Cumple medio siglo

La accidentada historia de la L2 del metro de Barcelona: túneles cerrados, tramos ‘robados’ y vibraciones

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vias de una estación de la L2 en el tramo Sagrada Familia Sant Antoni. JORDI OTIX 2

vias de una estación de la L2 en el tramo Sagrada Familia Sant Antoni. JORDI OTIX 2 / JORDI OTIX

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La L2 del metro de Barcelona es una línea de vocación innovadora pero un tanto gafe: sus 50 años de historia están plagados de imprevistos. Se construyó entre 1969 y 1973 con un método inédito en la capital catalana, que ha dejado como herencia un doble túnel más pequeño y con los sentidos al revés. Estuvo cerrado dos décadas y no resucitó hasta 1995. Un tramo de la línea original se lo llevó la L5, otro estuvo cedido a la L4 y la prolongación hasta Montjuïc aún espera. Y desde 2012, vibraciones molestas para los vecinos.

La línea lila actual es fruto de cuatro fases sucesivas. El tramo más antiguo es el que va de Paral·lel a Sagrada Família, estrenado en 1995. Dos años más tarde, en 1997, llegó hasta la Pau. Y en 2002 absorbió el tramo La Pau – Pep Ventura de la L4. La última incorporación fue la estación Badalona Pompeu Fabra en 2010. A continuación repasamos las principales vicisitudes y curiosidades que ha vivido la L2.

Dos túneles en vez de uno

El primer tramo son 4,3 kilómetros tunelados con una tecnología soviética inédita en España entonces. Los dos sentidos de circulación están separados en dos túneles en vez de convivir en uno con doble vía. Son completamente redondos y con un diámetro de 5,3 metros, inferior al resto, lo que ha dificultado mucho su operativa. La construcción sufrió filtraciones de agua y hasta tuvo que desviarse el trazado porque se tropezó con una base de la muralla de Barcelona.

Redondos y muy estrechos

La obra se paralizó en 1973 por falta de presupuesto y quedaron los túneles en barbecho hasta los años noventa. El empuje de los Juegos Olímpicos reactivó inversiones y se pudo inaugurar la línea tal como hoy se conoce en 1995, hasta Sagrada Familia. El reducido gálibo de los túneles obligó a usar una catenaria rígida y una losa prefabricada de hormigón hecha con un sistema italiano único en la ciudad.

Sentidos al revés

Los dos túneles se cruzan bajo la esquina de la Gran Via y Marina, lo que genera una situación insólita. Entre Monumental y Paral·lel los trenes circulan por la izquierda, al revés que en toda la red de metro.

Tramo ‘robado’ y estación fantasma

La L2 se concibió como línea transversal para conectar el centro con Sant Andreu y Horta. Pero el cierre de los 80 llevó a repensar el recorrido de la L2. El tramo entre Sagrada Família y Horta acabó asignado a la L5, primero de forma provisional y desde 1984 ya permanente. El cambio de planes dejó ‘colgada’ una parada entre Sagrada Família y Sant Pau, que no llegó a usarse nunca: es la estación fantasmaGaudí.

Estaciones cedidas a la L4

El tramo de La Pau a Pep Ventura inició obras en 1977, con la primitiva L2 ya parada. Se estrenó en 1985 y lo apadrinó temporalmente la línea amarilla, la L4. Cuando la lila finalmente llegó a La Pau en 1997, este tramo cedido iba a traspasarse pero el cambio tuvo que esperar aún cinco años más.

Color y número, gracias a un Mundial

La denominación con números arábigos en vez de romanos y el color asignado a cada línea son de 1982. Coincidiendo con el Mundial de ese año, se rediseñó la cartelería del metro de Barcelona. También se aprovechó para catalanizar el nombre de las estaciones.

¿Y Montjuïc?

La prolongación de la L2 hasta Montjuïc está prevista desde 1971, pero el coste y la accidentada vida de la línea la han retrasado varias veces. En 1993 el presidente de la Generalitat admitió públicamente que estaba pospuesta “sine die”, lo que enervó al alcalde de Barcelona. Ambos protagonizaban un duro enfrentamiento, que se escenificó en el estreno de la estación Paral·lel a finales de 1995: Pasqual Maragall le dedicó duros reproches en público y Jordi Pujol dio plantón a la inauguración.