La década que transformará el Eixample

Barcelona afronta la segunda revolución del Eixample con cambios trascendentales en urbanismo, movilidad y usos del espacio público. La que sigue es una radiografía de presente y de futuro del distrito, con la mirada puesta en 2030

Por Carlos Márquez Daniel
Infografías: Francisco J. Moya y Alex R. Fischer

El Eixample es el vínculo entre la Barcelona amurallada y los pueblos que, poco a poco, se fueron anexionando con la extensión y el crecimiento de los barrios pincelados por Ildefons Cerdà en 1859. Es junto a Ciutat Vella, el distrito termómetro de la ciudad. Lo que sucede aquí, afecta a los 73 barrios de la capital catalana.

El distrito está formado por seis barrios con vida e identidad propias. Concentra el 16,2% de la población total de Barcelona, con cerca de 270.000 habitantes. ¿Pero puede abordarse todo el territorio de manera homogénea? ¿Sirven las mismas recetas para Fort Pienc que para Sant Antoni?

Antes de entrar en materia, vale la pena adentrarse en el Eixample y entender sus peculiaridades, como la ausencia de parques (cada vecino tiene un metro cuadrado de verde cuando la media de la ciudad es de siete), la elevada densidad de población o el prohibitivo precio de la vivienda.

Pulsando en la siguiente👇 pestaña se pueden consultar todo tipo de datos del distrito del Eixample.

Hay edificios del distrito que tienen más de 150 años. En el 👇 mapa que aparece a continuación puede consultarse la edad de todos ellos pulsando en la finca deseada

La densidad varía en función de la zona. En paseo de Gràcia escasean los residentes y abundan los locales y las oficinas, pero conforme uno se aleja del eje comercial, el color de los edificios empieza a oscurecer, sinónimo de vida familiar en su interior. Como puede apreciarse en el siguiente mapa 👇 en el centro del distrito predominan hostelería y comercios, mientras que las fincas con más vecinos se sitúan en los extremos.

LOS NUEVOS EJES VERDES

La transformación urbanística del Eixample tiene nombre y apellido: ejes verdes. o como le gusta llamarlo al ayuntamiento, Superilla Barcelona. La ciudad ladea las supermanzanas y opta por la pacificación de 21 arterias que generarán sendas plazas de 2.000 metros cuadrados cada una.

En junio empezarán las obras en los primeros cuatro ejes: Consell de Cent, Comte Borrell, Rocafort y Girona. El coche pasa a ser un elemento marginal, desaparece el asfalto y la calle se convierte en una acera que va de fachada a fachada. Esta primera intervención, que debería estar lista en el primer trimestre de 2023, modificará la fisonomía de algo más de 11 hectáreas en una longitud de 4,65 kilómetros de calles. El consistorio no ha concretado qué arterias seguirán, pero la idea es que los 21 ejes estén terminados en 2030.

Consell de Cent es el principal eje de esta primera transformación. Se reformará desde Vilamarí hasta el paseo de Sant Joan. Como ya ha sido objeto de actuaciones de urbanismo táctico, ya hace año y medio que dejó de ser zona de paso habitual para los que cruzan la ciudad de Llobregat a Besòs. La acera ganada en el asfalto con pintura y bloques de hormigón, sin embargo, suele estar llena de furgonetas de reparto o vehículos que intentan hacer bueno eso de 'es solo un momento'.

La nueva calle de Girona, donde también la pandemia dejó su sello en forma de urbanismo efímero, eliminará el carril que tiene de circulación y el vial ciclista. Los 'renders' (imágenes virtuales del proyecto) muestran una calle con un montón de verde. Está por ver cómo se desarrollan luego las tareas de mantenimiento.

La plaza de Borrell con Consell de Cent es un buen ejemplo de las nuevas centralidades que genera el plan de 21 ejes verdes. Es quizás lo que más se asemeja a las supermanzanas de toda la vida, pues se repite el mismo diseño: el vial de coches pierde la verticalidad, creando una estructura de pasos en rombo, mientras que todo el centro del espacio se dedica al uso de los peatones.

La plaza de Rocafort con Consell de Cent es seguramente uno de los mejores ejemplos de hasta qué punto el plan prevé añadir verde al distrito. El plan prevé que las calles agraciadas, que tienen un 1% de espacio natural, pasen a disponer de un 14% de terreno destinado al verde.

EL PLAN DE USOS

Los planes de usos tienen la función de limitar determinadas actividades económicas en una zona muy concreta de la ciudad. Para evitar el monocultivo comercial, para proteger al 'botiguer' y los servicios de proximidad o para evitar la gentrificación de los vecinos. Los 'comuns' han planteado una restricción homogénea para todo el distrito del Eixample. Ahí está el debate de fondo.

Distintas asociaciones comerciales y de hostelería y restauración critican la falta de diálogo y reclaman al gobierno municipal una normativa, dicen, que no sea tan asfixiante. El gobierno municipal, de hecho, está dividido respecto al plan de usos del Eixample. Mientras los 'comuns' (apoyados por ERC) abogan por limitar la actividad por igual en los seis barrios del distrito, el PSC (posición que comparte buena parte del gremio) defiende actuar solo en las calles que forman parte del proyecto 21 ejes verdes y en su entorno inmediato.

COMERCIO Y TURISMO

Basta una ojeada a los datos para darse cuenta de hasta qué punto el Eixample es importante para la economía de Barcelona. Un solo distrito concentra uno de cada cuatro restaurantes y bares de la ciudad, con masificaciones inquietantes como la de Enric Granados, calle que el equipo de Ada Colau suele poner como ejemplo de lo que se quiere evitar con el plan de usos. Al fin y al cabo, la norma se dirime entre la preservación de la identidad y el riesgo de tratar a todos los barrios por igual.

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LA MOVILIDAD Y EL TRANVÍA POR LA DIAGONAL

Cerca de 380.000 vehículos circulan a diario por las calles del Eixample, 80.000 de los cuales lo hacen por la calle de Aragó. El distrito mantiene su rol de zona de paso, de conexión entre mar y montaña, entre Besòs y Llobregat. Con las rondas a rebosar (más la de Dalt que la Litoral) la configuración de arterias sigue siendo ideal para el vehículo privado. A pesar de la zona de bajas emisiones, no se ha logrado reducir el número de coches.

La calle Aragó. Hay menos carriles, pero sigue siendo terreno del coche.

La calle Aragó. Hay menos carriles, pero el coche sigue siendo el rey.

La calle Aragó. Hay menos carriles, pero el coche sigue siendo el rey.

El principal problema es la movilidad metropolitana. Los de fuera siguen entrando masivamente en su automóvil (y a la misma hora, pero ese es otro debate...). Porque cuesta mucho modificar los hábitos o porque las alternativas en transporte público son insuficientes. En los próximos años se esperan mejoras en Rodalies, más carriles bus-VAO de entrada a Barcelona, más eficiencia en las líneas de bus, más apuesta por el 'sharing' metropolitano. Y sobrevolando la escena el debate eterno: ¿hace falta un peaje urbano?

El tranvía por la Diagonal está llamado a ser una de las transformaciones más importantes de la década en el Eixample. En los próximos dos años está previsto desarrollar la unión entre Glòries y Verdaguer. Cuando se llegue a ese punto, en 2024, la idea es seguir hasta Francesc Macià. Aunque eso es algo que, si hay cambio de gobierno, podría replantearse. O, directamente, quedar anulado.

El Eixample no es el plan de ensanche de Barcelona que Cerdà diseñó en 1859. La ciudad bebe de la planificación del genial urbanista, pero los tiempos modernos, con sus nuevos usos, han ido moldeando y modificando el terreno; como también han cambiado los moradores y los visitantes. Ahora la ciudad se da hasta 2030 para transformar estos seis barrios. Hay quien dice que se hace precisamente para preservar la filosofía de Cerdà. Y hay quien piensa todo lo contrario, que se está mancillando su nombre. El tiempo, junto con la capacidad de diálogo y la adaptación de los barceloneses, dirán si esta es la segunda revolución del Eixample o un nuevo socavón en la historia de la capital catalana.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Carlos Márquez Daniel
Infografías: Francisco J. Moya y Alex R. Fischer
Fotos: Ricard Fadrique, Italo Rondinella
Coordinación: Rafa Julve