A dos manos y dos carrillos

Frankfurt Rita: las salchichas más gurmet

Los fans de los frankfurts deben apuntar en sus agendas este refugio del Poblenou que sirve bocadillos con muy buen producto y divertidas combinaciones a precios populares

Uno de los ejemplares que sirven en Frankfurt Rita.

Uno de los ejemplares que sirven en Frankfurt Rita. / Alex Froloff

Ferran Imedio

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[Este restaurante ha cerrado]

El arrollador fenómeno de las 'burgers' gurmet no tiene réplica en el mundo de los frankfurts, algo curioso cuando los bocadillos de hamburguesas y los de salchichas podrían considerarse, por concepto, primos hermanos; al fin y al cabo, son trozos de carne entre dos panes. Perpleja como tantos otros con este desigual éxito, Mònica Serra ha decidido dar vuelo y popularidad al olvidado bocata con Frankfurt Rita (Pujades, 195).

Aplica la exitosa fórmula de las hamburguesas con las que triunfa desde hace años en Massamare (Canet): ingredientes de gran calidad y combinaciones de sabores divertidas en piezas de generoso tamaño.

Por ejemplo, el especial de este mes lleva 'calçots', romesco, almendras y escarola, y en la carta fija destacan el Blau, con cebolla confitada, champiñones, beicon y queso azul; el Maduixa, con beicon y cebolla crujientes, kétchup de fresa casero y queso de cabra, y el Completo, con chucrut, cebolla crujiente, tomate, aguacate y mayonesa.

De 3,50 a 8,90 €

En total, 12 bocadillos en los que se puede escoger el tipo de salchicha (tradicional, artesana con la firma del prestigioso carnicero mallorquín Xesc Reina y vegetal con un toque ahumado). Todo ello, a precios populares: el más barato, con kétchup y mostaza a placer, cuesta 3,50 €, y el más caro, 8,90 €.

También elaboran los llamados 'planchados', bocatas que rematan en la plancha como el bikini, el 4 quesos o el de pollo desmechado con salsa barbacoa. Y para acompañar, hay patatas bravas con una salsa ahumada adictiva cuya receta se niegan a compartir, nachos con salsa boloñesa picante y queso fundido, croquetas, ensalada... 

En definitiva, la demostración de que el fránkfurt también puede -y debe- ser gurmet.

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