Experimento científico

La era de los 'necrobots': así son las arañas muertas reconvertidas en ganchos mecánicos

Un equipo de ingenieros mecánicos logra crear artilugios móviles a partir de cadáveres de artrópodos

Fotogramas del experimento realizado con necrorobots arácnidos utilizados como ganchos mecánicos.

Fotogramas del experimento realizado con necrorobots arácnidos utilizados como ganchos mecánicos. / Preston Innovation Laboratory/Rice University

Valentina Raffio

Valentina Raffio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Bienvenidos a la era de los 'necrorobots'. Sí, así como lo leen. Necrorobots. Máquinas creadas a partir de animales muertos. O cuerpos ya sin vida reconvertidos en artificios mecánicos. Sea cual sea el punto de partida, el logro es el siguiente. Un equipo de ingenieros mecánicos de la Universidad de Rice, de Estados Unidos, ha conseguido convertir arañas muertas en pinzas mecánicas: unos instrumentos con la suficiente fuerza como para levantar el equivalente a un 130% del peso corporal del propio arácnido y con la suficiente delicadeza como para no dañar ni un ápice los objetos manipulados.

La historia detrás de este logro, como todo buen relato científico, arranca con un momento de genuina curiosidad. Un buen día, la ingeniera mecánica Faye Yap se encontró una araña muerta en el suelo del laboratorio y, tras observarla detenidamente, empezó a pensar si (y cómo) podía convertir ese cuerpo en un robot. De aquella pregunta surgió un curioso trabajo de investigación experimental que acabó involucrando a un equipo de investigadores de primer nivel y cuyos resultados publicaron esta misma semana en la revista 'Advanced Science'.

El primer paso, explican los científicos responsables de este logro, fue investigar sobre la anatomía del animal. Resulta que las arañas no tienen pares de músculos antagónicos, como los bíceps y tríceps en los humanos. "Solo tienen músculos flexores, que permiten que sus piernas se enrosquen, y las extienden hacia afuera por pura presión hidráulica", relatan los ingenieros mecánicos en su estudio.

Una vez averiguado el mecanismo que permite el movimiento de las arañas, los científicos se preguntaron si podían reproducir este movimiento 'post mortem'. Para ello, idearon un sistema tan sencillo y tan brillante como insertar una aguja en una pata inerte, sujetarla con pegamento e insertar pequeñas cantidades de aire en las extremidades del animal. Y fue ahí cuando ocurrió el 'milagro'. El cadáver volvió a estirar la pata. Pero en otro sentido.

Movimientos arácnidos

Las pruebas de laboratorio mostraron que las 'necrorobots arácnidos' eran capaces de abrir y cerrar sus patas cientos de veces seguidas. Y de agarrar objetos mucho más pesados que el propio animal, levantarlos con delicadeza, moverlos y soltarlos sin dañar ni un ápice de su estructura. Estos necrobots lograron manipular la placa de un circuito eléctrico, mover objetos y hasta levantar otra araña. 

Sorprendentemente, el único 'pero' que se pudo hallar ante este invento fue que a partir del movimiento número mil, la las patas de la araña parecían sufrir un cierto desgaste. "Podría estar relacionado con un problema de deshidratación de las articulaciones. Nada que no se pueda solucionar con recubrimientos polímeros", explican los científicos a cargo de este curioso experimento.

Puede que se pregunten si, más allá de la anécdota de los necrorobots, este tipo de inventos tienen algún tipo de utilidad práctica. "Este instrumento se podría utilizar para muchas tareas repetitivas y a pequeña escala, incluso para embalaje de microelectrónica", explican los investigadores. "Además, ¡las arañas son biodegradables!", añaden los expertos en la curiosa presentación de su artilugio. 

Suscríbete para seguir leyendo