Cherie Pridham, la mujer que triunfa en un mundo de hombres y bicis

Conduce el coche de Israel, el equipo ciclista que lleva el nombre de un país que como otros busca a través de este deporte la promoción suficiente para atraer turistas cuando la situación de la pandemia lo permita. Se llama Cherie Pridham y en mayo cumplirá 50 años. "Mi función es la de ser directora deportiva, no directora deportiva femenina", repite en cualquier entrevista cuando se destaca la peculiaridad de ser la primera mujer que dirige un equipo ciclista del más alto nivel y la persona que se pondrá al volante y definirá la táctica en el difícil reto que pretende conseguir Chris Froome en el próximo Tour. Seguir los pasos de Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin y sumar una quinta victoria en París.

Precisamente, ni Anquetil ni Merckx habrían podido ser dirigidos por una mujer. El ciclismo pasaba por ser uno de los deportes más machistas hasta hace unas pocas décadas. Se da la circunstancia que hasta finales de los años 70 cualquier mujer tenía prohibido acreditarse en la ronda francesa. En 1978 apareció la primera periodista en la sala de prensa, que era vista por sus colegas como una especie de bicho raro. Y, claro está, no escribía de cuestiones técnicas y deportivas del Tour, sino que elaboraba notas de sociedad sobre la carrera.

El antecedente de Ocaña

Hasta Luis Ocaña tuvo en riesgo perder el Tour de 1973. El ciclista quería dormir con Josiane, su mujer, que pasaba de escondidas a su habitación. Hasta que un día un juez de la carrera la descubrió para amenazar al ciclista en despojarlo del jersey amarillo si volvía a compartir cama con su pareja. Ocaña, en lo bueno y en lo malo, nunca hizo mucho caso de lo que le decían otras personas.

En aquella época solo estaba permitida la presencia de la mujer en el Tour para ejecutar el papel de azafata y repartir besos por el podio, con la sola excepción de Yvette Horner, que viajó durante los años 50 en la caravana publicitaria de la carrera para animar al público apostado en las cunetas con su sombrero mexicano y tocando el acordeón.

Hoy hay médicas, fisioterapeutas, psicólogas, responsables de prensa y, con la excepción de Pridham, hasta una mujer que el lunes se convirtió en la primera directora deportiva que ganaba una etapa en una carrera World Tour, la Tirreno-Adriático con el danés Mads Würtz, una carrera que ha ganado este martes el fenómeno de Tadej Pogacar con Mikel Landa instalado en la tercera plaza final de la general.

"Toda mi vida he trabajado con ciclistas hombres. Y ello no supone un problema para mí. Solo espero que mi trabajo abra las puertas a otras mujeres porque yo voy a tener en el coche los mismos problemas que otros colegas. Cometeré sus mismos errores y cosecharé los mismos éxitos", dice Pridham, como gran entusiasta de este deporte.

Muchos años vinculada al ciclismo

Y es que ella lleva años vinculada al ciclismo. Como corredora disputó ocho veces la Grande Boucle (la versión femenina del Tour) y dos Giros hasta que en 2006 tuvo que colgar la bici después de sufrir un accidente. Empezó entonces su trabajo como responsable deportiva en equipos modestos. Y fundó su propia escuadra hasta que en diciembre pasado el Israel Stard up Nation la incorporó a su staff técnico donde también está el español Óscar Guerrero.

El conjunto israelí buscó en Pridham a la persona que podía reconducir la carrera de Froome, tras abandonar el Ineos (antes Sky) para dar un último impulso en el Tour frente a los nuevos talentos encabezados por Pogacar y los más jóvenes de su generación como Primoz Roglic. Difícil lo tienen. ¿Imposible?

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