'ENEMIGOS NATURALES'

Si Tom y Jerry fueran reales, ganaría el ratón

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Valentina Raffio

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Las aventuras de Tom y Jerry llevan más de medio siglo despertando las risas de niños y niñas. Episodio tras episodio, el malgeniado gato (Tom) y el intrépido ratón (Jerry) se retan el uno al otro en una desternillante batalla para ver quién se sale con la suya y, en la mayoría de los casos, es el roedor quien triunfa sobre su oponente. ¿Pero qué ocurre cuando esta batalla tiene lugar en la vida real? Una vez más, es el ratón el que ganaría.

Un nuevo estudio sobre el terreno ha analizado por primera vez las interacciones entre gatos salvajes y una colonia de ratas silvestres para averiguar quién va ganando en la eterna batalla natural entre felinos y roedores. En este caso, el campo de batalla escogido han sido las calles de la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) donde se han monitoreado durante más de dos meses la población de estos animales. Mediante el uso de microchips, los investigadores rastrearon el comportamiento y el movimiento de las colonias de roedores en relación a la presencia de gatos.

En este caso, los datos fueron la clave para establecer quién se estaba saliendo con la suya: durante todo el periodo estudiado, las ratas consiguieron evitar de manera activa a los gatos. Sorprendentemente, los investigadores observaron que los gatos tan solo protagonizaron 20 acechos, 3 intentos de matar y dos muertes exitosas. Unos resultados para nada significativos si tenemos en cuenta que ambas muertes tuvieron lugar cuando las ratas estaban escondidas y en una tercera ocasión el gato acabó por perder el interés. Unas conclusiones que, en el mundo real, zanjarían la eterna disputa entre Tom y Jerry.

Control de plagas

Según apuntan los expertos, estos nuevos hallazgos podrían marcar un punto de inflexión en las políticas de control de plaga de las grandes ciudades. La victoria de las ratas por encima de los gatos vendría a demostrar que el uso de felinos como método de control de plagas sería de poca (o más bien nula) utilidad contra los roedores y que, además, podría amenazar la supervivencia de otros animales urbanos como las aves.

"Igual que cualquier otra presa, las ratas sobreestiman los riesgos de la depredación. En presencia de los gatos, los roedores ajustan su comportamiento para hacerse menos aparentes y pasan más tiempo en madrigueras", explica Michael H. Parsons, investigador principal del estudio y visitante de la Universidad de Fordham. "Esto plantea preguntas sobre si liberar gatos en la ciudad para controlar ratas compensa los demás riesgos que los gatos representan para la vida silvestre", concluye Parson.

La patrulla felina

En este sentido, los investigadores apuntan directamente al peligro que los felinos salvajes suponen para especies pequeñas e indefensas que habitan las grandes ciudades. Es el caso, por ejemplo, de las aves urbanas que en los últimos años se están viendo gravemente amenazadas. Paralelamente, el estudio concluye que, en el caso de las ratas cosmopolitas, los gatos parecen no atreverse a enfrentarse a unas presas relativamente grandes y potencialmente peligrosas.

"Esto no quiere decir que los gatos no persiguen a las ratas de la ciudad, sino que las condiciones deben ser adecuadas para que esto ocurra", añade Michael A. Deutsch, coautor de esta nueva investigación. "Para que los gatos puedan cazar las ratas debe ocurrir que el animal tenga hambre, que no disponga de otra fuente de alimentos menos arriesgada y, por lo general, que disponga de un elemento sorpresa para cazar al roedor", concluye Deutsch.