La cima del suicidio de las chicas

La historia y las leyendas siempre están muy presentes en la vida del Tour. Y no solo las deportivas que hablan de las gestas de Garin, Bottecchia, Bartali, Bobet o Gimondi, por citar a algunos campeones de todos los tiempos. Las guerras, tan crueles y que tantos desastres hicieron en Europa -como en otras partes del planeta- tambien figuran en el guion de la carrera. Por ejemplo, este jueves cuando la ronda francesa ascienda por cuarta vez a la Planche des Belles Filles, en la cordillera de los Vosgos, una subida en la que han ganado Froome (2012), Nibali (2014) y Aru (2017), una buena nómina de héroes contemporáneos.

Europa sufrió entre los años 1618 y 1648 lo que se podía denominar como un gran preámbulo de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Todas las potencias, incluida España, combatían en la denominada Guerra de los 30 años. Hasta los Vosgos llegaron los mercenarios suecos, que venían precedidos de una crueldad sin límite. Cruzaron la frontera francesa desde Alemania después de destruir 2.000 castillos y 18.000 villas. Eran 40.000 combatientes sin escrúpulos.

La triste decisión

No había ni periódicos, ni internet pero las noticias volaban. Allí donde este jueves subiran los ciclistas, donde uno de ellos encontrará el éxtasis de la fama, en 1635 los habitantes de la comuna de Plancher les Mines, mayoritariamente mineros, estaban asustados. No tenían armas, ni nada con qué defenderse. No respetaban a nadie.

Las mujeres del pueblo sabían que antes de ser asesinadas iban a ser violadas. Todas subieron hasta la cima de la montaña de la comuna. Se arrojaron al vacío y murieron ahogadas en un lago que hoy se denomina el Estanque de las Chicas Hermosas. El sacrificio de todas ellas se transmitió de padres a hijos. Una escultura recuerda la triste decisión y en honor de ellas se bautizó la cumbre ciclista como La Planche des Belles Filles.

La Segunda Guerra Mundial

Otro episodio bélico, no tan famoso, también se retiene en la historia de esta montaña. Los Vosgos fueron escenario de combates entre guerrilleros y soldados alemanes, con la frontera a menos de 100 kilómetros. Más de 1.000 guerrilleros se concentraron en la meta ciclista antes de la batalla contra los nazis. 

Este jueves la única guerra será el combate deportivo para demostrar en la primera llegada en alto del Tour quién es el más fuerte, un escenario para poder empezar ya a identificar a los verdaderos candidatos a un triunfo final por ahora muy incierto.