Seguridad vial

Barcelona registra un 40% menos de siniestros de tráfico con heridos que a principios de siglo

La calle de Aragó concentra 500 siniestros en los últimos seis años, uno cada cuatro días

El coche ha perdido en Barcelona la mitad de las plazas de aparcamiento en la calle en los últimos 20 años

Movilidad y género en Barcelona: las mujeres arrasan en transporte público y los hombres van en coche

Accidente entre un coche y una moto, en la plaza de Alfons X

Accidente entre un coche y una moto, en la plaza de Alfons X / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En los últimos 10 años, en la capital catalana se han producido 81.824 siniestros de tráfico con heridos. Son 22,4 cada día (casi uno por hora), con lo que eso implica de desgracias personales y secuelas. Sin olvidar, aunque suene crudo decirlo y sea secundario, el coste económico inmenso derivado de las bajas laborales. En esta década, además, han perdido la vida en el asfalto 210 personas y 2.089 han resultado heridas graves. Suele decirse que las buenas ciudades son las que garantizan el bienestar tanto de un niño de ocho años como de una persona mayor de 80. Las cifras de siniestralidad dejan a Barcelona, por ahora, lejos de esa ilusión.

Los números pueden analizarse desde muchos puntos de vista. La cifra de víctimas mortales es la más trágica, pero es a la vez la que menos permite enteder el contexto. Donde mejor se ve la evolución es en el registro de siniestros con víctimas. Y con un sencillo cruce de datos se puede fotografiar la realidad. Por un lado, sabemos que el tráfico (no confundir con la congestión) se redujo un 11% en 2023 respecto a 2015. ¿Bajaron de igual modo los accidentes con heridos?

En 2015 fueron 9.095, y cinco años después, el ejercicio se cerró con 6.857, una bajada del 24,6%. No hay una relación de causa efecto inmediata, porque hay que sumar las decisiones urbanísticas (eliminación de carriles) o de movilidad (carriles bus o bici, radares, bonificaciones en el transporte público, elementos en la calzada para reducir la velocidad...) pero sí parece demostrarse algo tan obvio como conveniente de recordar: cuantos menos coches hay, menos probalidad de que alguien se haga daño en la vía pública.

Se puede ir más para atrás para confirmar la buena dirección. En el año 2000, en Barcelona se registraron 11.348 siniestros con víctimas, lo que signfica que des que empezó el siglo, la capital catalana ha logrado reducir casi un 40% esta lacra. Ese mismo año perdían la vida en accidentes de tráfico 54 personas, casi el triple que ahora.

Y auque la cifra de fallecidos no es el eje más representativo de la gráfica, su evolución por décadas sí arroja algo de luz. La primera década (2000-2009) dejó un total de 457 víctimas mortales, mientras que en la segunda (2010-2019), sin contar la pandemia) fueron 263. Es una reducción del 42,5%. Se puede ir incluso al siglo anterior, con los siniestros entre 1990 y 1999, que dejaron 628 muertos, un 59% más que en los últimos 10 años.

En los últimos 30 años, cerca de 300.000 han tenido que ser atendidas por siniestros de tráfico en Barcelona. Los heridos graves son la pata más preocupante de esta cifra. Afortunadamente, son un porcentaje muy menor. Y cada vez más reducido. Desde 2014, y dejando a un lado los años de pandemia, la cifra ha experimentado un cierto decrecimiento. Pero tímido. Es al ampliar el foco cuando, como sucede con los fallecidos, la estadística arroja noticias. En 2004, por ejemplo, se contabilizaron 554 heridos graves, más del doble que ahora. En 2007, sin embargo, ya eran 366, y en 2009 se bajó hasta los 286. Ahora estamos en 225.

Siempre la moto

Lo que no se revierte es la siniestralidad de los motoristas, seguramente, el principal desafío de la ciudad en cuanto a seguridad vial. De los 210 fallecidos durante la pasada década, 113 iban sobre una moto, lo que representa el 54%, un porcentaje inquietante si se tiene en cuenta que, según la Encuesta de Movilidad en Día Laborable, representan el 6% de los desplazamientos globales en la ciudad. Ojo también con los usuarios de patinete que ya son el tercer colectivo con más mortalidad, después de los peatones.

Que haya más motos que nunca no ayuda. Según cifras municipales, en Barcelona hay censadas cerca de 270.000 motocicletas. En cambio, también ahora hay menos coches que nunca: 471.000, una caída del 25% respecto a 1996. Más motos y de mayor cilindrada equivale a más velocidad y heridas más graves en caso de siniestro de tráfico.

Accidente de moto, en Gran Via con Roger de Flor, en julio de 2022

Accidente de moto, en Gran Via con Roger de Flor, en julio de 2022 / Ferran Nadeu

Debería ayudar que en el futuro ya no se puedan llevar motos de hasta 125cc con tres años de carnet de coche, el conocido como B+3 implantado en octubre de 2004. La DGT está estudiando crear un curso obligatorio como paso previo. Es curioso, porque Barcelona, por boca de su exresponsable de la Unidad de Investigación y Prevención de Accidentes de la Guardia Urbana, Manuel Haro, reclamó esta medida durante años.

Barcelona ya lo dijo

"Mucha gente -aseguraba a este diario en 2022 este subinspector, ahora jubilado- se pasó a la moto aprovechando el B+3, pero cambiando de un día para el otro el coche por la moto, sin darse cuenta de que cada uno tiene sus peculiaridades y, sobre todo, sus vulnerabilidades". Ya en la primera década de este siglo lo pidió a Tráfico. Sin suerte. El RACC lo llevó a estudio: el piloto sin formación previa tenía un 121% más de posibilidades de irse al suelo que un motorista de autoescuela. Haro también propuso alcoholemia zero para los motoristas. Tampoco obtuvo respuesta. Por ahora.