Segundo aniversario

La Torre Glòries de Barcelona compite con la Torre Eiffel y el Empire State: entra en la liga mundial de los supermiradores

Es elegida para formar parte de la World Federation of Great Towers y afianza un 42% de visitantes barceloneses

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Patricia Castán

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Barcelona vive en los últimos años un apogeo de terrazas de altura al calor de los hoteles más elitistas de la ciudad, que descubren nuevas panorámicas urbanas a sus clientes. Pero la experiencia más apabullante de la ciudad la brinda desde hace solo dos años la Torre Glòries (antes Torre Agbar), cuando abrió su mirador al público (previa entrada) para exhibir la visión única de 360 grados de toda la metrópolis a 125 metros de altura en lo que es una visita que va mucho más allá de las vistas. La calidad de la propuesta le ha llevado ahora a entrar en la liga de las mejores torres mirador del mundo, la World Federation of Great Towers, que ya sumaa 54 en todo el planeta e incluye a iconos como el Empire State Building en Nueva York, la Torre Eiffel en París, la Torre de Tokio o el Burj Khalifa de Dubai.

Visitantes contemplan Barcelona desde el mirador de la Torre Glòries.

Visitantes contemplan Barcelona desde el mirador de la Torre Glòries. / Ferran Nadeu

La construcción de Jean Nouvel y b720 arquitectos hace historia al ser la segunda de España (tras la Torre de Collserola) que entra en el listado, y lo hace en un momento estratégico a pocos meses de que finalice la macro tranformación del entorno de Glòries. La torre quiere ejercer un papel icónico en esa "nueva centralidad de Barcelona", reivindica su director Aleix Pratdepàdua, que desde la vertiginosa planta 30 del edificio muestra con fascinación la transformación de la capital catalana: desde el acelerón de la Sagrera a la recta final del gran parque de Glòries, los avances de la Sagrada Família o la reinvención del Poblenou. Las cristaleras de la Torre invitan a un voyeurismo urbano sin rival.

Un caso singular

Le superan en altura la Torre Mapfre y el Hotel Arts, pero no cuentan con mirador o terrazas visitables. Tampoco es comparable (por aforo y características) su otro rival en altura, algunas torres del templo de Gaudí.

La vida del edificio, inspirado en muchos símbolos locales y reconocido mundialmente, ha tenido distintas etapas desde que nació en 2005 y cambió varias veces de propietario. Llegó a ser de sede corporativa de Agbar, casi albergó un hotel de lujo de Hyatt y demás episodios (incluido un tiempo en desuso) hasta que lo adquirió Merlin Properties y alquiló con éxito sus plantas a empresas tecnológicas. Faltaba la guinda al pastel, que era abrir al público su planta superior para que todo el mundo pudiese coronar el inmueble que sirve de puerta de entrada al distrito tecnológico 22@. Tuvieron la valentía de levantar el telón en 2022, en plena pospandemia, y ya el primer año y bajo la gestión de Mediapro Exhibitions lograron atraer a 100.000 visitantes, una cifra importante que en su segundo año ya ha crecido un 20%.

Una de las vistas de Barcelona desde lo alto de la Torre Glòries.

Una de las vistas de Barcelona desde lo alto de la Torre Glòries al atardecer. / Ferran Nadeu

Pero incluso con 120.000 personas recorriendo su cúpula, la experiencia sigue siendo tranquila y casi privilegiada. Pratdepàdua se enorgullece de que el 42% de visitantes del último año hayan sido barceloneses porque quiere que la ciudadanía conecte al máximo con la torre y redescubra la ciudad. Pero hay mucho margen de crecimiento teniendo en cuenta que en la actualidad es frecuente que tenga unos 200 visitantes diarios, con puntas de 700 los fines de semana y de 1.500 en jornadas especiales, como el festival Llum BCN. Su aforo (un máximo de 150 personas por hora para una inmersión cómoda) le permite encajar un previsible 'ataque de éxito', si formar parte de la federación de torres (que interactúan y se promocionan entre sí) lo propulsa mediáticamente y más guías turísticas.

Ha empezado también a incluir visitas pedagógicas para alumnos de escuelas e institutos.

Celebración en mayo

La candidatura fue aceptada por el comité de esta 'champions league' panorámica (con sede en Chicago) porque la Torre Glòries responde a sus principales criterios: es emblemática, la firma un arquitecto de prestigio, tiene mirador y está abierta al público. El actual listado de 54 edificios se nutre sobre todo de destacados rascacielos de EEUU y Asia. Pero en Barcelona, mucho más allá del subidón de volcar la vista sobre un horizonte reconocible que alcanza el Montseny, el Maresme, Montjuïc y demás, la experiencia tiene más caras. Para empezar la completa una instalación escultórica permanente de Tomás Saraceno por la que hasta se puede transitar, y que que se desarrolla en el techo del mirador, en lo que habría podido ser una planta 31.

Pero antes de llegar al mirador que roza el cielo, la entrada general de 15 euros para adultos (11 para distintos colectivos, y gratis para menores de 5 años), ya hay una primera etapa en el subsuelo. En planta -1 late el Hipermirador Torre Glòries, que se plantea como "otra forma de descubrir la ciudad". Sin verla, pero sintiéndola y comprendiéndola. Merecería un artículo aparte porque desde su apertura abarca instalaciones artísticas elaboradas con datos de Barcelona en tiempo real y mostradas en futuristas pantalla". Del cosmos al mar. Así como la radiografía del aire que se respira en sus calles en ese momento, la coreografía de sus 320.000 árboles oxigenando la urbe, el trazado de Cerdà dando sentido al conjunto, la vorágine del tráfico o la lluvia de tuits y mensajes que circulan en ese momento en la radiofrecuencia local, mostrando el infinito flujo de información digital que también alimenta el movimiento de la ciudad.

Instalaciones del Hipermirador de la planta -1 de la Torre Glòries.

Instalaciones del Hipermirador de la planta -1 de la Torre Glòries. / Ferran Nadeu

Esta suma de elementos hacen que se trate de una "propuesta turística de calidad" (cultural e inmersiva, destaca su director) y que contribuya al objetivo municipal de descomprimir el turismo de Ciutat Vella y otros iconos, ofreciendo un punto de partida y comprensión del urbanismo local. Y también a reimagianr el futuro de las grandes ciudades. Hasta ahora, entre los visitantes extranjeros predominan alemanes, franceses, estadounidenses e italianos.

Los gestores del espacio destacan que para celebrar su segundo aniversario, del 18 al 20 de mayo, habrá una iluminación especial e, y se podrá recorrer gratis el interior de la escultura suspendida de la cúpula, Cloud Cities Barcelona, con la compra de la entrada general al Mirador (la promoción no se aplicará en la Nit del Museus). 

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