Aniversario en el Eixample

El paseo de Gràcia cumple 70 años: la vía pide con contundencia seguridad y mejor movilidad

La asociación de comerciantes lo celebra con una gala reivindicativa y recriminaciones a Colau, mientras se prepara para los fastos de los 200 años del vial

La entidad presume de su perseverancia en la transformación del eje de oro de Barcelona, pero alerta de los problemas que hacen peligrar su éxito

Gala del 70 aniversario de la Associació del Passeig de Gràcia.

Gala del 70 aniversario de la Associació del Passeig de Gràcia. / Zowy Voeten

Patricia Castán

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Hace 70 años que un puñado de comerciantes decidieron sumar fuerzas en el paseo de Gràcia para «promover mejoras, el buen estado de la calle», en definitiva, cuando tiendas y restaurantes iban ganando peso en aquella noble zona en expansión. Una misión que en 2022 se mantiene igual de vigente para la calle más cotizada del panorama comercial de Barcelona, donde pese a todo siempre hay alguna trinchera reivindicativa abierta, reconoce su presidente, Luis Sans.

El hiperactivo empresario rememora cómo desde 1952 la asociación creada batalló por mejorar la iluminación, la limpieza, por salvar sus árbones, por los aparcamientos subterráneos (1968) o la ampliación de aceras (1974) que invitase a recorrer el rutilante paseo. Las peticiones llegaron a abrir pugnas municipales y largos debates, pero Sans proclama que «defender los intereses del paseo es también defender los de la ciudad». Y que sin la tenacidad de sus demandas (como la que concluyó con la última reforma en 2013), hoy no sería «la mejor calle de Barcelona y una de las más destacadas del mundo». 

Doble festejo este 2022

Para celebrar esas siete décadas (y empezar a brindar por el 200 aniversario del eje, que contará con un gran despliegue de recursos institucionales muy pronto), la Associació Passeig de Gràcia ha reunido esta noche de martes a sus socios, amigos, simpatizantes y todo un elenco de representantes políticos y de la vida social comercial y social barcelonesa en una gala en Casa Seat, uno de sus fichajes estrella de los últimos años, en el cruce con la Diagonal. 

Aprovechando el eco de ese auditorio, el representante de los negocios y equipamientos culturales del vial ha disparado de forma aún más directa de lo que suele sobre «dos preocupaciones» que ahora aquejan especialmente al paseo que aglutina a la mayor parte de firmas de lujo en su tramo superior, mientras que se ha consolidado como zona de compras más populares en el inferior a costa de ir barriendo a los grises bancos y oficinas a pie de calle. Y con una intensa agenda de actividades de dinamización comercial y cultural que este año brillará.

Pese a los halagos y felicitaciones de Albert Castellanos, secretario de Empresa i Competitivitat del Govern; Jaume Collboni, primer teniente de alcalde; Maria Eugenia Gay, delegada del Gobierno en Catalunya y Laura Borràs, presidenta del Parlament, la asociación ha aprovechado ese momento único para pedirles --con un discurso que muchos asistentes consideraron "incendiario" y que provocó fuertes aplausos-- "políticas de consenso", pero sobre todo para reivindicarse como motor local y reclamarles que pongan el foco en la inseguridad que «amenaza al éxito turístico» pero también a la convivencia.

  Tras relatar dos robos a conocidos suyos ese misma día ha sido contundente: «No somos eficaces en la lucha contra la multirreincidencia». Y ha reclamado de nuevo cambios legislativos para acabar con la impunidad de «mafias» que roban a diario en la zona. «La delincuencia profesional está globalizada (...) y aquí se encuentra demasiado cómoda: ocupación fácil de viviendas, juicios lentos y y un código penal laxo respecto a otros países», ha dicho. El próximo traslado de la comisaría conjunta de Mossos y Urbana a Pau Claris y la reapertura del segundo juzgado de guardia para delitos leves no les bastan, insistió.

Quejas urbanísticas

La curtida asociación, una de las más antiguas del sector en la capital catalana, también aboga en pleno año de doblete conmemorativo por una política de movilidad («la persecución del coche privado») que no desmotive a su 28% de compradores del resto de Catalunya y el área metropolitana. «Es importante que nos puedan venir a ver. Nosotros somos comercio de centralidad y necesitamos de la demanda del conjunto de la ciudad», del territorio y foránea, ha clamado.

El rotundo discurso alcanzó al plan de usos del Eixample (que «criminaliza la actividad económica») aprovechando la presencia de diversos concejales. Pese a recriminar a la alcaldesa Colau su reiterada ausencia en los encuentros con el comercio del centro, le agradeció con sorna que "haya evolucionado, aunque el cursillo haya salido caro a Barcelona" al aceptar por fin grandes eventos como la Copa América de vela. O como las aperturas de tiendas en domingos, que comenzarán este mes. La entidad ha dejado claro que se hace mayor, pero su rugido no flaquea.