Movilidad universal

El Govern prevé que toda la red de metro de Barcelona sea 100% accesible en 2030

Falta por adaptar una decena de paradas, algunas de ellas fundamentales y muy concurridas, como los intercambiadores de Urquinaona o Plaça de Sants

La falta de presupuestos amenaza con alargar aún más la eterna espera por unos ascensores pendientes en el metro de Barcelona

La L2 de metro hasta Montjuïc y otras ampliaciones del suburbano pendientes en Barcelona

Acceso a la estación de Plaça de Sants, una de las paradas del metro de Barcelona sin ascensores

Acceso a la estación de Plaça de Sants, una de las paradas del metro de Barcelona sin ascensores / ELISENDA PONS

Carlos Márquez Daniel

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Barcelona es una de las ciudades del mundo -si se compara con urbes similares- con mayor porcentaje de estaciones de metro accesibles. El 94% de las paradas del suburbano están adaptadas para que las personas con movilidad reducida puedan acceder a los andenes desde la calle sin que su condición suponga una barrera. Pero todavía faltan 10, algunas de ellas tan importantes como Plaça de Sants (L1 y L5) o Urquinaona (L12 y L4), intercambiadores por los que a diario pasan miles de viajeros. Si todo va según lo previsto por el Govern, en 2030 se llegará al 100% de estaciones aptas para todos los públicos.

La diferencia respecto a anteriores promesas de calendario es que ahora, en abril de 2024, todas las paradas pendientes tienen el proyecto en marcha, ya sea con las obras en ejecución o con los trabajos en fase de redacción y con vistas, más tarde, a licitar luego las obras. Ese es el argumento del Departament de Territori, que considera "razonable" afirmar que dentro de seis años ya estará todo terminado. El caso es que en 2019, el entonces 'conseller' Damià Calvet prometió la total accesibilidad "entre 2022 y 2023", y en junio de 2022, Ricard Font, secretario general del Departament de Vicepresidència, decía que eso sucedería en 2025. Ahora la pelota salta a 2030.

Ojo en la calle

El Govern no esconde que la empresa será complicada, precisamente porque algunas de las estaciones pendientes de transformación son las más difíciles de abordar o las que más pueden afectar a la superficie. En el primer paquete sobresale la de Urquinanona, una parada centenaria que a su avanzada edad hay que añadirle un subsuelo alambicado que incluye una subestación eléctrica. El secretario de Mobilitat i Infraestructures, Marc Sanglas, ha depositado este jueves, durante un encuentro con la prensa para abordar el asunto, su fe en los que saben: "No hay nada que los ingenieros no puedan solucionar con imaginación y recursos".

Ascensor para bajar a los andenes de la estación de Sagrada Família

Ascensor para bajar a los andenes de la estación de Sagrada Família / Ricard Cugat

Las estaciones pendientes son: Maragall (L5), Espanya (L3), Clot (L1), Ciutadella (L4), Verdaguer (L4 y L5), Plaça de Sants (L1 y L5) y Urquinaona (L1 y L4). Las cuatro primeras tienen las obras en ejecución, la de la línea 4 de Verdaguer dispone de proyecto aprobado y las cinco últimas están en la fase de redacción de proyecto, a la que debería seguir la licitación y ejecución de las obras.

Los principales retos

Inquietan algo más que el resto casos como el de Espanya, Plaça de Sants y Urquinaona. No tanto por el proyecto de infraestructura, que también, como por la afectación que las obras puedan tener en la vía pública, pues coinciden con calles muy concurridas. En el caso de Espanya, además, la instalación de ascensores en la L3 (los de la L1 se estrenaron semanas atrás) se realiza al mismo tiempo que la conexión de la línea L8 de FGC entre este punto y Gràcia, con lo que esto implica de ocupación de la calle y alteración de la movilidad en un nudo viario fundamental. La parte que corresponde a los elevadores debería estara terminada a finales de año, así que la afectación debería aliviarse con la llegada de 2025.

Boca de la estación de Verdaguer, incluida en el plan para reducir vibraciones en el metro de Barcelona.

Boca de la estación de Verdaguer, una de las que falta por adaptar / Marc Asensio Clupes

El intercambiador de Plaça de Sants es un hervidero diario de viajeros. En este punto confluyen un andén de la línea 1 y otro de la línea 5 por los que en 2023 pasaron más de 5,5 millones de personas. Carece de ascensores y tiene una única escalera mecánica, solo de subida, en una salida de la L1. La previsión de Territori es abordar el proyecto en dos fases. Primero, la L5, que tiene el proyecto redactado y en fase de revisión, con la idea de que sea aprobado esta primavera. Las obras tienen una duración prevista de 30 meses. Luego llegará el turno de la L1, que tiene el proyecto en licitación para que sea redactado. Eso llevará 12 meses. Luego, licitar las obras y otros 30 meses más pico y pala. Tiene pinta de que será de los últimos en ver la luz.

Arriba y debajo

En el caso de Urquinaona, casi es tan importante lo que pase en superficie como por debajo de la tierra. Arriba está por definirse el futuro de una de las plazas más emblemáticas del centro de la ciudad. Un trabajo que ahora, con la parte alta de Via Laietana ya transformada, debería ser un poco más sencillo. Por lo que respecta a la adaptación de la estación de las líneas L1 y L4, el próximo otoño está previsto iniciar la redacción de un nuevo proyecto constructivo que se adapte a las vicisitudes que se han ido encontrando en los distintos estudios previos.

Escaleras de acceso al andén de la parada de la Barceloneta de la L4

Escaleras de acceso al andén de la parada de la Barceloneta de la L4 / Manu Mitru

La cita con la prensa de este jueves se ha convertido en una suerte de exhibición de legado de todo lo realizado en el metro en los últimos tres años. En total, Territori ha invertido cerca de 225 millones en el subterráneo de la capital catalana, con 47,8 millones de obras ya terminadas, 156,8 correspondientes a proyectos en ejecución y 20,2 relativos a proyectos que están en distintas fases previas para después pasar a la acción.

Mejoras en la L4

Más allá de lo invertido en ascensores pendientes, la obra quizás más importante en ejecución sea la de nueva señalización en la L4 para incrementar la velocidad y la frecuencia de paso de trenes, cosa que debe ayudar a destensar la línea. Uno de los temores respecto al metro de Barcelona es que se llegue a un punto de muerte de éxito. El pasado día de Sant Jordi, de hecho, se batió el récord histórico de validaciones en un solo día: 1,8 millones.

Ester Capella, durante una visita a las obras de la L9, en julio de 2023

La consellera Ester Capella, durante una visita a las obras de la L9, en julio de 2023 / Jordi Otix

Sanglas ha recordado que la culminación de la L9 debería ayudar a destensar las líneas que ahora van más estresadas. La tuneladora de este proyecto, por cierto, ahora detenida por tareas de mantenimiento entre Sarrià y Mandri, volverá a funcionar en mayo, según ha detallado el alto cargo de Territori. Sobre futuras ampliaciones del metro que permitan llegar a nuevas áreas metropolitanas (L1 a Badalona, L3 a Esplugues o L2 a la Zona Franca), ha recordado que no hay presupuesto aprobado. Y que sin cuentas vigentes, no hay inversión nueva.