad mental necesitan toda la fuerza del mundo para hacer la cosa más pequeña. Cada paso es como escalar al Everest. A todos aquellos que vivimos con esto: ¡sabed que somos unos valientes!». 

Postureo en tiempos de covid-19

Si hasta ahora se trataba de enseñar idílicas playas, palmeras infinitas, recetas de domingo, hoteles de lujo, atardeceres caribeños y el mismo selfi una y otra vez, la gente se ha puesto creativa en la red social que vive de dar envidia. Y como no se puede salir de casa, Instagram se ha llenado de 'influencers' enseñando sus botas nuevas en imágenes de Google Street View, colocándose en una céntrica plaza de Roma (foto) o París con cara de sorpresa.