Reivindicación tenaz

La biblioteca pendiente que moviliza a un barrio de Barcelona: "Hace 14 años que la esperamos"

Vecinos del Vall d'Hebron recogen unas 1.500 adhesiones para que se recupere el proyecto, que figuraba en el plan de equipamientos de la pasada década pero que ha desaparecido en la lista de obras previstas hasta 2030

Los usuarios de las Bibliotecas de Barcelona aumentan un 17,5% en 2023

El edificio de Torre Jussana, que un grupo de vecinos propone que se acondicione como la biblioteca de Vall d'Hebron, en Barcelona.

El edificio de Torre Jussana, que un grupo de vecinos propone que se acondicione como la biblioteca de Vall d'Hebron, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Jordi Ribalaygue

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Poco más de la mitad de los 73 barrios que forman Barcelona dispone de biblioteca pública. El mapa de la ciudad congrega 40 bibliotecas y sumará cinco más de aquí a 2030, con las que se pasará de 38 a 42 vecindarios provistos con un espacio con libros y salas de libre acceso. En la lista no figura el Vall d’Hebron, donde el movimiento vecinal reivindica dotarse de una biblioteca desde 2009.

Aquel año, se recogieron 812 firmas para pedir un edificio consagrado a la lectura y el estudio. Los apoyos equivalían al 14% de los habitantes del Vall d’Hebron, un porcentaje nada desdeñable pero que no bastó para lograr el equipamiento. Lejos de desistir, un grupo de vecinos persiste en tratar que la reclamación figure en los planes municipales. 

En 2011, el Consorcio de Bibliotecas contempló la posibilidad de construir un edificio que abasteciera de cultura al Vall d’Hebron y al vecindario adyacente, La Clota, antes de 2020. Puso una condición para aprobar la inversión: era imprescindible que se confirmara un aumento de la población en ese tramo de la ciudad. Ambos barrios pasaron de albergar 6.052 personas a 6.595 en la década pasada. Sin embargo, ni el equipamiento se ha edificado ni aparece en la planificación de obras, reformas y traslados que la red municipal programa para los próximos seis años. 

“Es inexplicable”, opinan los vecinos que mantienen la reivindicación vigorosa. Tal es así que volvieron a la carga con la demanda hace algo más de un año. El octubre pasado, reiteraron la solicitud de que el ansiado servicio se conceda al Vall d’Hebron. Enviaron un escrito al alcalde Jaume Collboni, con unas 1.500 adhesiones adjuntas, que representan a una cuarta parte del barrio.

Sala de lectura en Torre Jussana, el edificio que un grupo de vecinos pide convertir en biblioteca, en Barcelona.

Sala de lectura en Torre Jussana, el edificio que un grupo de vecinos pide convertir en biblioteca, en Barcelona. / FERRAN NADEU

“La población de nuestro barrio ha aumentado sustancialmente y los déficits en el ámbito cultural no se han corregido”, alega la instancia dirigida al alcalde. “La falta de respuesta del Ayuntamiento ha superado con creces nuestra capacidad de espera”, agrega el documento. “Ha llegado el momento de que el nuevo equipo de gobierno municipal asuma la responsabilidad de la construcción de la biblioteca que se solicitó hace un montón de años”, apremia.

Ancianos movilizados

La campaña para reunir las firmas surgió de un club de lectura del centro de la gente mayor de la zona. Todas se han juntado sin salir del vecindario, recabadas en los comercios, las comunidades de vecinos y las familias de los centros educativos. “Son un número importante. La tercera edad se ha movido”, elogia M. Eugenia Ibáñez, miembro de la comisión Volem Biblioteca per a la Vall d’Hebron. 

Expone que hace 14 años que esperan una respuesta. “Lo que queremos es una biblioteca adaptada al barrio. Hay una población escolar considerable y se van a construir nuevos pisos en La Clota, más cerca del Vall d’Hebron que al núcleo residencial de ese barrio. Vendrán familias, jóvenes, niños…”, enumera. 

Los vecinos alegan que no exigen un edificio monumental como el de la García Márquez de Sant Martí, premiada como la mejor biblioteca del mundo en 2023. Tampoco se conforman con un mero sucedáneo. “Nos plantearon que se creara una sala de lectura, pero dijimos que no. Hay unos 2.000 pisos en el barrio y cada vivienda puede tener tres salas de lectura”, opone Ibáñez. 

Una planta de Torre Jussana, que un grupo de vecinos pide que aloje una biblioteca ahora inexistente en Vall d'Hebron, en Barcelona.

Una planta de Torre Jussana, que un grupo de vecinos pide que aloje una biblioteca ahora inexistente en Vall d'Hebron, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Ante la insistencia de una demanda con amplio respaldo, el distrito de Horta-Guinardó responde que se han mantenido reuniones al respecto y que la petición “se está estudiando”. “Hay que analizar la demanda”, apostilla el Consorcio de Bibliotecas. La reclamación ha resurgido coincidiendo con un momento de recuperación tras la pandemia en los equipamientos: en 2023, cada día fueron 21.000 personas a las bibliotecas de Barcelona, un 17,5% más que en 2022, y el préstamo de libros y otros documentos se incrementó un 8%.  

Edificio histórico

Los partidarios del equipamiento abogan por adaptar un edificio ya existente en la confluencia de Vall d'Hebron y La Clota para encajar allí la biblioteca. Recalcan que así se abarataría el coste, dado que no sería necesario alzar un inmueble.

La comisión favorable a la biblioteca la concibe dentro de Torre Jussana, una antigua villa del siglo XIX que aloja a diferentes asociaciones de la ciudad. Aparte de tratarse de uno de los escasos emblemas que preservan la identidad del barrio, el grupo vecinal defiende que sería factible trasladar los servicios que Torre Jussana alberga a los bajos de un bloque cercano, vacíos y de titularidad municipal.   

Los vecinos explican que “el argumento que se ha esgrimido siempre para negar una biblioteca al barrio es que la ratio de habitantes sería muy baja”. Replican que el centro avituallaría también de libros a La Clota, donde se prevé “la construcción de un máximo de 626 viviendas”, indican. Aparte, estiman que un centenar más de domicilios dotacionales pueden alzarse en el entorno de la Llosa del Vall d’Hebron.

“Como mínimo, la nueva biblioteca daría servicio a 8.388 habitantes”, calculan. Al margen, añaden a los 1.380 alumnos del colegio de los salesianos de Horta, que incluyen como potenciales usuarios. Destacan que, en comparación, la biblioteca de Torre Baró provee a 2.939 residentes y la de Vallbona, a 1.421 personas. “Ya no se puede alegar falta de masa crítica”, esgrimen.