Tres años de festejo

Passeig de Gràcia celebra dos siglos de oro

Los actos previstos durante la celebración del bicentenario pretenden recuperar los sectores turístico, comercial y cultural, muy afectados por la pandemia, y acercar de nuevo el paseo a los vecinos de la ciudad.

La efeméride ha sido considerada acontecimiento de excepcional interés público por parte del Estado.

Multimedia | Ruta en 360º por el Passeig de Gràcia y la Barcelona de 1909 y 2023

Los 200 años del Passeig de Gràcia

Los 200 años del Passeig de Gràcia

Gisela Boada

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Son pocos los que hoy en día callejean por Passeig de Gràcia simplemente para contemplar sus particularidades: los detalles de sus farolas -producidas en el año 1906 en exclusiva para este lugar por el arquitecto Pere Falqués i Urpí-, los bancos construidos con el clásico trencadís del modernismo catalán, o el pavimento decorado con motivos marinos en homenaje al arquitecto barcelonés Antoni Gaudí.

Los barceloneses, a menudo, cruzan la gran avenida solo de paso, en busca de tiendas y restauración, mientras que los turistas pasean para sacar sus mejores fotos de recuerdo. Sin embargo, hace más de un siglo, Passeig de Gràcia era un lugar dedicado a la exhibición, a la contemplación y al más puro 'postureo' que hoy conocemos.

Era el espacio ideal para ver y para dejarse ver: un lugar de encuentro para la élite y un escenario perfecto para representar el arte del prestigio social de la época: saludar y ser saludado. Lo tenían claro todos los que se preciaban de ser alguien en la Barcelona de finales del siglo XIX, paseando a pie, en jinetes o carruajes -y más tarde en coche- por sus anchas aceras, seña de identidad del Pla Cerdà.

La burguesía catalana dedicaba su tiempo a pasear a lo largo del quilómetro y medio que comprendía aquella incipiente avenida, que antes de la construcción del Passeig de Gràcia que hoy conocemos, era el camino que unía la ciudad con el municipio independiente de Gràcia. En aquella época, era un lugar tranquilo y bucólico, rodeado de jardines y espacios verdes.

Quedaba fuera de las murallas, lejos de donde vivían entonces las clases altas de la ciudad: Ciutat Vella. A partir del 1821, en plena crisis por la fiebre amarilla, se plantea arreglar la zona y construir un espacio de ocio y recreo: el desarrollo urbanístico ya se usaba entonces como motor de recuperación de la ciudad. A partir de entonces, la transformación es imperial: aparecen los restaurantes, los teatros, las salas de baile y todo tipo de atracciones.

El plató de la burguesía

Los barceloneses más adinerados, asfixiados por las murallas, acuden al paseo y lo convierten en el gran plató de la burguesía. Primero como pasatiempo y después como lugar de residencia. A principios del siglo XX, se transforma también en la máxima exposición del modernismo catalán gracias a la construcción de las cuatro casas modernistas de la Manzana de la Discordia, dos de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: la Casa Batlló y la Casa Milà.

Tanto la ciudad como la avenida han sufrido transformaciones a lo largo de estas décadas, pero hay algo que no ha cambiado: Barcelona no se entendía en aquel entonces -ni se entiende ahora- sin su gran Passeig de Gràcia. Una avenida que se recompone ahora de los estragos que causó la pandemia y que poco a poco ha rescatado su vigorosidad.

200º aniversario de Passeig de Gràcia

Con la voluntad de acelerar su recuperación, desde el 2022 se está celebrando en la ciudad el 200º Aniversario del Passeig de Gracia, una serie de iniciativas culturales, comerciales, gastronómicas y urbanísticas que pretenden dinamizar este espacio y acercarlo a los vecinos.

"Queremos lograr que los vecinos de Barcelona vuelvan a Passeig de Gràcia y vuelvan a hacerlo sentir suyo", explica Xavier Carbonell a EL PERIÓDICO, máximo dirigente de la organización de los actos del 200º aniversario a través de la Fundació Barcelona Promoció, la entidad encargada de la ejecución del programa, que cuenta con la ayuda de la Associació Passeig de Gràcia y el soporte del Ajuntament de Barcelona.

Director y gerente de la fundación Barcelona Promoció, Xavier Carbonell

Director y gerente de la fundación Barcelona Promoció, Xavier Carbonell / Santiago Sepúlveda

Que Passeig vuelva a ser el lugar de encuentro de los vecinos. Esta es la máxima motivación de los organizadores, que además insisten en que "es una fiesta totalmente para la ciudad de Barcelona y para los vecinos y vecinas de la ciudad", aunque reconocen que de alguna forma también sirve para atraer al turismo: "Las actividades son atractivas para la gente de la ciudad, pero también para la gente de fuera, es evidente.", relata Carbonell.

Entre las iniciativas más exitosas llevadas a cabo este 2023, Xavier remarca el 'maping' sobre la fachada de la Casa Batlló, que fue una proyección de la obra Living Architecture del artista turco Refik Anadol, promovido en el marco del Festival Digital Impact en la ciudad y que atrajo a más de 65.000 personas.  

Acontecimiento de excepcional interés público

La celebración de bicentenario de Passeig, que empezó en 2022 y se alargará hasta 2024, ha sido considerado acontecimiento de excepcional interés público por parte del Estado por su promoción a la ciudad de Barcelona y su aportación a la recuperación de los sectores turístico, comercial y cultural.

"Passeig es único por su diversidad, que va desde el lujo hasta los comercios más modestos. Puedes ir a un restaurante gourmet o de tapas, comprar en tiendas de lujo o locales", remarca Carbonell, que espera culminar la celebración en 2024 con el mismo éxito que ha tenido hasta ahora.