Lucky Road y Matanzas: una cortina separa el sudeste asiático a Cuba

¿En qué lugar del mundo puedes pasar a Hanói a La Habana o de Seúl a Santiago de Cuba en lo que se tarda en descorrer una cortina? En Barcelona: allí están Lucky Road (Simó Oller, 2) y Matanzas (Ample, 18), cuyos locales se conectan entre sí. Estéticamente son dos mundos opuestos, porque uno está consagrado a los platos más conocidos y populares del sudeste asiático y el otro, a la gastronomía cubana.

Pero comparten cocina, de modo que si vas al callejero Lucky Road puedes pedir la tradicional sopa vietnamita 'pho bo' (caldo de ternera, ternera, fideos de arroz) y una 'burger' de ropa vieja (ternera desmechada, cebolla limonada, mayonesa de chipotle), o viceversa si te va más el ambiente relajado y tropical de Matanzas.

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Una oferta curiosa que se agradece más que nunca en estos tiempos sin viajes lejanos. Allí, igual atacas un pollo frito rebozado con 'panko' al estilo coreano (pica lo justo y necesario) que un sándwich cubano (pan de 'brioche', cerdo marinado en zumo de naranja, ajo y especias, pepinillos, queso, salami, jamón y mostaza).

En Lucky Road sirven un menú de mediodía que incluye, de primero, rollitos de primavera (albahaca, lechuga, menta, perejil, 'shiitake' y zanahoria) o 'wonton' de cerdo o gambas, y 'pad thai' o 'masaman curry' de segundo. Con bebida cuesta 12 €.

En Matanzas no hacen menús porque hay propuestas que vienen a ser platos combinados, como el pollo frito con ensalada de mango (11 €) o la cajita de costilla, con costilla de cerdo con barbacoa de guayaba, frijoles y tostones (14€).

'Delivery' con fiambreras reciclables

Otra curiosidad: ambos entregan comida a domicilio con fiambreras reciclables Bûmerang que se devuelven después de usarlas. Porque se puede reciclar incluso viajando al otro lado del mundo.