Eje icónico

El paseo de Gràcia festejará su 200 aniversario con tres años de actividades

Una comisión integrada por los comerciantes e instituciones del eje de Barcelona desarrollará y facilitará eventos culturales, deportivos, gastronómicos y lúdicos hasta 2024

Ambiente en el paseo de Gràcia la pasada Semana Santa.

Ambiente en el paseo de Gràcia la pasada Semana Santa. / Ferran Nadeu

Patricia Castán

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Tras dos años difíciles, el centro de Barcelona tiene hambre de ocasiones que celebrar. Lo demostrará con el 200 aniversario del nacimiento del paseo de Gràcia, que se convertirá en detonante de una serie de acontecimientos culturales, históricos, lúdicos y gastronómicos durante casi tres años. La promesa institucional y del propio eje es potenciarlo como polo dinamizador del centro, meses después de lograr que la efeméride se considere Acontecimiento de Excepcional Interés Público en la ley de Presupuestos Generales del Estado.

Ese último detalle --en base a la ley de mecenazgo-- es fundamental para dar alas a la celebración, ya que a través de medidas fiscales propulsará la colaboración público-privada al dotarla de un carácter más global y con actividades para todos los públicos.

El presidente de la Associació del Passeig de Gràcia (APG), Luis Sans, explica que ello supone un incentivo para que patrocinadores y organizadores de eventos se vuelquen en propuestas. Con el elemento añadido de disponer de más facilidades de lo habitual por parte del ayuntamiento para poder encajarlas en el espacio público.

Para desarrollar las iniciativas de los tres años, hasta 2024 incluido, se está tramitando la firma de un convenio para crear una comisión interadministrativa que integrarán esta entidad y Fundació Barcelona Promoció (impulsada antes de los JJOO por la Cambra de Comerç), junto con el Ministerio de Cultura, el de Hacienda y el ayuntamiento. La fundación será quien concretará las actuaciones y su desarrollo, han precisado este martes en su presentación.

Dinamización y proyección

Sans ve en esta oportunidad "ilusionante" un imán para redinamizar el paseo y el centro de la ciudad con miras tanto turísticas como para la ciudadanía y visitantes del resto de Catalunya. Avanza que los actos pivotarán sobre todo en torno a la música, la gastronomía y el deporte. A su juicio, más allá del favorecer al tejido económico, permitirá dar una visión optimista e "innovadora" de la ciudad. "El Paseo de Gràcia es aquella avenida que a todos nos gusta enseñar al mundo", ha clamado.

En este sentido, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha destacado que el centro urbano es quien más ha acusado las consecuencias del covid y es momento de recuperar el paseo como "gran escaparate" local. También porque "el paseo de Gràcia y la Rambla forman parte de la espina dorsal de Barcelona", de modo que la actividad comercial, cultural y social que allí se desarrolle "irradiará" al resto de la metrópoli.

Será además una "oportunidad de proyección de la imagen de Barcelona a través de uno de sus ejes comerciales y culturales más reconocidos en todo el mundo”, ha agregado Mònica Roca, presidenta de la Cambra de Comerç y de la fundación.

El líder de los comerciantes ha recordado que el diseño y urbanización del paseo ya ejerció de "motor de recuperación de la ciudad tras la fiebre amarilla de 1821". El eje se proyectó en 1820 pero las obras sufrieron demoras y contratiempos hasta su estreno en 1827. El bicentenario se ha articulado finalmente en medio, en lo que serán tres años pospandemia.

Se da la circunstancia de que la APG también está de aniversario --recientemente celebró sus 70 años de trayectoria con una gala muy reinvindicativa--, por lo que parece buen momento para echar toda la carne al asador.

Del camino al escaparate internacional

Unos y otros han puesto en valor la singularidad del paseo, en tanto a que no solo despunta como el eje comercial (de la gama popular al superlujo) más reconocido de la ciudad, sino que lo complementa con gastronomía que va del tapeo a las estrellas Michelin, con hoteles y con edificios (Casa Batlló y Casa Milà) Patrimonio de Humanidad por la UNESCO.

Dos siglos antes de ser un escaparate internacional, el Antic Camí de Jesús fue cordón umbilical entre la muralla norte de Barcelona y la Vila de Gràcia, "de donde provenía la leche que se consumía en la ciudad", relata la asociación, además de ruta hacia Sant Gervasi y Sarriá, por entonces lugares de veraneo de la burguesía barcelonesa.

En 1820 se quiso mejorar el camino, aunque las obras se pospusieron hasta el fin de la fiebre amarilla, con una vía central peatonal y laterales para circulación de carruajes. Posteriormente, el plan Cerdà le dio el protagonismo vertebrador de las dos mitades del Eixample que conserva.

Su uso y disfrute ha ido variando al son de los tiempos, de espacio de recreo fuera de las murallas a zona residencial de alto nivel, también arteria económica plagada de bancos e instituciones, hasta convertirse en epicentro del 'shopping' y de obligada presencia de las principales marcas del mundo, con un mix de clientela local y foránea.