Investigación en marcha

Los dueños de Atrio, tras el robo millonario de 45 botellas: "Parece una película"

José Polo y Toño Cruz agradecen las muestras de afecto recibidas tras la sustracción de varios de sus mejores vinos

Una unidad especializada de Madrid trabaja para cerrar el cerco sobre los presuntos ladrones de la bodega

Imagen de la bodega de Atrio, este viernes, tras el robo millonario

Imagen de la bodega de Atrio, este viernes, tras el robo millonario / Silvia Sánchez Fernández

Gema Guerra Benito

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Han pasado 24 horas desde que salió a la luz el mayor robo que ha tenido lugar en el hotel Atrio de Cáceres en toda su historiasus dueños aún se recuperan del impacto. José Polo, alma máter junto a Toño Pérez del hotel de lujo cacereño y mayor responsable de su bodega, uno de los grandes tesoros del complejo hotelero, ha sido el encargado de lidiar con toda la vorágine social y mediática. Si el mismo jueves, jornada en la que trascendieron los hechos, centralizó las llamadas de allegados y atendió a los cuerpos de seguridad, que realizaron ya las primeras comprobaciones en el lugar del suceso, este viernes fueron los medios nacionales los que ocuparon toda su mañana.

Pendiente aún de concretar detalles con la aseguradora, con la que aún no ha tenido tiempo de contactar en estas últimas horas, atiende a este diario. En sus primeras palabras, muestra su satisfacción por la decisión de haber hecho público lo sucedido. El mismo miércoles, cuando ocurrió, decidieron precisamente lo contrario pero ahora aplauden su cambio de postura. Aseguran que hablarlo cumple una función terapéutica. "Cuanto más lo contamos, más animados estamos", sostiene.

Al menos un millón de euros

En cualquier caso, y aunque ya han transcurrido dos jornadas desde el gran robo, continúan en proceso de asimilarlo, en primer lugar por su magnitud, ya que los ladrones se llevaron las 45 botellas de la bodega más caras, una de ellas la más valiosa de la colección y con un enorme valor sentimental para el propio Polo, y en segundo lugar, por la espectacularidad y limpieza con la que se produjo el robo, sin levantar sospechas en el hotel, sin violencia y sin dejar en apariencia ningún rastro. Entretanto, Polo sigue sin querer cuantificar el valor económico del botín de los ladrones. "No quiero ponerme a echar cuentas". En cualquier caso, la cuantía asciende al menos a un millón de euros, ya que el Château d’Yquem, una edición única con más de 200 años, suma 310.000 euros y las 38 botellas de Romanée Conti a 12.000 cada una, alcanzan otros 450.000 euros en total. Sobre las seis botellas restantes no ha trascendido su procedencia pero sí es conocido que acumulan un gran valor. 

Sí concluye que lo que están viviendo esta última semana bien parece ideado para un guion de la gran pantalla. "Parece una película", expone. Lo parece porque hasta ahora la hipótesis que manejan los propios dueños es que todo fue perfectamente ideado y calculado y sospechan de una pareja que se hospedó en el hotel para perpetrar el golpe con el máximo cuidado para no alertar a la seguridad del propio edificio. La versión que ofrecen sobre lo ocurrido, según expone Polo a este diario y que ahora se investiga, es que los presuntos autores llegaron a la capital cacereña y se hospedaron en el hotel en la noche del martes. Cenaron y pidieron visitar la bodega.

Con las botellas en la habitación

Pasada la una de la madrugada, bajaron a recepción para solicitar que el servicio de cocina algo de comer. En un principio, la respuesta fue que el servicio está cerrado pero tal y como explica el propietario, en su intención de satisfacer siempre a los clientes, finalmente se les dijo que se les prepararía algo. Con postre incluido. Ese intervalo en el que el responsable de recepción fue a preguntar a cocina lo aprovechó uno de los autores para perpetrar el robo. Más tarde, ya con el botín en bolsas, subieron a la habitación a dormir y a primera hora de la mañana abandonaron el hotel con las botellas en las maletas. Antes, abonaron el importe de la noche con una tarjeta de prepago para no dejar huella.

Ya desde el jueves la brigada de la Policía Judicial de Cáceres trabaja para recabar las primeras pruebas sobre lo ocurrido pero debido a la envergadura del suceso, a la investigación se sumó desde este viernes una unidad especializada en delincuencia de Madrid, tal y como avanzó la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco. De momento, ya se han producido las primeras inspecciones oculares y científicas para comprobar cómo los ladrones han podido burlar los sistemas de seguridad y trabajan en el visionado de las grabaciones de seguridad, unas primeras tareas que ahora se pondrán en común con la brigada de Madrid para cerrar el cerco sobre los ladrones.

"Por encargo"

En relación a los vídeos, en los que sí aparecen los presuntos autores, las primeras sospechas parten de la idea de que los ladrones conocían la ubicación y, por tanto, se sitúan en posiciones estratégicas para no ser grabados, y también conocían los sistemas de seguridad ya que el acceso a la bodega está blindado con un cierre magnético. Esto hace entender a los dueños que todo estaba "orquestado" por "encargo". En esta línea, Polo ya detalló este viernes la dificultad de que las botellas puedan ser revendidas debido a que son ejemplares exclusivos y están marcados con una numeración única.

Pasaporte suizo y tarjeta prepago

En cuanto al perfil de los que parecen ser los principales sospechosos, los propietarios del hotel, en declaraciones a los medios ofrecen nuevos detalles este viernes sobre su aspecto. Aseguran que las dos personas mostraron documentación suiza pero desconocían detalles sobre cultura del país. También concretan que hablaban en inglés y que la mujer parecía llevar peluca.

A modo de curiosidad también sostienen que ambos se comportaban de una forma "extremadamente amable". En apariencia, ninguno de los dos mantuvo una actitud sospechosa aunque ahora en la reconstrucción de los hechos sí salgan a la luz detalles que puedan escaparse de lo normal.

De momento, este viernes el hotel recuperó su actividad normal a la espera de que se produzca alguna novedad sobre su paradero y el de las 45 botellas.