Las 5 grandes obras de Barcelona, a un año de las elecciones municipales

Todos los gobiernos municipales han hecho lo mismo en el pasado. Y es algo que sucede en Barcelona y en todas partes. Porque los que mandan quieren llegar a las elecciones con un niño bonito que poder enseñar a la ciudadanía, a modo de resumen de lo que han sido sus cuatro años al frente de la ciudad, el pueblo o la aldea.

Tras unos apuntes de contexto, este reportaje diseccionará una a una las cinco grandes obras que afrontará la capital catalana en los cercanos tiempos electorales.

Textos: Carlos Márquez Daniel
Infografías: Ramon Curto
Imágenes: Ferran Nadeu

La cosa va en función del tamaño del municipio. Y bien puede ser que se arregle el puente que cruza el arroyo, que se reforme el parque que es también el patio de la escuela o que se inicien las obras de un tranvía que lleva casi 20 años en discusión. Lo último, lo habrán adivinado, hace referencia a la capital catalana, donde se atisbe un año con muchas calles en obras, algunas de ellas de gran simbolismo, como es el caso de la Rambla.

La alcaldesa quizás prefería dejar huella en materia de vivienda o de derechos sociales. Ambas carteras han avanzado, con más de 6.000 pisos públicos impulsados, por ejemplo. Pero parece que el sello urbanístico, como el que se quiere estampar con la transformación de Via Laietana, será la punta de lanza de su segundo mandato en la alcaldía.

Está previsto actuar también en Consell de Cent, la calle probeta del ambicioso plan de ejes verdes impulsado por el gobierno de Ada Colau y que tiene como objetivo devolver el Eixample a los peatones. El modo de lograrlo ha generado controversia durante todo el mandato, con buena parte de la oposición advirtiendo de la llegada de un caos circulatorio y poniendo en duda que sea una buena idea modificar la retícula de Ildefons Cerdà.

El urbanismo, vinculado a la crisis climática y a un nuevo paradigma de movilidad, más sostenible y colectiva y menos particular y contaminante, va camino de convertirse en portada del segundo 'round' de los 'comuns' en el consistorio, que se apuntarán el tanto (o el sambenito) de haber impulsado al fin la conexión del tranvía por la Diagonal. Repasemos qué nos espera y cómo nos afectará la Barcelona patas arriba del año preelectoral.

Este es el mapa completo, añadiendo por último la reforma de Pi i Margall, de las vías afectadas por estas cinco grandes obras. Algunas estarán terminadas en mayo de 2023, otras estarán en marcha. Pero en cualquier caso, el gobierno tendrá materia para blandir. Y la oposición, proyectos urbanísticos que poner en cuestión para plantear su alternativa.

La Rambla

Transformación tras 2.000 días de espera

Fecha de inicio de las obras:
En algún momento de 2022
Fecha final de las obras:
Información no facilitada todavía por el ayuntamiento

El 14 de diciembre de 2021 se dieron a conocer los detalles de la primera fase (de un total de cinco) de la reforma del paseo más conocido y fotografiado de Barcelona después de que la comisión de Urbanismo aprobara el proyecto ejecutivo para convertir la Rambla en un lugar "más confortable, verde, amable y cultural".

Un año antes, Amics de la Rambla había colocado en el balcón que queda justo encima del Café de la Ópera un marcador con los días que iban pasando desde la aprobación, en el pleno municipal de mayo de 2016, del plan especial de ordenación del espacio. El anuncio de que el proyecto tiraba adelante se hizo 2.028 días después de que los 41 concejales tramitaran la hoja de ruta que permite esta transformación que empezará por la parte baja de la arteria.

La reurbanización tiene un presupuesto total de 44,56 millones de euros y esta primera fase abarca el tramo entre Colón, donde se dará continuidad a la Rambla y se minimizarán los obstáculos viarios para llegar al mar, y la calle del Portal de Santa Madrona, unos 170 metros de longitud. Durante las obras, que deberían empezar en algún momento de 2022 todavía por confirmar (no hay mucha concreción de inicio y fin, no vayamos a pillarnos los dedos), previsiblemente será necesario cortar el tráfico, con lo que la configuración de la circulación ya será muy similar a la definitiva: paso restringido a vehículos de vecinos.

No hay más detalles a la espera de una nueva convocatoria de prensa que aporte pormenores importantes del proyecto (cuánto durará, qué calles se cortarán, por dónde irán las líneas de bus que se desviarán…). De todos modos, y ante la prisa electoral, los operarios echarán humo para que todo esté organizado y debidamente calendarizado antes de que llegue el momento de reeditar o elegir nuevo alcalde.

Via Laietana

Adiós a la calle más neoyorquina

Fecha de inicio de las obras:
1 de marzo de 2022
Fecha final de las obras:
Mayo de 2023

La otra gran transformación de Ciutat Vella se acometerá en la calle más neoyorquina de Barcelona; con mucha calzada y poca acera, con edificios altos y monumentales. Las obras empiezan en marzo y se ejecutarán en dos fases con la plaza de Antonio Maura como divisoria. Está previsto arrancar por el lado montaña, de manera que esté todo terminado en 14 meses y la arteria tenga el 50% de su superficie terminada justo antes de las elecciones municipales por un coste de 16,8 millones de euros.

Luego vendrá el lado mar, hasta la plaza de Antonio López (otros 16 millones). Debería estar todo terminado, o ese es el objetivo municipal, en 2025. A partir de abril se registrarán importantes cambios en la movilidad, pues los coches ya no podrán subir y deberán desviarse por Marquès d’Argentera y Picasso.

A partir de abril ya no se podrá subir por Via Laietana. Y de hecho, una vez terminada la obra, solo subirán coches de residentes.

De hecho, en el futuro, solo podrán ascender los vehículos de vecinos, y de bajada habrá un solo vial para coches particulares. De este modo, y puesto que la Rambla también reserva el paso solo a residentes en ambos sentidos (ya lo hace de subida), subir al Eixample solo será posible a través de Lluís Companys o la lejanísima ronda de Sant Pau.

Mientras que la bajada hacia el mar se concentrará en un solo carril de Via Laietana. Está por ver, y es quizás la principal incógnita del proyecto, si la circulación es capaz de adaptarse a todo este estreñimiento. O si por el contrario, la zona del Moll de la Fusta y el Maremagnum, un ‘quiero y no puedo’ urbanístico jamás bien resuelto, todavía se aíslan un poco más del resto de la ciudad.

Los primeros ejes verdes

La nueva Eixample, con permiso de Cerdà

Fecha de inicio de las obras:
Junio de 2022
Fecha final de las obras:
Primer trimestre de 2023

En noviembre de 2020, el gobierno local daba a conocer su plan de supermanzanas para el Eixample. La principal novedad era, de hecho, que ya no se hablaba de supermazana (para sorpresa de su impulsor, Salvador Rueda), sino de ejes verdes. Serían 21, que generarían sendas plazas, de manera que una de cada tres calles de la retícula de Ildefons Cerdà fuera objeto de esta humanización de la vía pública.

Ya entonces se anunció que se empezaría por la calle de Consell de Cent, que tendría una primera dosis de pacificación a base de urbanismo táctico, y tres de sus perpendiculares. Las obras en esta primera arteria empezarán en junio y se intervendrá al mismo tiempo en Rocafort, Comte Borrell y Girona, creando tres nuevas plazas en la intersección y una cuarta en el cruce con la siempre peculiar Enric Granados.

Esta primera intervención modificará la fisonomía de algo más de 11 hectáreas en una longitud de 4,65 kilómetros de calles. Las obras deberían estar terminadas, al igual que el primer tramo de Via Laietana, en el primer trimestre de 2023, a un suspiro de las elecciones locales. Se tardará tan poco, a pesar del tamaño de la cosa, porque el trabajo subterráneo es mínimo o inexistente.

No está claro, porque todavía no se ha concretado, de qué manera afectará al tráfico, pero es de suponer que la configuración de las cuatro calles principalmente afectadas tendrán un flujo de vehículos muy similar al que quedará una vez terminada la reforma, esto es, vías básicamente destinadas a la circulación de vecinos, comerciantes y servicios, puesto que Consell de Cent ya no se podrá recorrer de manera lineal porque en cada nueva plaza será obligatorio girar a derecha o izquierda en función del sentido de la transversal.

La reforma tiene un coste previsto de 52,7 millones de euros, de los que 48,2 están destinados a los cuatro ejes, y 4,5, a las plazas de nueva creación. Aquí flotan en el ambiente las mismas dudas que en Via Laietana, referentes a la movilidad privada. Está por ver qué pasa con los 350.000 coches que a diario cruzan por el Eixample, 90.000 de ellos, por Aragó. Y está por ver qué pasa con los hábitos ciudadanos una vez vayan desapareciendo, conforme se imponga el diseño de los 21 ejes verdes, los chaflanes de Cerdà, que hoy son un caótico y a la vez perfecto cajón de sastre en el que cargar, descargar o parar, como se suele decir, solo cinco minutos.

Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo, asegura que el proyecto dispone de todos los estudios de movilidad pertinentes que demuestran la valía de la propuesta. Sostiene que en el caso de Via Laietana también se ha analizado el flujo de vehículos y que la alternativa para alcanzar el Eixample es más que suficiente.

Tranvía por la Diagonal

Al lío tras dos décadas de debate político

Fecha de inicio de las obras:
7 de marzo de 2022
Fecha final de las obras:
Principios de 2024

El 7 de marzo es la fecha elegida por el consistorio para iniciar una de las obras que más y mejor define los dos mandatos de Ada Colau en el ayuntamiento. Por lo que significa de imposición del transporte público ante el vehículo privado, y porque se 'mancillará', más adelante, la parte más noble de la Diagonal, de paseo de Gràcia hasta Francesc Macià. "Es como si te entraran en el pasillo de casa", resumió, con evidente malestar, un conocido y veterano cronista de Barcelona al preguntarle sobre la conexión de las dos líneas del Tram a través de la calle más larga de la ciudad.

Se empezará por la parte menos arriesgada y la que menos tráfico concentra, desde la plaza de las Glòries hasta el paseo de Sant Joan. Con una inversión muy similar a la del proyecto anterior. En este caso, de 55,6 millones de euros para los primeros cuatro lotes de urbanización de los distintos tramos por los que avanzará, de momento, el Trambesòs, a principios de 2024. Siempre según la previsión municipal, claro.

La llegada del Tram a Verdaguer pondrá fin a uno de los peores cruces de la ciudad: Aragó con la Diagonal y la calle de Sardenya

Se trabajará de manera simultánea en los cinco tramos afectados por el avance de las vías, cuyo proyecto recae, al tratarse de una obra ferroviaria, en la Autoritat Metropolitana del Transport (ATM). Se pondrá fin a uno de los puntos más negros y más vertiginosos de Barcelona: el cruce entre Aragó, la Diagonal y Sardenya, donde confluyen hasta 20 carriles de circulación de vehículos.

Una vez puesto en funcionamiento el tramo hasta Sant Joan (previa firma de las nuevas condiciones de explotación con el concesionario privado, tal y como exigió ERC para aprobar el trazado del tranvía), está previsto que se emprenda el proyecto hasta el Cinc d'Oros. Y por último, hasta Francesc Macià. Mientras duren las obras, y de hecho también cuando el Tram circule por el tramo central de la Diagonal, lo más sensato para los vehículos privados será buscar calles alternativas como València, Mallorca, Aragó o Gran Via. Por la avenida tan solo tendrán un carril lateral.

Pi i Margall

Adiós al urbanismo ochentero

Fecha de inicio de las obras:
Junio de 2022
Fecha final de las obras:
17 meses de obras

Puede parecer una calle más entre Gràcia y el Baix Guinardó. Una arteria ancha, de 500 metros, que cardinalmente va de sur a norte aunque sobre el terreno parece que vaya contracorriente, en diagonal, desde Joanic hasta la ronda del Guinardó. Pero es mucho más, porque concentra dos elementos claves del urbanismo contemporáneo: el fin de la configuración propia de otra época y la culminación del corredor verde (requiere cierta imaginación verlo) que va de Ciutadella hasta Collserola.

Si nada se tuerce, las obras empiezan en junio, al mismo tiempo que los cuatro primeros ejes verdes, y está previsto que terminen no antes de 17 meses, es decir, a principios de 2024. La inversión de 13,6 millones de euros, casi el doble de lo presupuestado en 2018 por el propio consistorio.

En Pi i Margall se elimina uno de los elementos más anticuados del urbanismo: aparcar el coche en batería

En Pi i Margall se mantiene un elemento que es quizás el principal exponente de la urgencia que requería el lugar: la necesidad de eliminar el aparcamiento en batería, tan en desuso, tan de los 80. El suelo será otra de las novedades, puesto que del asfalto se pasará al adoquinado y al granito, con una estética muy parecida a la de los ejes verdes. Ahí habrá quien considere que Barcelona terminará diseñando calles idénticas. Porque todos los renders, sean de un lugar u otro, tienen un aire muy parecido.

La calle pasará de seis viales a tan solo dos, uno de subida y otro de bajada, a los que habrá que añadir un carril bici segregado en sentido ascendente. Las bicis que vayan hacia Gràcia deberán compartir espacio, en un vial limitado a 30 km/h, con coches y autobuses, algo que no gusta nada a las asociaciones de ciclistas, que ya denunciaron esta misma situación en el proyecto de Via Laietana.

Sobre el modelo urbanístico que defiende Barcelona en Comú, Sanz lamenta las críticas de la oposición ante postulados "que son de sentido común, porque todos están de acuerdo en que los peatones deben tener más espacio". Pone como ejemplo proyectos del pasado como Enric Granados, las plazas de Gràcia o Portal de l'Àngel. "Como sucedió con Sant Antoni, también entonces se puso el grito en el suelo, pero ahora todo el mundo coincide en que son casos de éxito. Con los ejes verdes creemos que sucederá lo mismo".

Otras obras

Gran de Sant Andreu, Meridiana y Glòries

Al margen de las cinco obras ya comentadas, Barcelona tendrá otras calles patas arriba en los meses que están por venir. No son reformas nuevas porque dan continuidad a planes ya iniciados en el mandato anterior. Es el caso de Gran de Sant Andreu, la Meridiana o la plaza de las Glòries, plaza que, más allá del tranvía, mantiene viva su lenta transformación para convertirse en un gran parque urbano.

En el caso de Gran de Sant Andreu, desde enero y hasta diciembre se trabaja en la transformación de este eje por un valor de 4,15 millones de euros, de manera que sus 1.300 metros de longitud estén restaurados, con plataforma única y prioridad para peatones y bicicletas, antes de que finalice 2022. Mientras duren los trabajos, la calle queda cortada entre Joan Torras y Tramuntana.

En la Meridiana se avanza lentamente en la reducción del peso del coche en esta arteria que entra y sale de Barcelona. Se está trabajando en un nuevo tramo, entre las calles de Mallorca y Josep Estivill (ya está transformada de Glòries hasta Mallorca). Debería estar listo antes de mayo de 2022, y antes de verano debería empezarse a trabajar desde Josep Estivill hasta Fabra i Puig para ir avanzando hacia el Besòs.

Por último, la plaza de las Glòries. Con el túnel operativo (el sentido Llobregat abrirá en las próximas semanas), los trabajos se concentrarán en la superficie para ir dando forma al inmenso parque de la Canòpia, de 13 hectáreas. Cuándo y cómo se avanzará todavía se tiene que ir definiendo. Según Cerdà, Glòries era el centro del área metropolitana, así que esto no ha hecho más que empezar, y las elecciones solo serán otro punto y seguido.


Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO en febrero de 2022

Textos: Carlos Márquez Daniel
Infografías: Ramon Curto
Imágenes: Ferran Nadeu
Coordinación: Rafa Julve y Ricard Gràcia