Pérdida del distintivo de excelencia

Las 'reacciones químicas' ante la resolución del Severo Ochoa

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Valentina Raffio

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La ausencia del Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) entre los centros de investigación de excelencia del programa Severo Ochoa ha sorprendido a muchos. Una decisión que choca aún más si tenemos en cuenta que el Institut cuenta con una "historia de éxito poco común", como explica Jean-Pierre Sauvage, investigador del Institut de Science et Ingénierie Supramoléculaires de Estrasburgo (ISIS) y ganador del Premio Nobel de Química 2016.

Según explica Sauvage, autoridad científica internacional en el campo de la química, en los últimos quince años el Institut Català d’Investigació Química "se ha convertido claramente en un centro de investigación de primer nivel en química, no solo a nivel europeo, sino también a nivel mundial". Una característica que, en opinión de Sauvage, han conseguido consolidar el Institut como "un modelo de éxito que ha logrado atraer y retener investigadores extraordinarios que han llevado al Institut a los más altos niveles de excelencia a nivel internacional".

Foco de talento joven

Según apunta Sauvage, la clave del éxito del Institut es su mirada hacia el futuro: "Uno de los principales logros del Instituto es su apoyo a investigadores jóvenes, permitiéndoles iniciar una carrera de investigación independiente. Es por ello que el ICIQ es probablemente uno de los mejores lugares de Europa para comenzar una carrera de investigación en química", explica el investigador. 

En esta misma línea, según argumenta Robert H. Grubbsprofesor en el California Institute of Technology (Caltech) y Premio Nobel de Química del 2005: "El Institut está desarrollando la próxima generación de químicos". Un mérito que, en opinión del químico, se ve incrementado por el contexto de la institución: "España ha sido uno de los principales países en el área de química organometálica. Los estudiantes formados allí han tenido una gran demanda en todo el mundo como investigadores postdoctorales". 

Estructura original

Paralelamente, Jean-Marie Lehn, director del Laboratory of Supramolecular Chemistry de Estrasburgo (ISIS) y galardonado con el Premio Nobel de Química del 1987, añade: "El ICIQ tiene una estructura original y un modo de operación eficiente en el que se crea un ambiente excelente que favorece la creatividad y la originalidad".

Unas características que, en opinión del Lehn, se refleja en "unas las líneas de investigación que se encuentran en la vanguardia de la química actual y abren caminos hacia el futuro". En esta misma línea, el investigador concluye: "El Institut es una institución muy atractiva, como lo demuestra su capacidad de reunir a investigadores de alto calibre, un logro notable a la luz de la dura competencia mundial".

Investigación de vanguardia

Para Stephen L. Buchwald, profesor de química en el MIT, ganador del premio BBVA Fronteras del Conocimiento y Presidente del Comité Científico Externo del ICIQ: "El Institut es un centro de investigación increíblemente emocionante e inventivo que realiza trabajos de vanguardia". Un éxito que, según apunta Buchwald, se puede ver reflejada tanto en "los artículos científicos de alto impacto que provienen de la institución" así como en "las muchas invitaciones a los líderes de grupo para presentar sus investigaciones en todo el mundo".

Por otro lado, el Buchwald añade: "Es impresionante la cantidad de premios significativos que los investigadores principales de esta institución han recibido en los últimos años. Es por ello que actualmente, en el área de catálisis, química verde y energía, el ICIQ se encuentra entre los 2 o 3 centros de investigación más importantes de Europa".

Independencia y creatividad

En conclusión, para Jean-Pierre Sauvage el éxito del ICIQ se debe a su enfoque para "abordar problemas relevantes en el ámbito de las energías renovables y procesos químicos sostenibles. Algo realmente notable es que el Instituto ha podido establecer esta alineación en la investigación de una manera muy natural, preservando al mismo tiempo la independencia y la creatividad de los investigadores principales".

Todo ello, según el investigador galardonador con el Nobel del 2016, se plasma en la construcción de "un sólido equipo de investigadores experimentales y teóricos excepcionales, el resultado de cuyos trabajos ha sido sobresalientes en todos los sentidos". En esta misma línea, el químico concluye: "En términos de organización y filosofía, el ICIQ es parecido a mi instituto, el ISIS, el cual ya alberga tres premios Nobel".