El Tourmalet

Los silencios de Pello Bilbao

En ocasiones hay ciclistas que desde la modestia y sin hacer ruido se colocan en las posiciones de honor de carreras como el Giro

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Sergi López-Egea

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Desde una posición casi clandestina se pueden hacer grandes cosas en ciclismo. Y la historia está plagada de ejemplos. Un día, por allá el 2006 Óscar Pereiro se coló en una escapada del Tour camino de Montélimar. La fuga cogió minutos y más minutos y el ciclista gallego se vistió de amarillo en una ronda francesa que acabó ganando unos meses después tras el escándalo de Floyd Landis, que llegó en una falsa primera posición a los Campos Elíseos de París.

Una vez, en el Giro, uno de los mejores gregarios que tuvo el Movistar, David Arroyo, también burló la vigilancia del pelotón al colocarse en otra escapada y le hizo sudar la gota gorda a Ivan Basso para apuntarse la victoria con el corredor de Talavera de la Reina llegando al final de la carrera en segunda posición.

Sin ser favorito

Pello Bilbao es uno de estos ciclistas que corre en sus silencios. Que llegó al Giro sin contar en el pequeño grupo de favoritos, pero, entre que algunos se han ido, por caída o por el covid -Geraint Thomas y Simon Yates- y otros, como Vincenzo Nibali, al menos hasta el inicio de la novena etapa, todavía no han despertado, el ciclista vizcaíno del Bahréin se ha situado en la segunda posición provisional de la carrera.

Él estuvo en el Tour. Lo disputó al servicio de Mikel Landa y fue uno de los mejores apoyos del corredor alavés en su intento por subir al menos al podio de París. Se quedó a las puertas, al acabar la ronda francesa en cuarta posición por detrás de Richie Porte y por delante de Enric Mas. Y fue precisamente el Tour la carrera que le sirvió de trampolín a Bilbao para entrar en forma y presentarse a la salida del Giro en Palermo en un estado de forma pletórico.

Sin un ejército de cámaras a su estela

A veces, para destacar en una carrera no es necesario llevar a la espalda un ejército de cámaras persiguiendo al ciclista ni tampoco levantar los gritos de la gente, la aclamación popular. En ocasiones, es suficiente con rodar fuerte y en calma. El nombre ya lo anotarán los adversarios y los aficionados.

Bilbao lleva años destacando en el pelotón. Ya sabe, a los 30 años, lo que es terminar un Giro en el 'top ten' de la carrera y hasta ha podido levantar dos veces los brazos como ganador de etapa, la que precisamente Simon Yates le impidió ganar el año pasado en el Tour y en los Pirineos. Es el campeón de España de contrarreloj por lo que no se descarta que pueda mantener el tipo en las dos etapas de estas características que todavía apuntan en el guion de la ronda italiana.

Ciclista de Gernika

En Gernika, su ciudad natal, tan arraigada a la historia de Euskadi, se vive el ciclismo con intensidad. Allí sí están pendientes de lo que Bilbao hace cada día en el Giro. Y ya se sabe la carretera, allá donde sea, no conoce y no respeta el nombre de los ciclistas más famosos. Hay que ganar los honores con la fuerza de las piernas y el poder de la cabeza. Y eso bien lo sabe Bilbao.

¿Adónde llegará? Pues seguramente ni el propio Bilbao lo sabe en sus silencios, ni siquiera en un domingo por los Abruzzos marcado por el frío y por la lluvia para dejar claro que este Giro se está corriendo inusualmente en octubre.

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