La reactivación de la reforma de Vallcarca amenaza un gran asentamiento barraquista en Barcelona

La reforma del barrio de Vallcarca de Barcelona camina poco a poco pero se despereza del letargo en el que se ha sumido durante años. Una reactivación que sume en la incertidumbre un amplio asentamiento de chabolas. En ellas vive la familia extensa de Ellis, un niño de 11 años muy especial. Hace unas semanas su imagen se hizo viral al tomar la palabra en un Consejo de Barrio, en presencia de la concejala del distrito, Laia Bonet (PSC), para pedir “soluciones sociales, no policiales” para su comunidad.

Tras el relevo en el gobierno de Barcelona, asegura el movimiento vecinal, la Guardia Urbana es “mucho más beligerante” contra la comunidad gitano-rumana asentada en solares con barracas o locales ocupados, y que se dedican a la chatarra. El consistorio incluso trató de colocar unas ‘new jerseys’ para impedir la entrada a los solares de furgonetas con materiales recolectados, parte esencial de su sustento.

Tanto la asociación de vecinos SomBarri como el Síndic de Barcelona han reprochado esta decisión municipal y, después de una concentración vecinal, consiguieron que el ayuntamiento renunciara a colocar las barreras. Por su parte, fuentes municipales han agumentado a este diario que "a petición de la Guardia Urbana se valoró intervenir para evitar este tráfico y garantizar la convivencia".

Ellis, el niño 'activista' que desafía estereotipos en Vallcarca

Desde la asociación de vecinos SomBarri, que coordina un grupo de soporte para las personas de esta comunidad, aseguran que están “sorprendidos” por la actitud del ejecutivo de Jaume Collboni este arranque de mandato. “Con el anterior gobierno iniciamos un diálogo, y también con Servicios Sociales. Ahora este diálogo está roto por su parte. Nunca han querido sentarse a hablar con nosotros”, asegura uno de sus portavoces, José González. Este diario se puso en contacto con el ayuntamiento para preguntar por este asunto y, un día después, el consistorio contactó con la asociación para poner fecha a una primera reunión, que tendrá lugar a mediados de enero.

En el encuentro, la asociación quiere abordar el presunto cambio de actitud por parte de la policía hacia los chabolistas, ya que aseguran que “les acosan más” y les complican la tarea de mover sus vehículos para transportar la morralla.

También pedirán una solución habitacional para los que habitan en barracas. “Vivir así no es deseable para nadie. Lo hacen porque no tienen otra posibilidad. Barcelona tiene tradición barraquista y se construyó mucho para dar vivienda. Este problema se se tendría que resolver y pensamos que no hay voluntad, ni tampoco un plan claro para hacerlo. Lo han querido solucionar con policía y eso no nos parece bien”, manifiesta González. 

El Síndic pide un censo

El Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, visitó recientemente los asentamientos y locales ocupados de Vallcarca junto a su equipo. Por su parte, pide al Ayuntamiento que haga un censo de la gente que hay viviendo en esta situación y también en locales ocupados de la zona, ya que se estima que son más de 200 personas. 

Asimismo, Bondia insiste en que el consistorio debe abordar el reto de la infravivienda como algo que va más allá del problema habitacional: “Las personas que viven en infraviviendas sufren una afectación de derechos global. En primer lugar, es un problema de trabajo. Ya que mientras tengan que dedicarse a la chatarra no pueden irse de los solares, que es donde tienen espacio para trabajar. También tienen problemas de asistencia sanitaria en cuanto a salud dental, por ejemplo; a lo que se suma el estigma”. 

Proyecto urbanístico pendiente

Vallcarca tiene un proyecto de transformación urbanística pendiente desde el año 2002, que para el actual mandato es una “prioridad”, han explicado fuentes municipales a este diario. Consiste en desencallar la creación de un Parque Central y una Rambla Verde en la avenida Vallcarca; actuación que podría tener como consecuencia el desalojo de estas familias, que viven con la incertidumbre de qué pasará con ellas cuando llegue el momento de ejecutar el proyecto. 

El Síndic pide que, cuando llegue la hora de desalojarles para llevar a cabo la gran renovación urbanística, “se haga bien, no de un día para el otro”. Desde el ayuntamiento aseguran que la transformación se hará “con diálogo, buscando el máximo consenso, pero sin que ese sea la excusa para no actuar”. El futuro Parque Central de Vallcarca tiene su proyecto ejecutivo en marcha y la previsión del consistorio es tenerlo listo en 2024, para posteriormente iniciar las obras. Allí se ubicaran, también, 60 viviendas de protección oficial.

La Rambla Verde, por su parte, continúa sin calendario y sin un acuerdo para su materialización. El ayuntamiento explica que "está trabajando en la planificación de esta transformación pendiente, una estrategia que se compartirá con los grupos de vecinos". A causa de los más de 20 años de demora del plan, este lunes el grupo municipal de Junts en Barcelona convocó a los medios para exigir al gobierno de Jaume Collboni que materialice el proyecto sin más dilación.