La sequía

Barcelona abre el debate sobre obligar a los nuevos bloques de pisos a aprovechar el agua de lluvia

El proceso participativo para la ordenanza de aguas grises pregunta si las grandes promociones y rehabilitaciones también tendrían que instalar sistemas pluviales en las cubiertas

Barcelona obligará a aprovechar las aguas grises en grandes bloques de pisos nuevos y rehabilitados

Obras de construcción de un bloque de pisos en el Poblenou de Barcelona

Obras de construcción de un bloque de pisos en el Poblenou de Barcelona / RICARD CUGAT

Toni Sust

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La sequía ya no es un episodio puntual, sostienen las administraciones y la realidad. Y para que la situación que se vive en estos momentos no se repita en el tiempo, es decir, que existan reservas para combatir mejor la falta de lluvia, las instituciones se plantean medidas que hace no mucho resultarían impensables. Por ejemplo, el aprovechamiento del agua de lluvia para usos domésticos.

El Ayuntamiento de Barcelona está en plena elaboración de la ordenanza de aguas grises, una norma cuya aprobación definitiva está prevista para finales de año. Obligará a promociones y rehabilitaciones de bloques de más de 16 viviendas y a los que acumulen más de 500 m3 de gasto anual en duchas y bañeras a aprovechar el agua de estas instalaciones.

De la ducha al inodoro

Eso significa que en estos inmuebles será obligatorio reutilizar el agua que se va por el desagüe para usos que no requieren agua potable. Por ejemplo, se deberá redireccionar el agua de la ducha hacia la cisterna del inodoro, tras someterla a un saneamiento básico. En el proceso participativo previo a la validación de la ordenanza, el consistorio va más allá y ha incluido preguntas sobre otra posible obligación que por ahora es solo eso, una posibilidad: que las empresas responsables de grandes promociones o grandes rehabilitaciones tengan que instalar sí o sí algun sistema de recogida del agua pluvial en las cubiertas.

La pregunta

Es una de las preguntas que aparecen en la encuesta que forma parte de ese proceso participativo: “¿Consideras que se debería regular también el aprovechamiento de otros recursos hídricos de proximidad como las aguas pluviales en las cubiertas de las edificaciones?”.

El formulario ofrece varias posibilidades de respuesta: que en el caso de grandes promociones o rehabilitaciones sea obligatorio el aprovechamiento de aguas pluviales en las cubiertas independientemente de que lo sea el de las aguas grises; que sean ambos obligatorios; que esa agua de la lluvia sea uno de los “recursos hídricos alternativos” que se empleen para regar los espacios verdes si hay zonas enjardinadas en el espacio del inmueble, y, finalmente, que no sea obligatorio.

El consistorio subraya que por ahora no se ha avanzado ni un milímetro en una regulación potencial al respecto, y tampoco dispone de los datos de las respuestas que la encuesta ha recibido, porque estará abierta hasta el 1 de abril. Pero no parece descabellado que en un futuro las obligaciones de los responsables de promociones de envergadura incorporen el máximo de prestaciones para garantizar el agua que no cae del cielo.

El proceso participativo

El proceso participativo abierto en relación con la ordenanza de aguas grises consta de cuatro fases: información, debate, retorno y seguimiento. Ahora está en la del debate, que incluye la encuesta citada y cinco sesiones de debate ya realizadas. La fase concluirá el 7 de abril.

La del retorno consiste en la entrega de la información recogida al equipo técnico que redacta la ordenanza. Y en ese periodo, que concluye el 21 de abril, se determina qué propuestas se incluyen y cuáles no. Finalmente, del 21 de abril al 31 de julio, se da la cuarta fase, de seguimiento de la tramitación de la ordenanza.

Aguas grises

La nueva ordenanza es una de las medidas principales que ha impulsado el ayuntamiento, que calcula que un hogar de cuatro personas genera unos 200 litros de aguas grises al día. El consistorio estima que aprovechar el agua de la ducha para el inodoro podría suponer una reducción del consumo de agua potable de un 30%. En global, un ahorro potencial de 300.000 m³ al año.

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