Una carrera a la sombra de Hollywood

Como protagonista de la trilogía que abrió 'La guerra de las galaxias', Mark Hamill (1951) estaba llamado a ser una estrella del cine, pero su personaje de Luke Skywalker acabó siendo más una rémora para su carrera que el billete hacia el éxito que se presuponía. Hamill no llegó jamás a encontrar un papel que diera continuidad en taquilla a sus prometedores inicios y durante las tres décadas siguientes tuvo que buscarse las lentejas en el teatro y, sobre todo, poniendo la voz en películas de animación y doblando hasta videojuegos.

Hijo de un militar de la Marina, las cosas empezaron a torcerse antes incluso de que se estrenara 'La guerra de las galaxias' en 1977. Ese mismo año, Hamill tuvo un accidente de tráfico mientras conducía su BMW por una autovía californiana. Se rompió la nariz y los dos pómulos, y su cara ya no volvió a ser la misma hasta el punto de que George Lucas tuvo que añadir una escena en 'El imperio contraataca' para justificar las visibles cicatrices que surcaban su cara.

Hamill trabajó en 'Más allá de la gloria', la película bélica de Samuel Fuller estrenada en 1980, pero aquel trabajo notable fue una de las excepciones de una década marcada por los portazos de varios productores reacios a trabajar con un actor tan asociado al personaje icónico de Skywalker. Tras buscar refugio en el teatro, en obras de tanto éxito como 'El hombre elefante' o 'Amadeus', se presentó a la audición para interpretar a Mozart en el cine, pero los productores se lo quitaron de encima diciéndole : "No queremos a Luke Skywalker en nuestra película". El papel acabó yendo a parar a Tom Hulce y la cinta de Milos Forman ganó el Oscar ese año.

Más recorrido tuvo Mark Hamill poniendo la voz a varios superhéroes y personajes de cómic como el Joker de 'Batman' en la serie animada que ganó un premio Emmy o a Darth Bane en 'Star Wars Clone Wars'.