Sin aire acondicionado

El secreto de las estaciones 'frescas' de la L9 y L10 del metro de Barcelona: ¿Por qué no hace calor?

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Estación de Provençana, de la L10 del metro de Barcelona

Estación de Provençana, de la L10 del metro de Barcelona / Elisenda Pons

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Los viajeros lo saben de sobra, porque cada verano se repite la misma historia: en el metro de Barcelona hace calor. Una temperatura "insoportable" para usuarios que esperan sudando a que llegue su tren con aire acondicionado, para luego recibir otro "puñetazo" de bochorno al bajar de nuevo al andén. No obstante, aunque este es el panorama general, hay dos líneas del suburbano en las que sí hay confort térmico: las modernas L9 y L10. A continuación te explicamos los motivos.

El por qué de las altas temperaturas

En primer lugar, cabe argumentar por qué hace calor en la mayor parte del suburbano barcelonés. Según Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), las altas temperaturas se deben a que dentro del metro hay importantes fuentes de calor: los trenes (motores y aires acondicionados en el interior de los vagones), la equipación de las estaciones como el alumbrado, los motores de las escaleras mecánicas, la climatización de las dependencias técnicas y los centros de transformación, entre otros, así como las mismas personas (más de un millón cada día). Este calor se procura extraerlo al exterior a través de las aperturas existentes.

Pero, ¿por qué no se puede climatitzar artificialmente el metro? TMB sostiene que, con la configuración de estaciones y andenes que hay, seria del todo ineficiente e insostenible, ya que las estaciones son espacios abiertos en la calle y al túnel. Años atrás se hizo una prueba a la estación Sagrada Familia de la línea 5, con resultados desfavorables. El movimiento constante de trenes a través de los túneles provoca un efecto pistón que traslada las masas de aire caliente de un lado a otro por las líneas de metro.

Así, el aire que se refrigerara en una estación durante los tres minutos de intervalo entre trenes sería sustituido por una nueva masa de aire caliente empujada por el tren entrante, que habría que refrigerar de nuevo, y así todo el día. El resultado sería un consumo energético "desproporcionado e inasumible", afirma la compañía, que también matiza que, aunque no haya confort térmico, las estaciones sí que están ventiladas; es decir, que hay un circuito de renovación de aire conectado con el exterior a través de los pozos de túneles y estaciones.

La excepción de las líneas L9 y L10

Una vez entendido estos puntos, podemos pasar a explicar por qué la L9 y L10 son las únicas líneas de toda la red de metro barcelonesa que generalmente se salvan del calor. En ellas, el diseño de la ventilación se concebió de forma distinta al resto, de manera que los túneles y las estaciones tienen pozos de ventilación independientes.

Además, las estaciones de estas líneas cuentan cuentan con mamparas que separan los andenes de la zona de circulación de trenes. La apertura de las mamparas se realiza de manera coordinada respecto a la de las puertas de los trenes. Este sistema no solo mejora la seguridad evitando caídas a las vías, sino que también evitan las corrientes de aire caliente. Así el diferente diseño de túneles y andenes permite unas condiciones ambientales más favorables, a pesar de no tener aire acondicionado. Desde TMB aseguran que este es el "metro del futuro, diseñado para la eficiencia, el confort y la seguridad".

Sabiendo esto, quizás uno se pregunte por qué no se instalan puertas de andén en el resto de líneas. TMB argumenta que esto tampoco sería viable porque la ventilación de estación y túnel es mixta, y se necesita que los pozos de túnel y de estación funcionen conjuntamente sin ninguna barrera física.