A finales de mes

El gimnasio social Sant Pau cerrará sus duchas solidarias por una ayuda de Barcelona que no llega

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La zona de duchas del espacio provisional que ocupa ahora el gimnasio social Sant Pau, en Barcelona.

La zona de duchas del espacio provisional que ocupa ahora el gimnasio social Sant Pau, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue
Meritxell M. Pauné
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El gimnasio social Sant Pau, referente en el Raval y el centro de Barcelona por su atención inclusiva a personas sin hogar y otros vecinos vulnerables, lanza un ultimátum al Ayuntamiento de Barcelona. A final de mes cerrará un servicio de duchas solidarias que usan unas 200 personas y dejará en el paro a 12 empleados mediante un ERTO, a no ser que les llegue antes la subvención municipal que les fue concedida para 2023. El ejecutivo de Jaume Collboni llama a la calma y promete acelerar el pago.

El Sant Pau estuvo a punto de desaparecer en 2020 y en 2021 pero finalmente, tras muchos llamamientos públicos, estabilizó su situación con ayuda de consistorio y Generalitat. Su sede en la ronda Sant Pau está en obras y desde junio usan un espacio provisional. Ahora el retraso en la ayuda anual comprometida vuelve a ponerles contra las cuerdas.

“De los 200.000 euros concedidos por el Instituto Municipal de Servicios Sociales para este 2023, todavía no se ha efectuado ningún pago”, protestan en un comunicado este jueves. Agregan que la ayuda sufraga un servicio que se presta de 1 de enero a 31 de diciembre y que lleva nueve meses financiado a la práctica con fondos propios de la entidad y préstamos de Coop57 y la Fundació Arrels. Incluso un comerciante del barrio les fía la ropa interior que le compran desde hace dos meses.

Lamentan que los retrasos en pagos públicos son generalizados en el Tercer Sector y lo ejemplifican con que ellos sólo han ingresado 14.500 euros de los 370.000 que tienen concedidos a través de distintas convocatorias. “Queremos que la actividad de duchas continúe y hacerlo de la mano de la Administración, ya que es su responsabilidad, por ello le pedimos que cumpla de forma urgentísima los compromisos pactados”, subrayan.

Pocas duchas sociales

Asimismo, recuerdan que “en Barcelona hay 5 servicios de duchas municipales” solamente, a las que sus usuarios solo pueden acudir “dos veces por semana y con muchos días de espera”. Solo uno de los cinco está cerca de Ciutat Vella –en el Poble Sec– pese a que en el distrito antiguo viven una gran proporción de las personas sin hogar de Barcelona. El Sant Pau les proporciona “higiene básica, cambio de ropa y reparto de comidas todos los días”, además de “apoyo emocional, reconocimiento y un espacio seguro”.

Solución “en pocos días”, según el consistorio

El concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, ha respondido a la prensa sobre el ultimátum del Sant Pau en una rueda de prensa municipal sobre limpieza este jueves en el Raval, a la misma hora que el gimnasio había convocado a los medios. Ha confiado que no se llegará al cierre de las duchas ni al despido de trabajadores: “Nos hemos reunido en las últimas horas [con el Sant Pau] y la subvención está en trámite y sujeta al control de intervención”. “En pocos días se pude solucionar el caso con Servicios Sociales, que es quién hace el otorgamiento de la ayuda”, ha pronosticado.

Desde la oposición, se ha urgido al ejecutivo municipal a resolver el trance que pone en apuros al gimnasio social. Neus Munté (Junts) ha exigido que se revise el sistema de concesión de subvenciones para agilizar la burocracia y evitar "los reiterados retrasos" en la transferencia de las ayudas. ERC ha coincidido en la misma reclamación. A su vez, ha anunciado que exigirá al ejecutivo del PSC que dé explicaciones en el próximo pleno municipal.