La ronda francesa
Enric Mas: "Pogacar no me tiene la moral comida"
El líder del Movistar afronta la segunda parte del Tour de Francia optimista y decidido a luchar por el podio de París
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Amaneció el día gris en Tignes, donde descansó el conjunto Movistar tras la despedida alpina. Enric Mas se fue a dormir preocupado, porque se había dado un buen castañazo en la novena etapa. Pero se despertó con poco dolor y buena movilidad, dos aspectos esenciales para afrontar la segunda semana de carrera, que empieza este martes con una etapa llana, continúa con la doble ascensión del miércoles al Ventoux, luego tres jornadas que pueden entrañar peligro por el viento y el domingo, la primera cita con los Pirineos, en Andorra, un país y unos montes que conoce a la perfección pues ha fijado allí su residencia.
"Pogacar no me tiene comida la moral. Reconozco que el domingo fallamos los que luchamos por el podio al no intentar seguirlo en Tignes. Yo me encuentro bien y espero que en este Tour se cumpla lo que viene siendo habitual en las carreras grandes, mejoró conforme pasan los días". De hecho, Mas siempre se ha mostrado optimista. Había driblado todas las caídas de los tres primeros días, hasta que la línea blanca de la carretera, mojada y resbaladiza por la lluvia, le hizo perder el equilibrio el domingo. Se asustó mucho porque "podía haberme hecho mucho daño". Por fortuna, pese al golpe, superó el percance. Y, ademas, tuvo la fortuna de tener a su lado a Alejandro Valverde. "Me prestó la bici. Tenerlo al lado es de una importancia vital para el equipo. El domingo aguantó a mi lado casi hasta el final. Recuerdo que al inicio de la subida final a Tignes se paró un instante. Desde el coche le gritaron que tenía que sufrir para enlazar y al cabo de dos o tres kilómetros ya estaba a mi lado".
Sigue el plan del equipo
El objetivo sigue siendo subir al podio de París. Ahora está a 29 segundos del plan y con todas las opciones intactas. El amarillo ya es otra cosa. "Pogacar está muy fuerte pero el Tour todavía dará mucho juego. Estoy convencido. Aparte de él, como estamos muchos corredores casi en el mismo tiempo, la batalla que habrá será muy bonita para el espectador".
Afirma que las sensaciones son buenas. También espera recuperar para que lo ayude a Miguel Ángel 'Superman' López, con el cuerpo maltrecho por culpa de tres caídas, al igual que Carlos Verona, pieza clave en la montaña, y que se dio un buen castañazo en los últimos kilómetros de la etapa del pasado viernes. "Ahora solo espero que llegue el verano de verdad y haga calor para jugar mis bazas después de una primera semana muy dura por el frío y por la lluvia". La batalla está servida.
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