Subida al parque Güell

Tres alternativas para que no haga (tanta) falta borrar el bus 116 de Barcelona de Google Maps

A través de la tarifa, el servicio a demanda o un autobús solo para turistas que fue eliminado, la ciudad podría aliviar la situación de la movilidad vecinal del barrio de la Salut

Revuelo internacional por la eliminación de la línea de autobús del Park Güell de Google Maps

Barcelona descarta borrar más líneas de bus de Google Maps para evitar que el turismo las colapse

El bus de barrio 116, junto a la entrada del Park Güell, donde se llena de turistas antes de iniciar el descenso.

El bus de barrio 116, junto a la entrada del Park Güell, donde se llena de turistas antes de iniciar el descenso. / Maite Cruz

Carlos Márquez Daniel

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"El vehículo parecía uno de esos autobuses de cortesía del aeropuerto que te llevan al lugar en el que están aparcados los coches de alquiler. Es el bus 116 y estaba lleno de ancianas con sus carritos de la compra, personas que viven en la zona. Es la manera más inteligente de llegar al Park Güell". Esto lo escribió en Tripadvisor un americano, y entre las respuestas, las de una persona que tiene como foto un grafiti en el que se lee 'tourists go home': "¡No uséis el 116! Hay muchos otros medios de transporte para llegar o salir del parque. Sin embargo, hay mucha gente del barrio (incluidas las personas mayores y con menos movilidad) que dependen de esos pequeños autobuses para desplazarse. Y muchas veces no pueden, porque están llenos de turistas". El resto de la historia ya lo conocen; la eliminación de la línea 116 del mapa de Google para intentar que los forasteros no abusen de un servicio pensado para los residentes. ¿Pero hay alguna otra forma de evitar esta convivencia mal llevada entre transporte público, vecinos y visitantes? Veamos.

Un par de turistas andan camino del Park Güell, con el 116 a sus espaldas, en agosto de 2016

Un par de turistas andan camino del Park Güell, con el 116 a sus espaldas, en agosto de 2016 / Ferran Nadeu

Borrar del plano un bus puede ayudar a mitigar el problema. Y las cifras así lo demuestran, según dijo el miércoles la teniente de alcalde y presidenta de TMB Laia Bonet, que aseguró que en los primeros días de supresión del 116 en Google Maps, las validaciones han caído "de más de 3.000 diarias a un rango de 2.000 o menos de 1.000 por día". O sea, lo siguen usando, con un aforo muy por encima del resto de línea del Bus de Barri de TMB. Lo que seguro no se puede hacer es prohibir la entrada a un turista por el simple hecho de ser una persona que está de visita en la ciudad. No se puede fumar, subir descalzo o con el torso descubierto, llevar materiales peligrosos, mendigar o distribuir publicidad. Pero eso son cosas que aplican tanto para los vecinos de Gràcia o Sant Andreu como para la gente de Wisconsin o de Singapur. Sí se puede, sin embargo, jugar con la tarifa.

Servicio excluido

Sucede que muchos turistas que pasan unos pocos días en Barcelona adquieren la Hola Barcelona Travel Card. Se pueden contratar dos días (15,75 euros), tres días (22,95 euros), cuatro días (29,97 euros) o cinco días (36,72 euros), y permite, tal y como informa la web de TMB, utilizar tantas veces como se desee el metro y el bus, Ferrocarrils (zona 1), el funicular de Montjuïc, el tranvía (TRAM) y los trenes de cercanías Rodalies de Catalunya (zona 1). El teleférico de Montjuïc, de gestión privada, no está incluido. También quedan fuera el funicular del Tibidabo y el Tramvia Blau, que lleva seis años sin circular y no aparece por ninguna parte.

El bus 116, escalando calles de la Salut, en el verano de 2016

El bus 116, escalando calles de la Salut, en el verano de 2016 / Ferran Nadeu

Del mismo modo que hay transportes de gestión pública que quedan fuera del ámbito de la Hola Barcelona, receta Adrià Ramírez, presidente de la asociación Promoción del Transporte Público (PTP), el consistorio podría incluir el Bus de Barri en la paleta de los no incluidos. Los turistas podrían subir igual, por supuesto, pero si te gastas un dineral en una tarjeta, no te va a hacer ninguna ilusión pagar una T-casual (12,15 euros) o un prohibitivo billete sencillo (2,55 euros) solo para este trayecto. Es un elemento no excluyente, pero disuasorio.

Sobre el hecho en sí, Ramírez tiene una opinión muy clara: "Intentar que la movilidad solucione un problema que es de ciudad y de externalidades generadas por el exceso de turismo es tramposo". Y recuerda que lo del 116 también sucede en la línea L4 de metro en verano, con los volquetes de forasteros que quieren ir a la playa, y en el intercambiador de Urquinaona, al límite de su uso.

Efecto disuasorio

Otra alternativa es convertir el bus de barrio ordinario en un transporte a demanda. Es decir, que deje de pasar de manera regular y que solo funcione cuando un vecino a través de la aplicación 'El meu bus' o el teléfono 900 927 575, como ya hacen los vecinos del Farró-Galvany, Montbau-Vall d'Hebron, Torre Baró Nord, Torre Baró Sud y Vallbona. Se pueden realizar reservas programadas con al menos 45 minutos de antelación o solicitar un viaje inmediato. El servicio no tiene coste adicional: requiere de los mismos billetes y abonos que se utilizan para el transporte público convencional.

Bus a demanda en Torre Baró

Bus a demanda en Torre Baró / Jordi Otix

Los turistas podrían saber de la existencia de la línea, pero al ver que no circula o que lo hace de manera tan irregular, quizás terminarían por borrarlo de las alternativas y terminaría desapareciendo de las recomendaciones de portales como Tripadvisor, donde abundan los comentarios que señalan el 116 como la mejor opción para llegar al Park Güell. Estas dos medidas podrían beneficiar no solo al 116, también al 111 que sube al parque de atracciones del Tibidabo y al 119 que pasa cerca de los búnkers del Carmel.

La lanzadera, descartada

El ayuntamiento también podría recuperar el bus lanzadera que estrenó el 1 de abril de 2019 para conectar la parada de metro de Alfons X (L4) con el recinto diseñado por Gaudí. La previsión era transportar a 700 personas por hora en temporada alta y el precio del billete estaba incluido en la entrada. También podían subir al Bus Güell los vecinos que tuvieran la tarjeta del parque. El servicio, sin embargo, desapareció con la pandemia y no se ha vuelto a activar a pesar de que su puesta en marcha era una de las conclusiones del estudio de movilidad del Plan Estratégico del Park Güell.

Su restitución (se podría añadir otro bus desde Lesseps) aliviaría sobremanera la presión sobre los medios de transporte convencionales. Un portavoz de BSM, la empresa pública que explota el Park Güell, explica, sin embargo, que no está previsto recuperar este servicio. Al parecer, prosigue, "era una prueba piloto que redujo poco el número de turistas que subían al bus o al metro y el vecindario estaba molesto, especialmente el de la calle de Praga".

El presidente de la PTP no ve mal que se plantee un bus turístico más pequeño, que sea menos molesto. "Y que en ningún caso cueste dinero o afecte al resto del sistema de transporte público, ya demasiado tensionado y con carencias como para tener que solucionar problemas ajenos como es el exceso de turismo en Barcelona".

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