La celebración según el gobierno municipal

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Colau sustituirá la pista de hielo de plaza Catalunya por otra actividad "atractiva"

Lleno en la pista de hielo de plaza de Catalunya, en dicembre del 2012. 

Lleno en la pista de hielo de plaza de Catalunya, en dicembre del 2012.  / ÁLVARO MONGE

Toni Sust

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Parece claro que el espíritu de la Navidad no acaba de ser el mismo para Xavier Trias que para Ada Colau. No lo fue su planteamiento de las navidades como alcaldes. Como mínimo, presentaron notables diferencias, algo lógico en dos políticos que, según ellos mismos admiten, representan espacios que están en las antípodas el uno del otro.

La Navidad de Trias, de película de Disney, de querer ser Nueva York, de pista de hielo y tarde de compras. La de Colau, Navidad laica con mensaje social, dibujos animados polacos (Koniec), feria del consumo responsable y manifestación contra los fondos buitre.

Navidades socialistas

Ahora que están cerca de empezar las primeras navidades de Barcelona con Jaume Collboni como alcalde, se ha visto como el socialista ha optado por elegir parte del estilo más vinculado a Junts, subrayar la sintonía con los comerciantes y destacar que las fiestas son tiempos de consumo y restaurantes, pero también de Barcelona en Comú: la feria de consumo responsable celebrará su novena edición. Así que incluso en esto es difícil determinar por ahora a quién elige el alcalde como compañero de viaje.

Hay que decir que ya en el mandato anterior las fiestas formaron parte del negociado del entonces primer alcalde, pero nunca un gobierno compartido te da la opción de decidir tanto como un monocolor.

Trias y el abeto

El 30 de noviembre de 2011, Trias llevaba cinco meses de alcalde cuando participó del encendido de luces en la plaza de Catalunya. A las 18,18, relató este diario, se iluminaron las bombillas del abeto de 12 metros instalado en el lugar. La ciudad ornamentó con esas luces navideñas que gustan tanto a tanta gente 60 kilómetros de calles ese año, con inversión de los comerciantes y subvención del consistorio de hasta un 50%.

Eso no solo no ha cambiado sino que se mantuvo con Colau y ha crecido: esta Navidad, según anunció el gobierno de Collboni, serán 104 kilómetros los que tendrán luces, y las ayudas llegan al 75% por cuarto año consecutivo, tras incrementarse el porcentaje con la voluntad de ayudar al sector del comercio tras la crisis económica generada por la pandemia del covid.

Barceloneses, a consumir

En la plaza, Trias animó en noviembre de 2011 a los barceloneses a disfrutar la Navidad y “revivir las tradiciones y costumbres”. “Tenemos que entender el momento como una oportunidad para reactivar de nuevo la economía, para atraer el turismo, para dinamizar el comercio y para crear puestos de trabajo”, añadió.

“Uno de los puntos fuertes será una pista de hielo de 1.200 metros cuadrados en la plaza de Catalunya, bautizada con el nombre de BarGelona y promovida y financiada por la Fundació Barcelona Comerç, que abrirá del 3 de diciembre al 8 de enero para dinamizar el comercio”, añadía este diario.

Adiós a la pista de hielo

Menos de cuatro años después, el 15 de julio de 2015, Colau llevaba un mes como alcaldesa cuando anunció que ya ninguna cuchilla surcaría la pista de hielo de la plaza de Catalunya, porque había decidido que la Navidad siguiente ya no sería instalada. Su presencia, dijo, suponía “una privatización del espacio público” que “carecía del consenso necesario”. En su lugar anunció una alternativa “atractiva para las familias”.

El gobierno de la alcaldesa programó actividades donde estaba la pista: propuestas pensadas para los niños, espectáculos de payasos, y también, por ejemplo actividades vinculadas con el reciclaje.

Economía social y solidaria

En los alrededores de la plaza se instaló una feria de consumo responsable con ofertas de economía social y solidaria. Un técnico del ayuntamiento lo explicaba así: "Es una oportunidad para demostrar que existe otro tipo de economía, maneras diferentes de consumir y de producir, y una ocasión para que se den a conocer y puedan vender sus productos".

Entretanto, los comerciantes cargaban con dureza contra la retirada de la pista de hielo. Y algunos se cebaban con la feria de consumo responsable.

Los pesebres y el Grinch

También los pesebres han sido objeto de polémica y diferencia. Considerados más tradicionales los de Trias, los de Colau han buscado en general una innovación, un apelar al diseño, a lo imprevisto, una visión que de alguna manera entroncaban con algunas propuestas de la etapa socialista en el gobierno de la ciudad, previa a 2011. En resumen, ha sido frecuente que ante los pesebres de Colau algunos barceloneses se llevaran las manos a la cabeza y denunciaran que no parecían pesebres.

En 2018, una de las protestas más llamativas fue la del entonces todavía presidente del grupo del PP, Alberto Fernández Díaz, que se presentó en el pesebre municipal para colocar las figuras del niño Jesús con la Virgen María y San José en una silla vacía que simbolizaba al primero en el pesebre colauista. “Colau es el Grinch de Barcelona que arruina la Navidad a los barceloneses”, afirmó Fernández Díaz en alusión al personaje de ficción que odia las fiestas navideñas.

A por más turismo

Del planteamiento que pueda preferir el gobierno actual da pistas la noticia de que Barcelona se publicitará este noviembre y diciembre como destino turístico de Navidad, mediante una campaña de promoción internacional de 600.000 euros de presupuesto anunciada por Turisme de Barcelona.

La campaña incluye por primera vez un mercado emisor de largo radio como Estados Unidos en una acción temporal. Además, Barcelona se anunciará a partir del puente de la Purísima en 50 autobuses rojos de dos pisos de Londres. 

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