Los retos de la movilidad

Una protesta con 20 cortes de tráfico simultáneos reivindica radares en los entornos escolares

Revolta Escolar recuerda que cada tres días un niño deBarcelona es víctima un accidente de tráfico

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Los niños de la Escola 9 Graons cortan el tráfico en Rosselló con Roger de Flor.

Los niños de la Escola 9 Graons cortan el tráfico en Rosselló con Roger de Flor. / JORDI OTIX

Carles Cols

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Sucedió el pasado miércoles frente a la escuela Arenal de Llevant, en el distrito de Sant Martí. Una niña de 14 años fue embestida por un taxi en la esquina de Bac de Roda con Taulat. Ella cruzaba por el paso de peatones en verde. El chófer se despistó. No iba rápido. Al revés, acababa de desencochar allí mismo y emprendía de nuevo la marcha. La tuvieron que trasladar al Hospital del Mar, nada grave, en principio, sí algunas abrasiones. Un total de 25 escuelas de Barcelona han cortado una veintena de calles esta tarde, coordinadas por la plataforma Revolta Escolar, para solicitar que en los alrededores de todos los centros educativos de la ciudad la velocidad máxima nunca sea superior a 30 kilómetros por hora. A más velocidad, la supervivencia de las víctimas desciende radicalmente.

Según las cifras de Revolta Escolar, sacadas de las propias estadísticas de la Guardia Urbana, entre 2018 y 2021 fueron víctimas de accidentes de tráfico 427 niños de la ciudad, en incidentes en los que, sea de quien sea la culpa, había implicados tanto coches, como motos y furgonetas. En 2021, el Ayuntamiento de Barcelona anunció el despliegue de 46 radares en entornos escolares, no solo punitivos, también informativos, señales luminosas que informan al conductor en tiempo real a qué velocidad circula, en verde si es la adecuada, en rojo si es excesiva. No solo se han instalado solo 12 de los 46 prometidos, sino que el nuevo equipo de gobierno, denuncia Revolta Escolar, ha comenzado a recoger el carrete y ese tipo de controles funcionan ahora exclusivamente a las horas de entrada y salida de clase.

Los cortes de tráfico en demanda de una ciudad más tranquila y amable con los peatones, en especial con los niños, la ha retomado Revolta Escolar con un potente argumentario sobre la mesa. Han ido en busca, por ejemplo, de los informes de la Dirección General de Tráfico que analizan la relación entre daños y velocidad. En atropellos a 10 kilómetros por hora, la víctima tiene un 10% de probabilidades de morir. Si la velocidad es de 50 kilómetros por hora, ese riesgo se incrementa hasta el 80%.

“No poder o no querer garantizar la seguridad de los niños es un fracaso político”, explica Marc Hurtado, portavoz de esta plataforma, que en su caso ha participado en el corte de tráfico llevado a cabo frente a la escuela 9 Graons, en la esquina de Rosselló con Roger de Flor. Allí, al salir de clase, los niños se han adentrado primero muy tímidamente en la calzada, sobre todo porque la calle de Rosselló suele ser en ese punto muy transitada y ruidosa. Después la han hecho suya. No debería ser un lugar hostil, sostiene Revolta Escolar, pero lo cierto es que, estadísticas en mano, cada tres días, de promedio, un niño de la ciudad tiene que ir a una centro sanitario víctima de un accidente de tráfico.