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‘Drillertraining’: juegos infantiles en versión 'bootcamp'
Aquí sacas adrenalina sin darte cuenta, como al leer una noticia de Rubiales. Hacen ejercicios con juegos infantiles
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Ana Sánchez
Periodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
Parece que te has colado en una peli de Vin Diesel. Aquí te podrían sacar un ojo con algún bíceps. Al lado de Las Barras de la Barceloneta –un fibrado ‘hot spot’ de calistenia frente al espigón del Gas-, se entrena jugando al pañuelo y al ‘tira y afloja’. Juegos de niños de patio de colegio, piensas sonriente antes de probar. A los cinco minutos, ya los estás comparando con ‘El sargento de hierro’ de Clint Eastwood. “Tenemos mejor carácter”, se excusan los dos ideólogos del entreno. En una hora acabas sacando tanta adrenalina como al leer todas las noticias de golpe de Rubiales.
Lo han bautizado como ‘drillertraining’. Viene de ‘work drill’: significa “entrenar duro”. “Se enmascara el sufrimiento dentro de un juego”, te confesará Álex ya tarde. “Es un juego deportivo y, al mismo tiempo, un brutal entrenamiento”, resume Philip. ¿Su objetivo? “Superar los límites mentales, el umbral del ‘no puedo’ –apuntan-. Que la gente se dé cuenta de que puede rendir mucho más de lo que cree”. “Ya entiendo -les chatearás al día siguiente- cómo se sentía Karate Kid después de dar cera y pulir cera”. Tendrás serias dificultades para hacerte una coleta.
Empezaron ellos dos solos hace apenas seis meses. El pasado sábado estaban entrenando una veintena con ‘dj’ a pie de arena. Ya son casi 70 en el grupo de Whatsapp. “No estamos en un gimnasio”, advierten. Aquí se estrena descalzo, raspe o no la arena, haga calor o llueva. “Exponerte a la realidad de la vida te hace más fuerte”, garantizan mientras arrastran bidones de agua en vez de pesas. “Es material que podemos reutilizar, es gratuito, utilizas el agua del mar y luego te duchas”, se ríe Álex.
Álex Pablos, 37 años, fue preparador físico de alto rendimiento antes de dedicarse a los seguros. Philip Dressler, 30 años, era entrenador profesional de ‘bootcamp’ en Alemania (entrenos de estilo militar). “¿Preparados para morir?”, dan la bienvenida a la ‘troupe’ de hoy. Lo mismo compartes juegos con una profesora de infantil que con tipos que parecen recién salidos de una serie de vikingos. De primeras te sientes más fuera de lugar que la princesa Leonor vestida de caqui.
“Aguantas si no paras”, te anima con tono familiar Wessel, uno de los vikingos. Así que no paras: corres relevos, juegas al pañuelo, ahora flexiones, a nadar hasta la boya, te arrastras en plan militar, tiras de una cuerda con pique infantil. Entre juego y juego, hasta se hacen rescates acuáticos.
“Aquí aprendes a superar tus límites”, garantiza Felicitas, una habitual del ‘Drillertraining’, atleta y modelo deportiva. “Es un entreno psicofísico”, así lo define Sardor, él es comercial. Mariana, educadora infantil, repite por segunda vez después de unas “agujetas nivel Dios”. “Al cuerpo le tienes que dar un motivo para mejorar –justifica Álex la dureza-. Si tú puedes hacer 100 sentadillas y haces 100, no mejoras. Mejorarás cuando no puedas más”. Después del entreno, la mayoría se queda a hacer calistenia.
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